La cordillera
de los sueños

Lo que quiso decir
28/11/2025 04:02
    El documentalista recuerda y reflexiona sobre su niñez en el Chile anterior al golpe de Augusto Pinochet, sobre ese acontecimiento doloroso y traumático de la historia chilena, y sobre el Chile de hoy día, que ya no es como fue antes. Está muy lejos de ser como el de su infancia

    El director chileno Patricio Guzmán (1941, Santiago de Chile) con el documental La Cordillera de los sueños (Chile – Francia, 2019) termina la trilogía sobre Chile, su país de origen. Antes filmó Nostalgia de la luz (2010) y El botón de nácar (2015).

    Desde el Golpe de Estado de 1973 sale huyendo de su país, después de estar algunos días encarcelado en el Estadio Nacional en Santiago, y puso su residencia en Francia. A Chile ya nunca ha vuelto para vivir.

    En la trilogía, el paisaje de Chile es un actor principal. En Nostalgia de la luz, el desierto de Atacama, en el norte del país. En El botón de nácar, la región de Magallanes, al extremo sur de la geografía chilena. En La cordillera de los sueños, la Cordillera de los Andes, frente a Santiago, la capital.

    El documentalista recuerda y reflexiona sobre su niñez en el Chile anterior al golpe de Augusto Pinochet, sobre ese acontecimiento doloroso y traumático de la historia chilena, y sobre el Chile de hoy día, que ya no es como fue antes. Está muy lejos de ser como el de su infancia.

    La cordillera de los Andes está ahí, inamovible, pase lo que pase. Es testigo de todo lo que ha ocurrido en la historia de Chile. Es, dice el director, “la puerta de entrada para reconocer el Chile de hoy”.

    En el documental se hace presente la nostalgia del país que ya no es, y que muchos tuvieron que abandonar para salvar la vida, la memoria, el recuerdo de la violencia impuesta por la dictadura y cómo ésta marcó las vidas de las personas y del país.

    Guzmán, para contar la historia que narra, recurre a las entrevistas, a las imágenes de archivo, del pasado y de ahora, y de tomas aéreas extraordinarias de la cordillera y sus paredes. Son de una belleza impresionante. Las imágenes aéreas de Santiago con sus edificios modernos.

    En la historia que reconstruye en el documental hay una visión crítica del Chile democrático posterior a la dictadura. Ahora un país que ha resuelto muchos problemas sociales, pero que cada vez es más desigual, y menos humano y solidario.

    Guzmán hace un reconocimiento especial al camarógrafo Pablo Salas, que nunca se fue de Chile, y que empezó con su cámara a registrar la historia de su país desde la época del Golpe de Estado de 1973, y lo ha seguido haciendo. Son 40 años. El documentalista dice que es un milagro que su amigo haya sobrevivido.

    De la trilogía de Guzmán este es el capítulo más autobiográfico, y un extraordinario ejercicio de memoria de la realidad del Chile del Golpe de Estado y del que ha seguido después de éste. Hay momento de poesía, y también espacio para los testimonios personales.

    Las escenas de la cordillera, el gran personaje del documental, son espectaculares; el uso de los drones, de los primeros planos sobre las paredes agrietadas por la erosión de cientos de miles de años. El blanco de la nieve.

    En 2019, el documental ganó L’Oeil d’Or a Mejor documental en el Festival de Cine de Cannes, Francia 2019, y en 2022, en los Premios Goya, España, como la Mejor película Iberoamericana.

    La cordillera de los sueños

    Título original: La cordillera de los sueños

    Producción: Chile–Francia, 2019

    Dirección: Patricio Guzmán

    Guion: Patricio Guzmán

    Fotografía: Samuel Lahu

    Locución: Patricio Guzmán

    Entrevistas: Pablo Salas, Francisco Gazitúa, Vicente Gajardo, Guillermo Muñoz, Jorge Baradit (...)