La creatividad de la memoria

La palabra memoria deriva del verbo latino “memorare”, que significa recordar o almacenar en la mente. Por eso, un conocido juego que consiste en encontrar, ya sea imágenes, palabras, animales, banderas o colores que sean iguales y están boca abajo, recibe el nombre de Memorama.

La memoria nos ayuda a recordar y conservar aquellas cosas que nos parecen importantes, así como traerlas a la superficie -como si fuera un submarino que emerge de la profundidad- cuando consideramos que es el momento oportuno.

Sin memoria no podríamos tener identidad, pues nadie nos aseguraría que somos la misma persona en situaciones diferentes, ya que cada momento constituiría un salto en el vacío. En efecto, como señaló el psicólogo Gordon W. Allport, en su libro Patrón y desarrollo de la personalidad: “Todos los seres humanos ideamos algún mecanismo que nos permite, al despertarnos cada mañana, estar seguros de que somos la misma persona que se fue a dormir la noche anterior”.

Desgraciadamente, cada vez utilizamos menos el invaluable recurso de la memoria, pues la tecnología nos tiene presente aquello que buscamos sin necesidad de memorizar demasiado. Es normal que la memoria se atrofie con el paso de los años, pero con esta permisividad tecnológica, corremos el riesgo de que la atrofia llegue antes y su declive sea más pronunciado.

En su libro de memorias, Mi último suspiro, escrito con la ayuda de su amigo Jean-Claude Carrière, el cineasta Luis Buñuel señaló: “a medida que van pasando los años, esta memoria, en un tiempo desdeñada, se nos hace más y más preciosa”.

Asimismo, subrayó: “Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida”.

¿Estimulo la creatividad de mi memoria?

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