La Culpa de Dulce Veneno: arte para el cambio

    En 2016, al presentarse el disco “Dulce Veneno”, del que forma parte “La Culpa”, la epidemia de diabetes se había disparado. Si en México en el año 2000 habían muerto 46 mil personas por diabetes, en el 2016 las muertes por diabetes se habían multiplicado a 106 mil, en solamente 16 años se habían más que duplicado las muertes por diabetes. Ahora que se relanza “La Culpa”, con un videoclip, el dato es que en 2020 murieron más de 150 mil personas por diabetes, es decir, en solamente veinte años aumentaron más de tres veces las muertes por esta causa. Los mexicanos nos habíamos convertido en los mayores consumidores de bebidas azucaradas en el mundo, representando estas bebidas el 70 por ciento de la ingesta de azúcares añadidos en nuestra dieta.

    En este contexto, en el que la diabetes se había convertido en la principal causa de amputaciones y ceguera en México, en que el sistema de salud se encontraba colapsado sin capacidad de atender los efectos de la diabetes, en el que el alto consumo de bebidas azucaradas se identificaba como una de las causas principales de esta epidemia; jóvenes alumnos y ex alumnos de la Escuela del Rock a la Palabra, institución pública de la ciudad de México, interesados en usar el arte para develar esta situación, se sumaron al proyecto “Dulce Veneno”. A través de diversos talleres, los jóvenes músicos se encontraron en sesiones con expertos en nutrición, salud pública, obesidad y diabetes, con especialistas en redes sociales y con el propio director de la escuela, Guillermo Briseño, y sus maestros para trabajar sobre las composiciones.

    Mientras se trabajaba en las piezas que formarían el disco Dulce Veneno, el Gobierno mexicano declaraba emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes, convirtiéndose en el primer país en el mundo en hacer declaraciones de emergencias epidemiológicas de enfermedades no transmisibles. Al mismo tiempo se conocía que México presentaba la mayor incidencia de muertes por diabetes en el mundo entre las naciones con una gran población. Sólo algunos países pequeños, como islas del pacífico, presentaban una mayor incidencia, pero ningún otro país con una población mayor a 40 millones presenta una incidencia de muertes por diabetes como México.

    Las declaraciones de emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes generaron la falsa expectativa de que vendrían acompañadas de medidas efectivas para enfrentar, justamente, la obesidad y la diabetes. Lo que pasó fue justamente lo contrario, ninguna de las políticas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud fue impulsada, se actuó en sentido contrario. Prevalecieron los intereses de las grandes corporaciones por encima de la salud. Las empresas de la comida chatarra y las bebidas azucaradas fueron invitadas por la propia Secretaría de Salud a tomar un asiento dentro del órgano que tenía la misión de evaluar las políticas contra la obesidad, en especial, Coca Cola estaba representada por diversos miembros en el Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles.

    Las canciones se escribieron en este contexto donde no solamente era claro el daño de las bebidas azucaradas en la salud de la población, su responsabilidad en la epidemia de obesidad y diabetes, sino también era claro el impacto de su publicidad multimillonaria y, en especial, la evidencia sobre la captura por parte de estas corporaciones del Poder Legislativo y Ejecutivo para evitar políticas que pudieran afectar sus intereses, como regular su publicidad o sacar sus productos de las escuelas.

    El videoclip de La Culpa muestra la calidad creativa de un amplio grupo de jóvenes artistas y su capacidad de revelar una realidad, un drama humano extremo ya normalizado. La composición y ejecución, así como la propia grabación, muestran un gran talento y calidad que debe encontrar formas de comunicarse por encima de los canales comerciales llenos de basura. Músicos, cantantes, prosistas, diseñadores, animadores, videógrafos, realizando un trabajo colaborativo partiendo de talleres con expertos en salud, redes sociales y en campañas públicas.

    La Culpa fue escrita por Alberto Cerritos y compuesta por él y Léster Ramírez con Adán Feijo y Victoria “Tyler” en voz y coros, Omar Balero en la batería, Felipe Antonio Souza en la guitarra, Federico Luna en congas y bongoes, Léster Ramírez en guitarra, voz, coros y sintetizadores y el propio Alberto Cerritos en el bajo.

    Las ilustraciones del videoclip de “La Culpa” son retomadas del disco “Dulce Veneno”, realizadas por “Mezcal&Aguarras”, y la realización de la animación es de Cacto Producciones, dirigida por Amaranta Rodríguez. Un arte de jóvenes por el cambio.

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