La democracia y la consulta para enjuiciar a los ex presidentes

ALDEA 21

    Si algo se ha cuestionado a la democracia mexicana ha sido la falta de representación popular en los cargos de elección y las instituciones de los gobiernos, debido a que se tiene una clara percepción por la mayoría ciudadana de que no se siente representada en el Poder Legislativo, ni por gobernadores, alcaldes y regidores en los cabildos. Por décadas este ha sido uno de los dilemas más complicados en las democracias de la historia reciente. De los principales cuestionamientos está cómo lograr legitimar las decisiones de los representantes populares y que se vean reflejadas en los hechos a través de las instituciones del Estado.

    Podría decirse que el principal problema de nuestra democracia es el de traducir el mandato representativo en la toma de decisiones, por lo que se ha tornado necesario revisar la naturaleza de los diversos modelos de democracia, principalmente entre el de democracia representativa y participativa.

    En la democracia representativa se entiende que el poder político procede del pueblo pero no es ejercido por él sino por sus representantes elegidos por medio del voto, en el supuesto de que los ciudadanos delegan las funciones de gobierno en personas elegidas por ellos. Es decir, ellos toman las decisiones en nombre de una mayoría que los eligió. Por otro lado, en la democracia participativa, los ciudadanos tienen una mayor influencia y actividad en la toma de decisiones en los órganos de representación y en las decisiones de los gobiernos. Una de sus principales ventajas es que la participación ciudadana adquiere relevancia e influencia en la formulación de las políticas gubernamentales y legislativas, creando mayor consenso social en las decisiones.

    Ambas se complementan, pues la democracia participativa se vincula para articular el desempeño de una democracia representativa a la hora de tomar decisiones de interés público. Un ejercicio de democracia participativa sería la convocatoria a realizar a una consulta nacional para decidir si se enjuicia a los últimos cinco ex presidentes de México el próximo 1 de agosto.

    Será el INE el encargado de realizar esta consulta en el País. Según se ha dado a conocer, en Sinaloa se realizará sólo en las cinco principales ciudades de la entidad y próximamente se anunciará la ubicación de las mil 631 mesas receptoras del voto, consulta que tendrán que recabar por lo menos la votación del 40 por ciento de la lista nominal que representa poco más de 908 mil votos de los casi 37 millones 400 mil que representa a nivel nacional.

    Aunque fue modificada por la SCJN, la pregunta originalmente planteada por el Presidente López Obrador que decía: “¿Estás de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y, en su caso, sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, antes, durante y después de sus respectivas gestiones?”.

    Sin embargo la pregunta que finalmente quedó fue: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminados a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.

    La pregunta no involucra directamente a los ex presidentes como se aprecia, sin embargo es público que su finalidad es la de poner a consideración si se enjuicia o no a los ex presidentes del llamado periodo neoliberal, con excepción de Miguel de la Madrid que falleció en 2012. Toda una encomienda de organización y logística para la militancia y simpatizantes de Morena, la de convocar a la ciudadanía para que participe en la consulta.

    Desde luego que esta consulta no sólo se trata de un procedimiento democrático para que las autoridades actúen en consecuencia, sino que es también un asunto de carácter político, en el que se juega el futuro de toda una generación de la clase política del PRI, el PAN y lo que queda del PRD de los últimos 30 años. Podríamos decir que esta consulta sería la estocada final al desprestigiar los gobiernos y políticos más representativa del régimen neoliberal en México.

    Considerando el refrendo nacional a Morena el pasado proceso electoral, es casi seguro que en la consulta gane el Sí para enjuiciar a los ex presidentes, pues quedó más que evidente que millones de mexicanos y sobre todo en Sinaloa, la gente, en la mayoría de los casos, votó por Morena porque aún le alcanzó la indignación para expresar su rechazo a la alianza PRIANRD. Es muy probable que esta manifestación de castigo se repita.

    Si duda que de los principales retos que tiene Morena y las organizaciones sociales que apoyan la consulta, será la de lograr hacer llegar los argumentos que convenzan a la ciudadanía de la importancia histórica y política de ser partícipes para combatir la corrupción y la impunidad; así como la capacidad de movilización el día de la consulta y la contribuir para garantizar la seguridad de los cuidados ante el repunte de la pandemia.

    Hasta aquí mis comentarios, los espero en este espacio el próximo martes.

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