Las nueve sinfonías de Beethoven son excelsas, aunque las impares (1,3,5,7 y 9) sean más brillantes o majestuosas. No obstante, las pares (2,4,6,8) son igualmente bellas y con temas apacibles que, aún dentro del clasicismo, están impregnadas de romanticismo.
Este jueves y viernes, a las 20:00 horas, la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes ofrecerá la Cuarta Sinfonía, en el Teatro Pablo de Villavicencio y en la Torre Académica de la UAS (para concluir el 27 Festival Universitario), respectivamente.
Robert Schumann señaló que la Cuarta Sinfonía de Beethoven era “una doncella griega entre dos gigantes nórdicos”, en clara referencia a la Tercera y Quinta Sinfonía. Con esta comparación no le restaba importancia, pues hacía referencia a la belleza de sus formas. Incluso, no faltan comentaristas que sugieran que es la más perfecta y modulada de las sinfonías de Beethoven.
De hecho, el director de orquesta, Josef Krips, expresó: “Esta obra se aproxima al espíritu que campea en la Octava, pero mientras que esta última es la más vienesa de las nueve sinfonías, la Cuarta contiene un movimiento lento de indescriptible profundidad. Situada entre el drama de la Tercera y de la Quinta, esta sinfonía es un estudio sobre la serenidad: toda ella es la aceptación beethoveniana de la vida”.
El primer movimiento comienza con un adagio que pronto da paso al allegro vivace. El segundo, es un adagio que comunica serenidad y tranquilidad, mientras que el tercero es un Allegro molto e vivace con un toque de humor o scherzo. El cuarto movimiento es un Allegro ma non troppo, con un tiempo rápido.
El programa del concierto incluye la obra Garvage Concerto, de Jan Jarvleep, con el ensamble de percusiones SAFA, para apreciar el arte musical con los desechos de basura.
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