La esencia del debate eres tú: haz que cuente

    Más allá del formato, frases célebres, actuaciones o espectáculos, el núcleo de los debates lo constituyen las propuestas y soluciones factibles a los principales problemas del País.

    Los debates electorales suelen ser hitos importantes durante las campañas electorales, ya que el circuito de la comunicación política de las candidaturas cambia de personas candidatas dirigiendo sus mensajes a la ciudadanía en medios masivos, a candidaturas en pugna frente a sus adversarios. Por eso son ejercicios de alto valor para la emisión de un voto informado.

    Desde luego, no son espacios ausentes de anécdotas, algunas francamente surrealistas, como cuando en 1976 Gerald Ford afirmó que no existía ninguna dominación soviética en “Europa del este”, error que fue aprovechado por su adversario Jimmy Carter. O cuando el actual Presidente de México, en 2018, resguardó su cartera en el momento en que uno de sus oponentes se acercó durante uno de los debates.

    También ha habido reflexiones memorables, como la de Ronald Reagan en 1980, cuando lanzó una poderosa pregunta al electorado norteamericano que veía ese debate: “¿Está usted mejor económicamente que hace cuatro años?”. Pero se han presentado otras muy desafortunadas, como la que pronunció Mitt Romney en 2012 cuando se refirió al tema de las diferencias salariales entre mujeres y hombres y dijo que tenía “carpetas llenas de mujeres”. Los protagonistas de los debates también han sido los ciudadanos, como en el del año 2016, cuando un ciudadano asistente preguntó a Hillary Clinton y Donald Trump si podrían decir algo amable uno sobre el otro.

    En México, los debates presidenciales de 2018 marcaron un antes y un después. El formato town hall y la moderación activa son elementos en beneficio de la calidad de la exposición de las ideas, lo que a su vez produce estímulos informativos de mayor calidad a las audiencias.

    Algunos estudios relevantes, como los publicados en la Revista Latina de Comunicación Social en el año 2020, revelan que entre los efectos más importantes de los debates se encuentra el de convocar a una mayor cantidad de personas ciudadanas a las urnas, pues aproximadamente un 12 por ciento pensaba no votar y, tras los debates, finalmente votó en las Elecciones Generales de abril de 2019 en España.

    El cambio de decisión de voto se presentó en un 7 por ciento. Evidentemente, estos efectos pueden modificarse según el contexto específico de cada sociedad en un momento determinado. Sin embargo, constituyen un referente para tenerlo en cuenta.

    Guía ciudadana para observar activamente el debate presidencial

    Más allá del formato, frases célebres, actuaciones o espectáculos, el núcleo de los debates lo constituyen las propuestas y soluciones factibles a los principales problemas del país. Por eso aquí se presentan cinco puntos a tener en cuenta para que los debates produzcan valor cívico:

    - Prepararse antes del debate. Informarse sobre propuestas y perfiles de las candidaturas. Conocer previamente sus programas y propuestas puede ayudar a detectar inconsistencias o cambios en sus posturas.

    - Escuchar críticamente. Prestar atención no solo a lo que dicen, sino cómo lo dicen. Analizar los argumentos, verificar la consistencia y la factibilidad de las propuestas presentadas.

    - Verificar los datos en tiempo real. En la era digital, se pueden usar teléfonos, tabletas o computadoras para tener acceso a plataformas que permitan verificar las afirmaciones de los candidatos en tiempo real. Algunos medios de comunicación y organizaciones independientes ofrecen verificaciones de datos durante o después de los debates, como es el caso de @ElSabuesoAP, quienes verifican el debate presidencial y contribuyen así al combate a la desinformación electoral.

    - Contrastar múltiples fuentes de información. Después del debate, contrastar la información recibida con diversas fuentes confiables. Esto incluye buscar los datos y estadísticas mencionados, leer análisis de expertos y consultar informes de fact-checking. La comparación de fuentes puede revelar sesgos o errores en las afirmaciones de los candidatos.

    - Participar en discusiones informadas. Dialogar con otras personas sobre lo observado en el debate, intercambiando puntos de vista y argumentos en persona o en redes sociales. Este intercambio puede incluir a las propias candidaturas y ayudar a aclarar dudas, contrastar opiniones y fomentar una comprensión más profunda de los temas tratados. Es importante que estas discusiones se realicen de manera respetuosa y crítica, evitando caer en la polarización o en la difusión de información no verificada.

    Las y los ciudadanos pueden ejercer un rol más activo y crítico durante los debates electorales, contribuyendo a una cultura política democrática informada y resiliente frente a la desinformación.

    Los debates son una parte del complejo proceso mediante el cual la ciudadanía toma sus decisiones electorales; sin duda, son una herramienta poderosa en la democracia moderna para la deliberación pública y la emisión de un voto que, entre más informado sea, será más libre.

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    Especialista en materia político-electoral, comunicación política e innovación

    @RobertHeycherMx / Animal Político / @Pajaropolitico

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