La lotería de la vida

ÉTHOS
05/10/2021 04:00
    En nuestro nacimiento nos tocó el premio ‘gordo’, pues ‘salimos de la pobreza absoluta de la nada y entramos en la maravilla del tiempo y de la sangre’... la lotería de amar tiene doble premio: ‘la posibilidad de amar y de ser amado... Para esa lotería no hace falta ni comprar billete; basta con tener corazón y no tenerlo demasiado endurecido por el egoísmo’.

    La lotería es un juego de mesa popular en el que todos hemos participado. En este entretenimiento tiene una gran participación el azar, para que del mazo “salgan” primero las figuras que tenemos en nuestra carta.

    La Lotería Nacional para la Asistencia Pública es, también, un conocido sorteo en el que se adquieren “cachitos” y, de ser posible la serie completa, para que la suerte lo convierta a uno en millonario.

    La palabra lote proviene del vocablo francés “lot” (herencia) y del gótico hlauts (porción de tierra y, también, suerte). Cuando el padre fallecía repartía en suerte los diferentes lotes o parcelas de medidas diferentes a los hijos. Había quien heredaba un terreno muy fértil; otro, uno muy pedregoso y, tal vez, a otro le correspondía uno pantanoso. El que correspondiera a uno el mejor lote constituía una lotería, de donde se formó la palabra italiana “lotteria” para significar el juego de azar.

    Haciendo una comparación con nuestra vida, José Luis Martín Descalzo indicó que en nuestro nacimiento nos tocó el premio “gordo”, pues “salimos de la pobreza absoluta de la nada y entramos en la maravilla del tiempo y de la sangre”.

    Precisó que la lotería de amar tiene doble premio: “la posibilidad de amar y de ser amado... Para esa lotería no hace falta ni comprar billete; basta con tener corazón y no tenerlo demasiado endurecido por el egoísmo”.

    Agregó que la lotería de la esperanza es cuesta arriba: “Para jugar a ella hay que tener los ojos limpios y algunos kilos de corazón frente a la adversidad”.

    Señaló que la lotería de creer es un don, no se compra. “Y ese sí que es un buen “gordo”. No “resuelve” los problemas. Pero da fuerzas para resolverlos”.

    ¿Dejo todo al azar?