"La melancólica golondrina"

Hace algunos años, era común que al despedir a un amigo o familiar que se iba lejos, o ante la pérdida de un ser querido, se entonara la canción conocida como “Las golondrinas”. Hoy, esta costumbre ha venido a menos; es usual que en un fallecimiento se interprete la canción preferida del difunto o se prefiera cantar el éxito de Juan Gabriel, “Amor eterno”.

 

Originalmente, la melancólica canción a la que nos referimos se tituló “La golondrina”, pero el folclor popular la rebautizó con el plural. Originalmente fue un poema de Narciso Zamacois y después lo musicalizó Narciso Serradel. Ambos autores se dejaron llevar por la melancolía de estar fuera de su patria. El primero, por ser español y radicar en México; el segundo, por ser mexicano y estar exiliado en Francia. Incluso, se comenta que con las letras iniciales de cada renglón se formó un acróstico: “Al objeto de mi amor”.

 

La golondrina, por ser un ave migratoria, se ha constituido en símbolo de añoranza en todas las culturas. “La golondrina (rondine) al nido” es una canción italiana tradicional en la que se narra cómo el ave anida en una torre antigua cuando florece el almendro y retorna cada año en la misma fecha, pero no se sabe si la amada -como la golondrina- retornará.

 

Gustavo Adolfo Bécquer también se refirió a las golondrinas. “Volverán las oscuras golondrinas/ en tu balcón los nidos a colgar.../Aquellas que aprendieron nuestros nombres.../ ¡Esas...no volverán!”

 

La conocida canción de Tomás Méndez implora, asimismo, el regreso de su amada golondrina: “Golondrina presumida, golondrina consentida, de allá del mar vendrás, tienes que regresar porque tú traes, porque tú traes..., porque tú traes mi vida”.

 

¿Ama mi corazón como fugaz golondrina? ¿Añoro el regreso de alguien? ¿Sufro alguna pérdida o despedida?

 

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@rodolfodiazf