Rafael Morgan Ríos
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En esta columna se han publicado varios artículos sobre la situación de Pemex y prácticamente ninguno de fondo sobre la Comisión Federal Electoral, lo cual ha provocado reclamaciones de los lectores y personas interesadas en este tema.
1. La CFE ya no es una empresa monopólica estatal en la producción, distribución y venta de energía en México; ahora es una empresa productiva del Estado que tiene que competir con otras empresas privadas, nacionales y extranjeras, si bien tiene la gran ventaja que es la única que tiene la red de distribución nacional, la que tendrá que utilizar cualquier nueva empresa que quiera distribuir energía, excepto aquellas que produzcan para auto consumo, con la ventaja de que si se tienen sobrantes se le pueden vender a la CFE a los precios convenidos.
2. La red de distribución de la CFE tiene poco más de 800 mil kilómetros de cables de media y baja tensión, mientras que la red de transmisión es de más de 106 mil kilómetros para el traslado en alta tensión desde las plantas generadoras a las subestaciones. Esto, por sí solo, representa un formidable activo insustituible de la empresa y una ventaja competitiva.
3. Al dejar de ser una empresa estatal monopólica, la CFE debió reorganizarse y ahora tiene una estructura similar a la de Pemex, pues cuenta con un corporativo y cuatro empresas subsidiarias como son el grupo de Subsidiarias de Generación; la subsidiaria de Transmisión; la de Distribución y la de Suministro Básico; cada una de ellas tiene su propia estructura administrativa y en cada uno de sus Consejos de Administración está un Consejero del Sindicato.
Cuenta también con cuatro empresas filiales: la de Suministro Calificado; la de Contratos Legados; la de Energía y la de CFE Internacional y además una Unidad de Negocios para Generación Nuclear.
4. La empresa tiene más de 94 mil plazas, mientras que Pemex tiene alrededor de 115 mil plazas, aunque se pretende recortarle más de 4 mil. El problema de ambas empresas es el nivel de productividad del personal sindicalizado, quienes actúan como si fueran inamovibles y con prestaciones muy por encima de las de las empresas privadas.
5. Las fuentes de generación de energía son, en primer lugar la termoeléctrica, a base de combustible, que es el 69 por ciento del total; la carboeléctrica a base de consumo de carbón, que aporta el 13 por ciento y la energía limpia, principalmente hidroeléctrica que genera el 18 por ciento principalmente hidroeléctrica, solar y eólica.
La producción de energía a base de carbón es la más contaminante y es probable que ya se hubiera eliminado, si no fuera porque las minas de carbón tienen una buena cantidad de empleos y las empresas, algunas propiedad de los sindicatos y de los mineros, presionan para que se siga utilizando el carbón.
Las termoeléctricas a base de derivados de petróleo son también muy contaminantes, por lo que debe impulsase el uso del gas natural, aunque algunas plantas requieren su transformación. La CFE es de las pocas dependencias públicas que cuenta con planes de más de 20 años, pues cualquier planta generadora requiere cinco o seis años para su planeación, construcción y operación.
Es de mencionarse que la CFE tiene una planta generadora de combustión de uranio, que ha sido ejemplo internacional de seguridad, a pesar de tener ya más de 40 años en operación, y ya se menciona la posibilidad de construir una planta más.
6. Con la reestructuración no se logró reducir el personal y ante la poca productividad del personal sindicalizado y de la empresa en general, así como el hecho de no poder incrementar el precio de la energía, principalmente en el consumo doméstico, se requiere subsidiar su venta. Según el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2018, los subsidios a las tarifas eléctricas ascenderán a más de 50 mil millones de pesos o sea 11 por ciento más que en 2017. Este subsidio favorece en casi un 15 por ciento a los hogares más pobres, pero en más del 50 por ciento a los hogares más ricos. En cada uno de los “recibos de la luz”, aparece el importe del subsidio de cada hogar, que en este año será, como ya se dijo, por más de 50 mil millones de pesos, casi el 13 por ciento de los ingresos totales de la CFE, que rondan los 400 mil millones de pesos.
En un siguiente artículo se analizarán otros problemas existenciales de la CFE, empresa productiva del Estado que es crucial para la economía nacional y de cuya energía dependen empresas, comunidades y hogares de todo el país.