La sombra (2)

BUHEDERA
    ‘Cuando alguien, con su actitud o sus ideas, nos afecta emocionalmente y respondemos de forma exagerada en su contra, lo más probable es que estemos proyectando nuestra sombra. Aunque las proyecciones también pueden ser positivas, generalmente lo que advertimos en los demás son esas cualidades que nos resultan más insoportables de nosotros mismos’.

    ¿Qué es la sombra personal?, por Iñaki Kabato

    https://www.psicoadapta.es/blog/que-es-la-sombra-personal/

    “Todas las personas llevamos dentro un ángel y un demonio, una parte correcta, noble y amable (nuestra máscara social consciente) y otra parte oscura, reprimida y generalmente inexplorada que alberga instintos heredados (como la rabia, la violencia, el odio, la mentira, la vergüenza, los celos, la culpa...) e ideas homicidas, suicidas, sádicas o lujuriosas, por ejemplo. La sombra personal es una parte del inconsciente que conforma nuestro ego (nuestro Yo), esa parte donde hemos ido desechando todo lo que no se acomoda a nuestro ego ideal durante el proceso de desarrollo de nuestra personalidad. El resultado es la reducción progresiva de nuestra identidad, empobreciendo y distorsionando lo que creemos que somos, además de sentirnos perseguidos continuamente por nuestra propia sombra que lucha para hacerse oír ante la conciencia, camuflándose en forma de ansiedad, miedo, vergüenza, culpa o tristeza. Por eso también contiene todo tipo de capacidades potenciales que no hemos desarrollado, cualidades que no hemos manifestado porque las hemos desterrado a las profundidades de nuestra mente y que son parte de nuestra propia humanidad, de nuestra verdadera naturaleza. Solo aceptando la existencia de la sombra podremos descubrir las cualidades que encierra, porque no solo contiene el mal, simplemente es lo opuesto al ego. Lo que hemos reprimido contiene también cualidades buenas como instintos normales, impulsos creadores, sabiduría instintiva y una gran energía que podemos utilizar de forma positiva, porque la sombra está contigua al mundo de los instintos. Ante una situación de peligro inminente para la supervivencia del cuerpo nuestra naturaleza animal toma el mando y actúa de manera inmediata, pasando por encima de nuestro Yo consciente.

    La oscuridad está presente en cada individuo. Hitler, Stalin, Pol Pot... no pertenecían a una raza maligna diferente a la nuestra, eran seres humanos como nosotros. Cuando el ser humano no acepta esa parte negativa de su propio psiquismo fruto de haber desarrollado un ego, negando su propia maldad, culpabilidad o sentimiento de inferioridad, necesita proyectarla sobre los demás para después percibir que son los otros los mezquinos, culpables o malvados. El fenómeno de la proyección es un mecanismo mental (emocional y social) inconsciente que consiste wen atribuir al mundo externo nuestra propia culpabilidad, ruindad y maldad, y luego sentir que lo negativo procede del exterior (lo que reduce nuestra ansiedad) para después pasar a perseguirlo y aniquilarlo. Con nuestras partes negadas construimos al enemigo, percibiendo en él sólo aquellos aspectos que nos resultan insoportables en nosotros mismos, convirtiéndose así en el espejo de nuestro propio Yo: odiamos a nuestro enemigo en la misma proporción en que odiamos ciertos aspectos de nosotros mismos.

    ¿Cómo saber cuándo proyectamos, cuándo entramos en el territorio de la sombra?

    Cuando alguien, con su actitud o sus ideas, nos afecta emocionalmente y respondemos de forma exagerada en su contra, lo más probable es que estemos proyectando nuestra sombra. Aunque las proyecciones también pueden ser positivas, generalmente lo que advertimos en los demás son esas cualidades que nos resultan más insoportables de nosotros mismos. Entonces para descubrir estas cualidades de nuestra sombra debemos investigar qué actitudes y rasgos nos molestan de los demás y en qué grado nos afectan. Si yo lo que más odio y detesto es la soberbia, por ejemplo, lo más probable es que esté ante cualidades de mi propia sombra personal, aunque me sea extremadamente difícil admitirlo. Por supuesto no todo lo que criticamos es una proyección, pero si actuamos desproporcionadamente ante lo que objetivamente no tiene tanta importancia significa que algo se ha activado en nuestro inconsciente. Si asumimos la responsabilidad de nuestras propias emociones en la generación del proceso de la proyección, podremos cambiar nuestra idea y sentimiento hacia la gente que nos rodea por otra visión más realista”.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!