Las becas al desempeño: problemas y soluciones

24/02/2025 04:01
    Se supone que los profesores que logran mayor impacto en la calidad educativa recibirán mayores apoyos, pero en muchos casos, esto no sucede. Esto genera una contradicción que desmotiva a quienes se esfuerzan año tras año en mejorar los indicadores de prestigio de la institución.

    Cada año, los docentes de la Universidad Autónoma de Sinaloa participan en la convocatoria para las Becas al Desempeño Académico, un programa financiado por la Secretaría de Educación Pública. Este esquema busca incentivar la mejora de la calidad educativa en las instituciones de educación superior en México, recompensando el esfuerzo de los académicos a través de estímulos económicos.

    Los apoyos se distribuyen con base en un tabulador de siete niveles, donde el nivel 1 representa el menor incentivo y el nivel 7 el mayor. En teoría, estos niveles se asignan según los puntos que cada docente acumula con su productividad académica, es decir, su desempeño en investigación, docencia y gestión académica. Sin embargo, la implementación del programa en la UAS ha dejado mucho que desear.

    A pesar de los objetivos del programa, en la práctica no siempre se refleja un sistema justo y equitativo. Uno de los problemas más evidentes es la falta de correspondencia entre la productividad académica y la asignación de los apoyos económicos.

    Se supone que los profesores que logran mayor impacto en la calidad educativa recibirán mayores apoyos, pero en muchos casos, esto no sucede. Esto genera una contradicción que desmotiva a quienes se esfuerzan año tras año en mejorar los indicadores de prestigio de la institución.

    Por ejemplo, los académicos con reconocimientos externos de alto prestigio, como los pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), no son necesariamente ubicados en las categorías más altos del tabulador. En muchos casos, incluso se encuentran en los niveles más bajos.

    Esto sugiere que la asignación de estos beneficios no siempre responde a criterios objetivos de productividad, sino que pueden estar influidos por otros factores, como la alineación política con la administración universitaria.

    Es necesario reformar el programa de becas al desempeño para garantizar que cumpla su propósito original: premiar a quienes realmente elevan la calidad académica de la UAS. Para ello, respetuosamente proponemos las siguientes mejoras:

    1.Los académicos que han logrado mantenerse dentro del SNII han demostrado su impacto en la investigación y la educación superior. Asegurarles un nivel mínimo dentro del tabulador permitiría que se enfoquen en sus labores sustantivas sin tener que destinar semanas enteras a un proceso burocrático que, en muchos casos, no reconoce su verdadero aporte.

    2. La asignación del nivel en el tabulador debe reflejar de manera transparente los puntos obtenidos por cada docente. Es inaceptable que, a pesar del tiempo y esfuerzo invertido en presentar evidencias de rendimiento, los niveles más altos sean distribuidos entre un grupo reducido de beneficiarios cuya principal característica no es su producción académica, sino su cercanía con la administración. Para evitar suspicacias, los resultados deberían publicarse abiertamente, como ocurre en el SNII, donde las evaluaciones son públicas y transparentes.

    3. Actualmente, las becas al desempeño tienen una duración de solo un año, lo que genera incertidumbre para los académicos que han trabajado durante años en mejorar su productividad. Extender la vigencia del programa a dos o tres años permitiría a los beneficiarios tener mayor estabilidad y planear mejor su trabajo académico, sin la presión de repetir anualmente un proceso desgastante.

    4. Un problema recurrente ha sido el retraso en los pagos de estos incentivos, e incluso en algunos casos, su desaparición sin explicación clara. Es necesario que las autoridades proporcionen información detallada sobre la administración de estos recursos y garanticen que los pagos sean efectuados en tiempo y forma. La transparencia en el manejo del presupuesto es fundamental para recuperar la confianza en este programa.

    Es fundamental que la administración de la UAS sea receptiva a las preocupaciones de su planta docente. Los profesores son quienes sostienen la calidad educativa de la institución y generan los indicadores que permiten obtener estos apoyos financieros. Ignorar sus necesidades o implementar políticas arbitrarias solo desincentiva el esfuerzo y deteriora la confianza en la gestión universitaria.

    Las becas al desempeño académico pueden ser una herramienta para mejorar la educación superior, pero solo si se aplican con igualdad, transparencia y un genuino reconocimiento al mérito académico. La administración actual de la UAS debe demostrar su compromiso con una universidad más justa, donde el talento y el esfuerzo sean los únicos criterios para el reconocimiento y la recompensa.