|
PUERTO VIEJO

Las expectativas...

    osunahi@hotmail.com
    Uno de los grandes postulados del Presidente de la República prometía combatir la corrupción dentro de las esferas del gobierno, pero todo ha quedado en el mundo etéreo de lo prometido, ya que, de la cabeza a los pies del sistema de gobierno, los actos de corrupción son el pan de cada día.

    Hoy acompañaremos al astro rey quien va rumbo al crepúsculo en su ineludible desplazamiento rumbo al poniente, hasta llegar a su hundimiento provisional en el horizonte, con nosotros, a la espera de vislumbrar el rayo verde, a manera, tal y como corresponde, a iniciar el conteo de las horas que le quedan al presente 2023 y a la llegada del nuevo año, con la aspiración de que venga cargado de ventura; con la participación de todos nosotros, para que se haga realidad tal deseo, ya que entre otras circunstancias, en nuestro país, tendremos elecciones federales de la gente que se integrará al Poder Legislativo, así como la titular del Poder Ejecutivo, y en algunos estados de la República, saldrán nuevos gobernadores, junto con alcaldías y sus correspondientes cabildos; procesos electorales, que esperemos se desarrollen sin contratiempos graves, ya que el horno republicano no está como para atizarle más leña.

    El cierre del 2023 marca también el computo de los últimos meses de la presente administración federal a cargo de Andrés Manuel López Obrador y quienes, desde el terreno legislativo, prometieron el logro de una cuarta transformación del país, lo que acarrearía, según sus ofrecimientos de campaña, la culminación de las aspiraciones de los que entregaron sus vidas en los movimientos de Independencia, de la Reforma y de la Revolución. No sucedió, ya que los logros alcanzados palidecen ante los temas que quedaron en meras ofertas para conquistar el voto popular, que les diera el pase al ejercicio de gobierno y todo lo que ello implica para el beneficio partidista y personal.

    Desde mi limitado punto de vista las promesas en el sentido de la construcción de un clima de paz, la renovación de los sistemas de salud y educativos hacia niveles de excelencia, así como el combate a la corrupción, han constituido un rotundo fracaso. Cierto, hubo un mejoramiento del ingreso de la población, el cual tropieza en los súper baches que representan los fracasos señalados.

    De nada nos sirve a los ciudadanos obtener mejores ingresos, si no podemos disfrutar de nuestro ocio, debido a la zozobra de convertirnos en una víctima colateral de la violencia o en sujetos de la codicia de los extorsionadores, los que llegan al secuestro, en el caso de personas que logran acumular riqueza producto de su esfuerzo.

    Un mejor ingreso, ciertamente, da tranquilidad económica, la cual, ante una enfermedad, así se cuente con el beneficio de la seguridad social, implica gastos extraordinarios, muchas veces, impagables, ante las insuficiencias e ineficiencias en las que se encuentra el sistema de salud pública, el cual, por increíble que parezca, no fue considerado para la aplicación extraordinaria de multimillonarios recursos como los que se asignaron a las llamadas obras materiales insignes del presente gobierno. Ante el grave estado del sector salud, podemos figurar que la relación entre este y el ciudadano, cae como anillo al dedo dentro del dicho que afirma que el hambre le pide a la necesidad.

    Educación, palanca del progreso y crecimiento de cualquier sociedad, continúa significando un tema no atendido por el gobierno y bajo la 4T, tampoco recibió la atención que requiere, de tal suerte, que las aulas de cartón y el estado deplorable de los centros educativos continúan vigentes, y de paso, con un plan educativo de nivel básico, cuestionado, por su falta de concordancia con la realidad actual y el acelerado desarrollo tecnológico.

    Uno de los grandes postulados del Presidente de la República prometía combatir la corrupción dentro de las esferas del gobierno, pero todo ha quedado en el mundo etéreo de lo prometido, ya que, de la cabeza a los pies del sistema de gobierno, los actos de corrupción son el pan de cada día.

    Las expectativas levantadas por Andrés Manuel, no lograron convertirse en una realidad y los carteles que las anunciaban quedaron listas para que pasen a las manos de su muy probable sucesora, y a nosotros, los ciudadanos, también nos queda el pendiente a cargo, de hacer uso pleno de nuestro carácter de ciudadanos activos, más allá de nuestra entrega de votos cuando nos los requieren. ¡Feliz Año Nuevo 2024!

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!