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"OPINIÓN"

"Las primeras lecciones de Biden"

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    jesusrojasriver@gmail.com

     

    No hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se llegue. De negro, subiendo maletas a un helicóptero de la Fuerza Aérea, Donald Trup salió de la Casa Blanca en una despedida gris, muy acorde al color de los últimos días de su mandato. Ni los berrinches, ni los discursos incendiarios y mucho menos las protestas pudieron evitar que Joe Biden y Kamala Harris protestaran los cargos más importantes en la representación política en el vecino país del norte.

    El discurso de Biden retoma la tradición de la solemnidad perdida en los cuatro años de su antecesor, elogiando las instituciones democráticas, llamando a la conciliación, al diálogo, a formar un gobierno incluyente para todos, incluyendo aquellos que no votaron por él.

    Alejándose de la confrontación con el pasado, dando rápidamente la vuelta a la página, sin caer en la letanía de los pretextos. Biden tiene bien claro que anclarse al pasado es perder tiempo, que solo los populistas fustigan a los vencidos y que los verdaderos transformadores de la realidad pública tienen la vista puesta en lo que viene o en lo mucho que queda por hacer.

    Y comenzaron los primeros golpes de timón en el nombramiento de su gabinete, el Presidente número 46 sacudió las planas al revelar la pluralidad de los hombres y mujeres que lo acompañarán en el complicado mandato. La Secretaria del Tesoro será Janet Yellen, una mujer, la primera presidenta de la Reserva Federal será ahora la encargada de la administración de los fondos y la administración pública de uno de los países más centralizados del mundo. Lloyd Austin, un general afroamericano en retiro será el Secretario de la Defensa en lo que puede ser considerado uno de los mensajes de mayor inclusión en las fuerzas armadas desde que en 1950 se concedió el primer título de oficial al piloto Jesse L. Brown, un combatiente afroamericano reconocido como héroe de guerra en plena era de la segregación racial durante la guerra contra Corea.

    Xavier Becerra, hijo de inmigrantes mexicanos ocupará la difícil posición de Secretario de Salud en el proceso de vacunación en la pandemia, y al polémico rival de las elecciones primarias Pete Buttigieg, ex Alcalde de South Bend Indiana, afamado por el mote del "Alcalde millennial gay" será el encargado de la Secretaría de Transporte, lo que supone una apertura también al movimiento LGBT.

    Más del 50 por ciento serán funcionarios de las llamadas "minorías" y serán también 50 por ciento de mujeres y hombres en el primer nivel de su gabinete, lo que supone el mayor reto para la inclusión y la igualdad en un arranque de administración federal. Todo esto es un mensaje de contraste contra el legado xenófobo, racista y conservador del ex mandatario republicano que no estuvo presente en la ceremonia de toma de protesta.

    Mención aparte merece el papel privilegiado que tendrá la Vicepresidente Kamala Harris, una mujer dueña de un carisma extraordinario, hija de padres migrantes y una trayectoria envidiable en la justicia norteamericana. Kamala ha construido su camino en la bien valorada cultura del esfuerzo desde que se graduó en Derecho y comenzó modestamente en la representación jurídica de mujeres violentadas y abusos de discriminación. Su empeño y preparación la llevaron a ser Fiscal en San Francisco, luego Fiscal General de California para después incursionar a la política como Senadora por su estado natal.

    Muchas voces apuntan a que Biden tendrá un papel moderado y sobrio en su gobierno, y será Kamala quien figure en las acciones más vistosas, en lo que se perfila como la construcción temprana de la candidatura para la sucesión del cargo. Aunque para eso falta mucha agua por pasar en el río.

    Lo cierto es que las lecciones iniciales de Biden hablan del compromiso que tiene en la reconstrucción de las golpeadas instituciones democráticas, después del gran daño que Donald Trump causara. Estados Unidos vive el despertar de una larga noche de violencia racial y xenofobia que no acabarán en un periodo gubernamental, pero que estoy seguro tampoco aumentará, porque el perverso incentivo que movía al ex mandatario se agotó. El camino a la reconstrucción será lento pero podrán sobrepasarlo, prueba de ello es que todos esperaban una toma de posesión envuelta en la violencia, cosa que no ocurrió.

    En México nos queda vernos en aquel lejano espejo, en donde gracias a las fortalezas de las instituciones pudieron hacer que mal paso fuera de prisa. Contrario a lo que nos sucede, donde el discurso de polarización se emite todos los días desde Palacio Nacional y la búsqueda está en pulverizar los equilibrios del poder en los organismos que deberían permanecer autónomos, independientes y soberanos. No es casual que el discurso de Trump y de AMLO sea muy parecido, como tampoco lo es, el apoyo que nuestro Presidente le reiteró al que acaba de salir huyendo a su casa en Florida. Luego le seguimos...

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