Las relaciones ‘azucaradas’

ENTRE COLUMNAS
03/05/2021 03:30
    El término actualmente se ha popularizado en todo el mundo para referirse al hombre maduro (soltero o casado) que tiene un vínculo amoroso con una mujer mucho menor que él, denominada “sugar baby”. El “sugar daddy” mantiene la relación a cambio de regalos, dinero en efectivo, viajes, u otros beneficios financieros y materiales. El término también aplica a las relaciones en las que la mujer es la mayor en edad, en ese caso “sugar mommy”. Aunque el modelo predominante es el descrito primero.

    El término “sugar daddy” nació en Estados Unidos a principios del Siglo XX, cuando la modelo y socialité Alma de Bretteville empezó a llamar así a su pareja Adolph Spreckels; un millonario empresario, director de la fábrica de azúcar de San Francisco, y veinticuatro años mayor que ella.

    El término actualmente se ha popularizado en todo el mundo para referirse al hombre maduro (soltero o casado) que tiene un vínculo amoroso con una mujer mucho menor que él, denominada “sugar baby”. El “sugar daddy” mantiene la relación a cambio de regalos, dinero en efectivo, viajes, u otros beneficios financieros y materiales. El término también aplica a las relaciones en las que la mujer es la mayor en edad, en ese caso “sugar mommy”. Aunque el modelo predominante es el descrito primero.

    Se trata de relaciones entre individuos con perfiles socioeconómicamente asimétricos, en las que existe un acuerdo de intercambio, en el cual el hombre ofrece Capital Económico y la mujer ofrece, lo que la economista Katherine Hakim, denomina Capital Erótico.

    El capital económico se refiere a los recursos materiales y financieros que un individuo pone a disposición de la pareja, en este caso de la “sugar baby”. Ella, por su parte, pone en una balanza los costos y beneficios para determinar si el hombre es conveniente. Mientras mayor sea el beneficio, mayor será el atractivo.

    Para el economista Gary Becker, cada relación interpersonal puede ser considerada como un contrato, en el cual cada miembro “contrata” o adquiere el salario del otro, y éste ofrece también un beneficio a cambio.

    No se trata estrictamente de una prostitución, en sentido de que los “sugar daddies” no están pagando por un servicio per se, sino que están invirtiendo financieramente en una relación libre y consensuada. Y lo hacen porque pueden permitírselo y disfrutan del acceso a mujeres que de otro modo serían inaccesibles. Por otro lado, esto sugiere que las “sugar babies” no están en situación de desesperación. Más bien, buscan una compensación económica adicional.

    Sin embargo, en las relaciones “azucaradas” el factor financiero no es el único atractivo hacia los hombres mayores, sino que influye también la combinación con otro recurso que se adquiere con la edad: el Capital Cultural. Éste se refiere al comportamiento que podríamos entender como más sofisticado y refinado, pues a menudo el alto ingreso se combina con la obtención de altos grados académicos.

    Aquí los jóvenes son comprendidos como los novatos, los que entran en las disputas propias del campo cultural desde posiciones de relegamiento. Las personas de edad superior, son las que generalmente ocupan las posiciones dominantes y de más prestigio en el campo cultural.

    De acuerdo a este enfoque, una persona que es culto, amable y con grados académicos, es decir, que tiene un capital cultural alto, resulta interesante y atractivo para el sexo opuesto.

    Por otra parte, las “bugar babies”, en ese intercambio ofertan otro capital, que es su juventud y belleza. Hakim define al capital erótico como “una mezcla de belleza, atractivo sexual, cuidado de la imagen y aptitudes sociales, una amalgama de atractivo físico y social que hace que determinados hombres y mujeres resulten atractivos para todos los miembros de una sociedad, especialmente para los del sexo opuesto”.

    La idea es que las personas que explotan este capital resultan más atractivas y agradables para el resto de las personas. Para esta autora el capital erótico tiene tanto valor como el dinero, la educación y los buenos contactos, e influye para tener éxito en dos mercados fundamentales, como son el laboral y el del amor.

    El capital erótico lo componen el atractivo físico, la vitalidad, la gracia, el encanto, y la presentación social. Dependiendo de la época y la sociedad, puede diferir primando más unos aspectos u otros, pero la belleza está siempre presente.

    Las relaciones “azucaradas” se basan en el principio económico del intercambio social. Es decir, es un intercambio de bienes; bienes materiales, pero también no materiales, como lo son el prestigio o el status.

    Este tipo de relaciones deben tener como resultado algún tipo de gratificación para las partes involucradas, o de lo contrario, la relación desaparecería. Para evitar la disolución de pareja debe existir esa recompensa mutua de por medio.

    Aquí he hecho una breve descripción de las parejas “azucaradas” desde un enfoque económico. Sin duda es un fenómeno que existe en nuestra sociedad, y que merece ser estudiado también desde la sociología, la demografía y otras áreas de las ciencias sociales.

    Es cuanto....