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En días recientes leí un artículo en un diario estadounidense titulado: “Las ventajas de ser bajo de estatura”. La autora, enumera una serie de bondades al ser bajo en la modernidad. Básicamente su argumento es que, siglos atrás, el tamaño corporal era importante ante la necesidad permanente de autodefensa, pues a los altos les resultaba más fácil proteger a sus familias y llevar a casa una buena presa para alimentarse. Que hoy, en cambio, el éxito personal no depende de vencer a otras personas o animales en una lucha física.
Ojalá viviéramos en una sociedad en la que la estatura no importa. La verdad es que influye más de lo que usted pudiera pensar, tanto para el éxito profesional, como en las relaciones sociales y amorosas. Lo sé, porque yo he sido el más bajo de todo mi circulo social, y también he sido el más alto. Y créame, es mejor ser alto.
Toda mi infancia fui muy delgado y pequeño, durante mis estudios de primaria y secundaria fui el más bajo de estatura. Cuando nos formaban por alturas a todos los alumnos, yo siempre estuve al frente de la fila. Aunque en aquellos años no existía el concepto de “bullying” ya era algo común entre los estudiantes. Siendo el niño más pequeño, siempre fui víctima de ese acoso escolar. A esa edad no importaban mis capacidades intelectuales, a esa edad lo que realmente importaba era la capacidad para defenderse.
En los deportes no era muy distinto. Los dos niños líderes, que por supuesto eran los más altos y fuertes, escogían a los integrantes de sus equipos. Uno a uno, eran elegidos en base a sus habilidades, pero también por su tamaño físico. Cuando yo tenía la suerte de ser elegido, era el último, y algunas veces sólo se me permitía jugar para completar uno de los equipos.
Al terminar la preparatoria, el básquetbol se convirtió en mi deporte favorito. Mucho ejercicio, una buena alimentación y trabajo de gimnasio, me convirtieron en un joven universitario atlético de 1.90 metros de altura y 90 kilogramos de peso. La vida en todos sentidos me ha sido diferente desde entonces. La altura generó en mí una mayor seguridad y felicidad. También empecé a tener más novias.
Desde una perspectiva evolutiva, se ha reconocido durante mucho tiempo la relevancia de la estatura en el mercado sexual debido a su correlación con el éxito reproductivo y la capacidad de crianza. Por ejemplo, se ha encontrado que los hombres más altos se casan antes y tienen esposas más atractivas.
Este fenómeno se conoce como la “norma de hombres más altos”. Este efecto parece estar impulsado por las mujeres, que prefieren a los hombres más altos que ellas. Esta norma evolucionó en la antigüedad, cuando la fuerza física y la violencia de los hombres determinaban la asignación de recursos, el acceso a la pareja y, por lo tanto, el éxito reproductivo.
Por otra parte, también se ha comprobado que los hombres más altos tienden a tener los mejores resultados de salud, mejor educación y mejores habilidades sociales.
Diversos estudios y en distintas culturas también han concluido en que las personas altas de estatura, por lo general tienen ingresos más altos. En México, medir 1.80 metros de altura genera 25 mil pesos más de ingresos anuales en comparación con los hombres de cinco centímetros más bajos.
Al parecer, nuestro cerebro no ha evolucionado mucho desde la época en que los seres humanos eran nómadas cazadores y recolectores. De forma natural e inconsciente, aún asociamos la estatura con el dominio y el poder.
Es cuanto...
Posdata
Para la quema de malhumor en el Carnaval de Mazatlán 2023, se debería quemar una figura en forma de gordito simpaticón, que llamemos “El Cínico”.