¿Le irá mejor a Sinaloa con Rubén Rocha? Finanzas estatales en crisis, el primer reto

OBSERVATORIO
21/06/2021 08:05

    Para los que integrarán el Gabinete de Rubén Rocha Moya y se soban las manos al creer que vienen a la jauja financiera, hay que recordarles que aparte de encontrar las arcas estatales vacías, el próximo Gobernador de Sinaloa topará con el recorte de las participaciones federales, reducción en la recaudación fiscal local, empresas cerradas, economía familiar golpeada y hogares empobrecidos que demandarán más apoyos de programas sociales.

    Llegando al despacho del tercer piso de Palacio de Gobierno, Rocha Moya estará obligado a imponer la reingeniería administrativa-financiera que incluye reducción de sueldos a sus colaboradores y burócratas de alto y medio nivel, regular el uso de vehículos oficiales, telefonía y pagos por viáticos. De igual forma les exigirá a los ayuntamientos que mejoren la captación de ingresos propios y eviten la “lloradera” de cada diciembre.

    Hay una crisis de finanzas públicas que le ha tocado navegar a Quirino Ordaz durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como a la mayoría de los gobernadores del país, pero con más marcados efectos en los mandatarios emanados de Movimiento Regeneración Nacional que ni siquiera pueden quejarse. Además, en medio de la pandemia que entra a nuevas olas y cepas, los que llevan las riendas de los estados han sido obligados a situarse con fondos propios en la primera línea de defensa para familias y empresas devastadas por la pandemia de la Covid-19.

    Es decir, Rubén Rocha Moya debe comenzar a gestionar, como ya lo hace, para que desde Palacio Nacional se asuman responsabilidades que competen al pacto federal pues de lo contrario en cuanto reciba la investidura de Gobernador le estallará en las manos la primera “bomba” de los erarios estatal y municipales en bancarrota. El cierre de 2021 que implica el pago de aguinaldos a los burócratas y deudas a proveedores para renovar los créditos, no es cosa tan sencilla.

    Más allá de que la Cuarta Transformación esté en quiebra, y aparte tenga que responder al aumento en las pensiones a personas de la tercera edad que implementa López Obrador, la emergencia sanitaria reclama atenuar el impacto en la economía sinaloense antes de que la situación derive al cierre de más negocios y pérdida de empleos. O acudir a la medida desesperada que el Congreso del Estado le negó a Quirino Ordaz: contratar deuda pública.

    De acuerdo al estudio publicado en abril por el diario El Economista, sustentado en datos de la Secretaría de Hacienda, los recursos que la Federación transfiere a los estados registran cuatro disminuciones desde abril de 2020 dejando de captar las entidades 101 mil 837 millones de pesos, lo cual promedia una caída anual real de 8.4 por ciento. Y eso que Sinaloa está dentro de los menos afectados con el decrecimiento de 5.2 por ciento.

    Los únicos que no se quejan, porque están impedidos a hablar de la soga en casa del ahorcado, son los mandatarios emanados de Morena y menos podrán hacerlo los recientemente electos que en la agenda común definida la semana pasada ofrecieron respaldar al Presidente López Obrador en todas las reformas y acciones planteadas, incluyendo la austeridad republicana que ajusta a gastar sólo el presupuesto disponible. Y sin llorar.

    Anticipo de lo que viene es la reacción que tuvo Quirino Ordaz ante las reformas a la Ley de Seguridad Pública que aprobó el Congreso del Estado el 3 de junio, estableciendo que las viudas y familiares de policías que fallezcan, sin importar la causa de su muerte, reciban una pensión del total de los ingresos que tenían los agentes al morir y continúen protegidos en el régimen de asistencia social que hayan gozado. El Gobernador le regresó al Legislativo el documento con una serie de observaciones, pero una lo dice todo: no hay dinero para cumplir.

    A Rocha le tocará cristalizar esta homologación de la pensión a policías con los ingresos reales, pero además planear ahorros que le permitan cumplir con promesas como asignarle una especie de sueldo a las amas de casa, atender las necesidades de desplazados por la violencia, desapariciones forzadas, feminicidios y otras cuestiones urgentes que requerirán de recursos públicos. ¿Cuánto necesitará para rescatar su palabra? Ya están las calculadoras hechas locas.

    Por eso resulta previsible que podrían decepcionarse los nuevos funcionarios que piensen que van a seis años de abundancia personal o para sus familias y cuates, o los sinaloenses que crean que al gobernar un miembro de Morena las demandas serán atendidas de inmediato. Apenas que AMLO haya tenido castigado a Quirino al recortarle las partidas federales y a Rocha se las suelte completas, entonces sí el panorama cambia, aunque no ayuda a tal optimismo la situación económica nacional.

    Reverso

    Si se quiere ser realista,

    Pues algo ya está muy claro:

    Para el gobierno rochista,

    No hay sexenio de hidalgo.

    El repliegue de Quirino

    Más claro ni el agua, pero al desmarcarse la dirigencia estatal del PRI de la impugnación de la reciente elección de Sinaloa que harán Mario Zamora Gastélum y el CEN priista, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel mantiene la actitud que guardó en la parte final del proceso electoral: no entrar en conflictos con el Presidente López Obrador y ahora tampoco con el Mandatario estatal electo, Rubén Rocha Moya. Pero sí debiera estar interesado, y también Rocha, en evitar que la narcomovilización del 6 de junio sea interpretada en los contextos estatal, nacional e internacional como la entronización definitiva del poder fáctico por encima del poder constitucionalmente instalado.