López quiere votos; la UAS impunidad
Calla el Presidente, grita la Universidad

OBSERVATORIO
    La piedad que los indiciados directivos de la UAS le solicitan a López Obrador para que les suministre impunidad, es proporcional a la perversidad desatada contra Rocha Moya por obligarlos a que transparenten ante la sociedad los recursos públicos asignados como presupuesto a la Universidad. Allí están los polos reales de esa devoción súbita y efímera cantada al Presidente, y la animadversión contra el único Gobernador que se ha animado a pagar el correspondiente costo político que deriva del saneamiento del campus rosalino.

    Hay que leer letra por letra los mensajes silenciosos de la breve estancia en Culiacán del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y el ruidoso despliegue de estudiantes que realizó la Universidad Autónoma de Sinaloa para apostarlos mediante engañifas frente a Palacio de Gobierno en defensa de funcionarios de la institución judicializados por presuntos delitos de corrupción, porque contienen signos ocultos de cuyo esclarecimiento depende para los ciudadanos caer en celadas políticas, o evadirlas. Como nadie dijo nada sobre sus reales propósitos, quedan al libre albedrío las interpretaciones arbitrarias.

    Algo trascendente se avecina cuando los factores de poder acuden a la comunicación muda, sigilosa, siendo que les fascina la alharaca estridente. Pamplinas eso de la veda electoral que arguye el inquilino de Palacio Nacional para guarecerse en el mutismo; pantomima lo de los líderes del establishment universitario que le apuestan a que el Presidente los ayude a flotar en la cloaca en que se hunden y en agradecimiento le prodigan al tabasqueño amor fingido.

    Quizá López Obrador pudo sacar a Sinaloa de la gira temática de salud pública que realizó por varios estados, porque sabía que en la percepción pública flotaba la perplejidad, mitad misterio y mitad reclamo, sobre los motivos que han impedido poner en funcionamiento el Hospital General de Culiacán después de dos años y medio de que fue inaugurado. Sin embargo, alguna justificación debió crearse para que viniera a darle el respaldo político al Gobernador Rubén Rocha Moya, al que llama no amigo sino hermano, luego de que la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, lo obligara a sentarse en la misma mesa de los universitarios sujetos a procedimientos de la justicia.

    Y tal vez también los tótems del binomio UAS-PAS ya entendieron que López Obrador no es un Presidente al que le guste que le echen a perder sus actos públicos, y por ello salieron con un modesto mitin que en la víspera anunciaron como mega manifestación. Con la consigna de agradecerle a AMLO el hecho de abrirles una mesa de diálogo, acabaron frente a la sede del Ejecutivo Estatal para recriminarle a Rocha que los quiera sentar en el banquillo de los acusados, y finalmente delatados los mandos uaseños por varios medios de comunicación que documentaron del traslado de adolescentes y jóvenes, con engaños y sin el permiso de sus padres.

    De esta forma el jefe de la llamada Cuarta Transformación realizó sus actividades en el edificio cuasi elefante blanco del Hospital General, concretando una actividad disfrazada de supervisión del Programa IMSS Solidaridad que en realidad es la afinación de la estrategia para llevar a Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México, y al ser acompañado por Rocha Moya le trajo un espaldarazo en el tema de los procesos anticorrupción enderezados contra Jesús Madueña Molina, separado del cargo de Rector por orden judicial, y Robespierre Lizárraga Otero, que en calidad de relevo sirve de parapeto para que el sustituido continúe en funciones.

    La piedad que los indiciados directivos de la UAS le solicitan a López Obrador para que les suministre impunidad, es proporcional a la perversidad desatada contra Rocha Moya por obligarlos a que transparenten ante la sociedad los recursos públicos asignados como presupuesto a la Universidad. Allí están los polos reales de esa devoción súbita y efímera cantada al Presidente, y la animadversión contra el único Gobernador que se ha animado a pagar el correspondiente costo político que deriva del saneamiento del campus rosalino.

    He ahí, también, la estrategia de los cabecillas universitarios al no acercarse a la sede de la reunión que presidió AMLO donde reinó la paz distinta a los ánimos alterados que el 24 de febrero le estropearon la ceremonia del Día de la Bandera en Mazatlán, optando ahora por la andanada de ataques lanzada este 15 de marzo contra el edificio de Insurgentes y 16 de Septiembre, convertido en Muro de las Lamentaciones sin que estuviera el ocupante del despacho principal.

    Otro elemento a considerar tiene que ver con el incumplimiento del voto de silencio que Luisa María Alcalde les solicitó a los componentes de la “mesa de diálogo” para generar condiciones de encuentro. Desde la fecha en que los juntó la Secretaria de Gobernación, Rocha ha dejado de lado el tema UAS, no así Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga que rodeados de estudiantes sacados de las aulas con el engaño de que van a excursiones académicas, y trabajadores cansados de servir como carne de cañón, reincidieron en la táctica de la altisonancia con motivaciones políticas que aplaste cualquier posibilidad de la razón jurídica.

    Importa bastante que le empecemos a llamar a las cosas por su nombre. Es cuestión de calidad o deterioro de la educación que reciben más de cien mil jóvenes sinaloenses y la posibilidad de libre cátedra de centenas de maestros para quitarle al conocimiento los grilletes políticos. Constituye traición al alma máter la trampa emocional que habla de persecución política a quienes le temen ir a los tribunales a echar abajo las pruebas contenidas en las carpetas de investigación. ¿O acaso la UAS no merece que saquemos del debate los apetitos personales y centremos todo en alzarla digna sin que la postre el cáncer de la corrupción?

    Reverso

    Más allá de mesas de impunidad,

    Y falsos delirios de persecución,

    Demos vías a la Universidad,

    Para que escape de la corrupción.

    La UAdeO sí lo logró

    La Universidad Autónoma de Occidente está por concretar por la vía tersa, que es la senda que eligió su comunidad académica, la reforma a la Ley Orgánica restableciendo condiciones democráticas con estabilidad institucional para que nunca más sea rehén de camarillas, codicias y partidos que encadenan al lince cuya naturaleza es la libertad para que sea veloz y artículo de fe la carrera hacia la cumbre educativa. Al darle primera lectura al dictamen correspondiente, ayer la 64 Legislatura del Congreso del Estado demostró que sí se puede cuando lo estudiantes y profesores son capaces de vencer pacíficamente a los cacicazgos.

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