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Los ciclos de Milankovitch se basan en el hecho de que los cambios orbitales son responsables de los períodos glaciales e interglaciales. El clima varía según tres parámetros fundamentales que alteran el movimiento de la Tierra. Por ello, vamos a dedicar este artículo a contarte cómo funcionan los ciclos de Milankovitch y qué importancia tienen para el clima de nuestro planeta.
Estamos ante uno de los modelos científicos más importantes. Antes de la llegada del ciclo de Milankovitch en el Siglo 20, los factores que interfieren en el cambio climático de la Tierra eran un gran desconocido en la comunidad científica. Investigadores como Joseph Adhémar o James Croll buscan respuestas a las glaciaciones de mediados del Siglo 19 a los períodos de cambio climático drástico. Sus publicaciones e investigaciones fueron ignoradas hasta que el matemático serbio Milankovic las recuperó y comenzó a trabajar en una teoría que lo cambió todo.
Ahora sabemos cómo los humanos están influyendo en el cambio climático, pero también es importante tener en cuenta que no es el único factor. El cambio climático en la Tierra también puede explicarse por la influencia de factores externos al planeta. Los ciclos de Milankovitch explican cómo los cambios orbitales contribuyen al cambio climático de la Tierra.
El clima está asociado con cambios orbitales. Milankovitch cree que la radiación del sol no es suficiente para cambiar completamente el clima de la Tierra. Sin embargo, los cambios en la órbita de la Tierra son posibles. Así se definen:
Glaciación: alta excentricidad, baja inclinación y grandes distancias entre la Tierra y el Sol resultan en poco contraste entre las estaciones.
Interglaciales: Baja excentricidad, alta inclinación y distancias cortas entre la Tierra y el Sol, lo que da lugar a diferentes estaciones.
Según la teoría de Milankovitch, modifica el movimiento de traslación y rotación de un planeta en base a tres parámetros fundamentales:
La excentricidad de la órbita. Se basa en qué tan estirada está la elipse. Si la órbita de la Tierra es más elíptica, la excentricidad es mayor, y viceversa si es más circular. Esta variación puede hacer una diferencia del 1% al 11% en la cantidad de radiación solar que recibe la Tierra.
Inclinación. Estos son cambios en el ángulo del eje de rotación de la Tierra. El buzamiento fluctúa entre 21,6º y 24,5º cada 40.000 años.
Precesión Estamos hablando de hacer que el eje de rotación sea opuesto a la dirección de rotación. Su efecto sobre el clima es el resultado de cambiar las posiciones relativas de los solsticios y equinoccios.
El matemático serbio espera demostrar a principios del siglo XX que, además de la influencia humana, debemos entender cómo se comporta nuestro planeta y cómo los cambios orbitales pueden alterar el clima.
Sin embargo, nuestro papel en el cambio climático es innegable. El ser humano está cambiando el comportamiento de los ciclos normales de la Tierra y el clima, por lo que debemos empezar a tener un comportamiento sostenible que proteja el medio ambiente.
Actualmente, debido a que la Tierra pasa por el perihelio durante el invierno del hemisferio norte (enero), la distancia más corta del sol amortigua parcialmente el frío invernal en ese hemisferio. De manera similar, dado que la Tierra está en el afelio durante el verano del hemisferio norte (julio), en una mayor distancia del sol amortigua el calor del verano. En otras palabras, la estructura actual de la órbita de la Tierra alrededor del sol ayuda a reducir las diferencias de temperatura estacionales en el hemisferio norte.
Por el contrario, las diferencias estacionales en el hemisferio sur se han acentuado. Sin embargo, dado que los veranos son más largos en el norte y los inviernos son más cortos cuando el sol está más alejado de la Tierra, la diferencia en el conjunto de energía estacional recibida no es tan grande”.