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"La Vida de acuerdo a mí"

"Los errores del feminismo"

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30/01/2017 22:35

    Ciudad de México. Washington. Nueva York. Los Ángeles. Toronto. París. Londres. Tel Aviv. El 21 de enero, millones de mujeres y hombres alrededor el mundo protestaron contra la Presidencia de Donald Trump y todo lo que ésta conlleva: racismo, discriminación, opresión religiosa, escepticismo hacia la legitimidad del calentamiento global, un discurso en contra de la libertad de la mujer de escoger sobre su propio cuerpo, y para algunos el problema más grave, sexismo.
    En los comentarios de un video del periódico estadounidense, The Huffington Post, llamado “Why we need to talk about white feminism” (Porqué necesitamos hablar del feminismo blanco), una persona escribió: “Todas las feministas son iguales, pero algunas feministas son más iguales que otras”, en honor a la legendaria frase de George Orwell, “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”, de su obra maestra “Rebelión en la Granja”.
    La forma perfecta de simplificar por qué, a pesar de todas sus ventajas y de todo lo que ha logrado a lo largo de los años, el feminismo ha cometido una larga lista de errores. El primero, y probablemente el más importante, es permitir que un selectivo grupo de mujeres sea su imagen universal, haciendo ver así al feminismo como un movimiento social que solo buscar beneficiar a unos cuantos (que probablemente ya se encuentren en una posición privilegiada). Algunos ejemplos serían las mujeres que en las marchas portan carteles que dicen “Erradiquemos a los hombres” (esas son feminazis, no feministas); la cantante de country/pop Taylor Swift, la reina del pop Madonna, y la actriz inglesa Emma Watson (a la cual tengo que admitir que adoro).
    El problema del white feminism, tal y como dice el video, es que no representa auténticamente todas las luchas feministas. Esencialmente, feminismo es creer en la equidad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Se le llama “feminismo”, en lugar de “igualdad”, porque el objetivo no es despojar a los hombres de sus derechos, sino mejorar el estatus social de las féminas, incluyendo aquellas que pertenezcan a minorías y/o grupos vulnerables. Y eso es algo que el white feminism no hace. La cuestión es que en México el asunto de las “razas” es complicado porque no parecemos percatarnos de nuestras diferencias étnicas tanto como lo hacen los gringos. Por supuesto que existen los blancos, los güeros, los mestizos, los morenos, los negros, los mulatos y los indígenas, pero me da la impresión de que todos nos consideramos igualmente mexicanos, sin importar el origen de nuestras familias o el trato que recibamos en la cotidianidad (pero eso es historia para otro día). Así que tal vez en México y en muchos países en vías de desarrollo, el problema con el feminismo radica en las clases sociales y no en la división de razas. Mientras que en los países ricos de occidente, como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, las mujeres han centrado su lucha en obtener los mismos salarios que los hombres y defender sus derechos reproductivos, en regiones “tercermundistas” aquellas peticiones están todavía muy lejos, pues primero se tiene que trabajar en prohibir el matrimonio infantil, castigar a los criminales, enviar a todos los niños a la escuela, y desde luego, combatir la pobreza extrema.
    El segundo gran error es más bien una serie de pequeños detalles, que aunque no son muy escandalosos, no han hecho más que ensuciar el nombre de aquellas mujeres, que como yo, se declaran feministas:
    1. No hemos combatido con suficiente fuerza el horrible estereotipo de que todas las feministas odian a los hombres simplemente por el hecho de ser hombres. (Sin embargo, utilizar dicho argumento contra el feminismo es prácticamente igual a decir que todos los alemanes son nazis).
    2. Utilizar al feminismo solo cuando es conveniente (no a la hora de pagar la cuenta en una cita, o al buscar un asiento disponible en el transporte público).
    3. Despreciar a las mujeres que no se proclamen feministas, y juzgar a las que sí lo hagan pero conserven gustos y actitudes “apoyadas” por el machismo, como usar vestidos, maquillaje, tener hijos, ser ama de casa, cocinar para tu familia, etc.
    En referencia  a las mujeres que usan el hijab, niqab o la burka, faldas largas y rebosos; las mujeres que desean permanecer vírgenes hasta el matrimonio y las que han tenido varias parejas sexuales, algunos dirán que no hay nada inherentemente liberador en cubrirse y abstenerse por motivos religiosos o de modestia; así como otros comentarán lo mismo sobre salir a la calle casi desnuda. La libertad reside en el poder escoger, y por eso existe el feminismo.
    Aunque el feminismo no es, nunca he sido, y tristemente nunca será perfecto, no pienso dejar de defenderlo. Alguna vez me dijeron “Ale, tú no necesitas del feminismo. No sé por qué dices que eres feminista si jamás en tu vida te ha pasado algo malo por ser mujer. (A parte del acoso callejero, claro). Ya sé que hay muchos países donde las mujeres no pueden estudiar y trabajar, pero a ti no te pasa eso”. Cierto. A mí no me sucede eso, pero decir que el mundo (y México) no necesita del feminismo, es como decir que no son necesarios los estudios para curar el cáncer/sida/diabetes solo porque yo no estoy enferma. Vivimos en un mundo donde la opresión por género es real, y solo necesitamos ver las noticias o abrir bien los oídos para darnos cuenta. Donald Trump firmó, acompañado de sus asesores, todos hombres, una orden ejecutiva para retirar el apoyo económico que la Casa Blanca le otorgaba a distintas organizaciones internacionales para distribuir métodos anticonceptivos y realizar abortos seguros. Puede que esto signifique la muerte de miles de niñas con cuerpos demasiado pequeños y frágiles para dar la luz; puede que esto condene la calidad de vida que tengan los pequeños que sobrevivan; pero eso no le importa al Presidente de los Estados Unidos. No sé a ustedes, pero a mí me encanta como un montón de hombres toman decisiones sobre los órganos reproductivos de las mujeres. Suena lógico.
     
    - Nacida en Mazatlán hace 19 años.
    - Estudiante de Periodismo en la Escuela Carlos Septién en la Ciudad de México.
    - Conductora de los programas de TV universitarios “Noti15” e “Informatién”.
    - Editora y reportera de programas de radio de la universidad.
     

    - Blog personal: “Life as told by me” en WordPress.