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"OPINIÓN"

"Los molestos dolores del crecimiento"

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    Los dolores de huesos en los niños asustan. Si existe algún antecedente familiar de cáncer, asustan aún más. Y como es muy común que los niños se quejen de las piernas, casi todos los papás y mamás pasamos por esto. Por fortuna, la mayoría de las veces se trata de los famosos “dolores del crecimiento”. 

    Es curioso el nombre porque estos malestares en realidad no son causados por el crecimiento, ni coinciden con los picos más acelerados de crecimiento, ni ocurren en la parte donde los huesos crecen más, ni afectan el crecimiento de los niños que los padecen (1). Quienes investigan el porqué de ellos ni siquiera están de acuerdo en cómo definirlos. A final de cuentas, el nombre en sí ya se quedó como una descripción de algo completamente benigno, y no creo que tenga caso discutir o quererles poner otra etiqueta. 

    Aún cuando hay discrepancia en qué son exactamente los “dolores del crecimiento”, existen características en las que sí hay acuerdo y que los distinguen de otras causas (que verdaderamente dan miedo). Se trata de dolores que se presentan en niños entre 2 y 12 años (a veces hasta la adolescencia), ocurren en ambas piernas, con más frecuencia en la tarde y noche, no ocurren en las articulaciones, son intermitentes (con días en los que no hay dolor), y la exploración física es normal. Rara vez se necesitan exámenes o radiografías pero cuando se realizan los resultados son normales. Si el dolor es sólo en una pierna o en un punto específico de esa pierna, si es cada vez peor, si al niño no le gusta que le hagan masaje o le toquen, o si hay otros síntomas como fiebre, pérdida de peso o tumor o deformidad en la extremidad, entonces ya sospecharíamos otras cosas. Ante cualquier duda, es mejor una revisada por su pediatra. 

    ¿Qué hacer? Sólo hay que ofrecer confort: un masajito (puede ser en seco, con una crema barata, o un carísimo aceite milagroso, no hay diferencia), una compresa tibia, o algún analgésico ocasional. Y en cuanto a remedios como suplementos de vitamina D o de magnesio, no hay evidencia que indique que funcionen más allá de cualquier sugestión. 

     

    1. Klein-Gitelman M. Growing pains. In Tepas E. (Ed.), UpToDate, 2018.

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