Los problemas mundiales según AMLO

    El problema del hambre y de la falta y mala distribución de los alimentos requiere también la intervención de los organismos internacionales, de las empresas, de las Iglesias y de los líderes... El narcotráfico, la drogadicción y la violencia que provocan, sólo podrá atenuarse y controlarse con organismos y acuerdos internacionales

    Ha sido muy comentada la actuación del Presidente López Obrador ante el Consejo de Seguridad de la ONU, aprovechando que este año México tiene la presidencia del Consejo, por su discurso totalmente desenfocado dadas las atribuciones y funciones de este organismo internacional que esencialmente atiende problemas de seguridad, de prevención y búsqueda de soluciones a los conflictos entre países. El discurso de AMLO fue una exigencia para que se atiendan los problemas de corrupción, de las hambrunas, la pobreza y la desigualdad. Lo malo fue que el Consejo de Seguridad de la ONU no es el organismo que atiende esos asuntos, es decir, tal vez el Presidente Mexicano acierta en cuanto a que los problemas internacionales deben atenderse por gobiernos y organismos internacionales, por su amplitud, su gravedad y urgencia y por la cantidad de recursos que se requerirían. La propuesta de AMLO con algo de razón quedó completamente desorientada.

    En cierta ocasión, en la Escuela de Contabilidad y Administración de la UAS, el maestro Guillermo Álvarez reprobó a un alumno que contestó la prueba con una respuesta totalmente diferente a lo que se le preguntaba; el argumento de defensa del alumno es que su respuesta estaba bien planteada aunque no fuera lo que le preguntaban, por lo que el maestro le contestó que en efecto, lo que decía estaba bien, pero no tenía ninguna relación con la pregunta y le explicó al alumno que “era como si en beisbol, al ir a batear, pegaba de hit, pero en lugar de correr hacia la primera base corriera hacia la tercera, pues le hacían “out en primera base”. Como al Presidente AMLO le gusta el beisbol, entenderá que eso le pasó a su propuesta en el lugar y el tiempo equivocado; Rusia y China la criticaron con ironía y Estados Unidos simplemente la ignoró; el Canciller Ebrard informó que 47 países ya la habían aceptado, ¡pero claro!, son los países que recibirían los recursos y los apoyos que se proponen, en cambio, los países y los ricos “aportantes” no estuvieron de acuerdo o hicieron mutis.

    Hay que reconocer que cada día hay más problemas complejos de naturaleza pandémica, que requieren atención de carácter internacional, con fuerza y recursos para atenderlos, pues ya ha quedado claro ante la pandemia del Covid-19, misma que provocó una relativa unidad de todos los países para detener y aliviar una enfermedad virulenta, que estaba ocasionando millones de infectados y miles de muertes. En esta ocasión se contaba con la Organización Mundial de la Salud, pero aún así la tomó desprevenida y también tomó desprevenidas a las estructuras de salud de los países.

    Otro ejemplo es el problema de la contaminación ambiental, en el que los gobiernos de los países más contaminantes como China, Estados Unidos, la India y Rusia, no se ponen de acuerdo para enfrentar esta crisis que ya está afectando a todo el mundo. La reunión internacional llamada COP 26 en Glasgow, Escocia, no alcanzó acuerdos importantes y definitivos para detener el calentamiento global y aun los débiles acuerdos sobre eliminar el uso de combustibles fósiles e invertir en energías limpias, resultaron que no son vinculatorios pues no se acordaron sanciones para los países que no cumplieran sus propios compromisos.

    Urgen también organismos internacionales con fuerza y recursos para enfrentar el gravísimo problema humano y social de la migración que día con día se incrementa, incluyendo a los desplazados que huyen de la violencia, el hambre y la falta de oportunidades en sus lugares de origen. Si bien existen organizaciones en la ONU, la Unión Europea y en la OEA, reaccionan tarde y mal pues no tienen recursos legales ni económicos para enfrentar estas tareas.

    El problema del hambre y de la falta y mala distribución de los alimentos requiere también la intervención de los organismos internacionales, de las empresas, de las Iglesias y de los líderes.

    El narcotráfico, la drogadicción y la violencia que provocan, sólo podrá atenuarse y controlarse con organismos y acuerdos internacionales.

    Otros asuntos de la misma naturaleza como los conflictos económicos, la pobreza y la miseria son también tema que debe enfrentar el mundo, auxiliando a los países pobres. Igualmente la “fuga de capitales” hacia los paraísos fiscales, la “fuga de cerebros” hacia los países ricos y el poco o nulo intercambio de conocimientos e innovaciones tecnológicas, mantienen la desigualdad entre las naciones.

    Como se ve, AMLO tal vez hubiera “pegado de hit” pero “corrió hacía tercera” y hasta la fecha “está out”.

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