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PUERTO VIEJO

Mañana ...

    Don Benito no se salvó de tener un hijo fifí, Benito Juárez Maza, quien pretendió vivir bajo el prestigio del papá sin lograr mayores cosas y de ninguna manera siguió los consejos de fincarse un estilo de vida apegado al principio paterno de la austeridad republicana ¡Qué cosas!

    El día de mañana 18 de julio del año que corre entre las veredas de la pandemia, se conmemora el 150 aniversario de la muerte de Benito Juárez, ocurrida el citado día del año 1872, cuando se encontraba en pleno ejercicio de la Presidencia de la República. La muerte puso punto final a un largo y accidentado periodo presidencial que inició el año 1858.

    El hijo de Marcelino Juárez y Brígida García, nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el viernes 21 de marzo de 1806, en el seno de una familia pobre. Ambos padres murieron cuando Benito Pablo tenía escasos 3 años de edad, pasando a vivir bajo la tutela de sus abuelos, lo cual, no cambió su estado de pobreza, por el contrario, se agravó a la muerte de estos. A partir de ahí, Juárez tuvo que trabajar para subsistir, situación que le fue afinando el temple de carácter que tanto le serviría para sostenerse de Presidente itinerante por varios años.

    El ilustre hijo de San Pablo, Guelatao, tuvo tres preceptores que lo encaminaron por la ruta del saber; su tío Bernardino Juárez, quien le ayudó a aprender español, el sacerdote Antonio Salanueva y el profesor José Domingo González. Sus primeros pasos en la educación superior los dio dentro del seminario de Santa Cruz, para luego pasar a estudiar abogacía, para disgusto de sus tutores. Se gradúa como abogado a la edad de 28 años y tres años después, hace su debut en la política jugando el papel de regidor en Oaxaca.

    Juárez García casó con Margarita Maza Parada. Él de 37 años cumplidos, ella con 17 de edad. También tuvo quereres con la señora Juana Rosa Chagoya, y su primer hijo, de nombre Tereso, lo procreó con María de la Cruz Ortiz, la cual, andaba por cumplir los 17. Amancebamientos todos, que en la época actual, serían de escándalo y de banquillo en alguna Fiscalía.

    Don Benito no se salvó de tener un hijo fifí, Benito Juárez Maza, quien pretendió vivir bajo el prestigio del papá sin lograr mayores cosas y de ninguna manera siguió los consejos de fincarse un estilo de vida apegado al principio paterno de la austeridad republicana ¡Qué cosas!

    Para el inspirador de Andrés Manuel López Obrador, ser titular del Ejecutivo federal significó andar del tingo al tango con su representación, y a lo largo de su andar, supo de destierro, cárcel, invasiones extranjeras y la intentona de instaurar un imperio encabezado por Maximiliano de Hamburgo, circunstancias todas, que logró superar hasta tomar el control de la nación en el año 1867.

    Hay historiadores que critican fuertemente a Juárez García, afirmando que la dimensión que se le ha dado es exagerada, llegando a decir que lo movía la codicia de poder y que no le importó poner en riesgo la soberanía nacional con tal de que los norteamericanos lo siguieran apoyando, refiriéndose el frustrado Tratado Mc Lean-Ocampo, a través del cual, prácticamente se ponía bajo las órdenes de los intereses norteamericanos, la franja del Istmo de Tehuantepec, desde el Golfo de México al Océano Pacífico; por deudas también se comprometió la propiedad de la península de la Baja California. Pero las cosas no pasaron a mayores.

    Uno de los grades aportes de Benito Juárez fue el desmantelamiento del poder y la riqueza de la Iglesia Católica, cuyos ministros confabulados con los señores del capital conformaban el centro decisor de la vida nacional. Juárez sustentó sus acciones anticlericales en leyes que nacionalizaron los bienes de la iglesia, además impulsó la libertad de cultos y le arrebató al poder de la sotana, el dominio de los panteones, hospitales e instituciones de beneficencia, dándole también al matrimonio civil, el carácter institucional prioritario sobre el matrimonio religioso.

    Por supuesto, tales acciones provocaron el enojo del ala conservadora y se prendió la mecha de la llamada Guerra de Reforma.

    Mañana pues, se estará conmemorando el 150 aniversario luctuoso de Benito Juárez, el Benemérito de las Américas, por designación del gobierno de República Dominicana, cuyos zapatos, se ve difícil que se los pueda calzar Andrés Manuel López Obrador. ¡Buenos Días!

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