Medir a Imelda en la elección judicial
Sheinbaum y 4T la ponen bajo la lupa
Desde la envidiable posición política que le significa desempeñar la Vicepresidencia de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la Senadora sinaloense Imelda Castro salió a defender la elección para renovar al Poder Judicial Federal, uniéndose a la campaña que encabeza la Presidenta Claudia Sheinbaum tratando de convencer a la gente a que salga a votar el domingo. Y además, por aquellos que decían que no la veían proyectándose como sucesora de Rubén Rocha Moya en el Gobierno estatal, pues allí la tienen haciéndose visible desde la alta tribuna legislativa.
Al ubicarse en la primera línea de defensa de la votación constitucional en materia judicial, Imelda Castro se expone a ser parte de la evaluación rigurosa que realizan Palacio Nacional y el Movimiento Regeneración Nacional en el semblanteo adelantado con miras a los comicios de junio de 2027. Bajo ese potente microscopio que develará qué aportaron los servidores públicos morenistas al ya cercano experimento de democratización de la estructura procesal de México estará también el Gobernador Rubén Rocha resultando el balance de qué tanto será factor de decisión al definirse a su inminente sucesor.
Ahora que son tiempos de definiciones, no más de medias tintas, la Senadora Castro parece cuidar más las formas porque al entrar al ruedo futurista sin amarrar navajas y ajustándose a la estrategia de la Cuarta Transformación de combatir a la Oposición con razones y argumentos, instó a los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, que son los que llaman a los ciudadanos a desairar la elección judicial, a que por ser parte del Estado mexicano “deberían estar sin ninguna duda dentro de ese proceso, votando, y llamando a votar, vigilando la elección, porque así contribuyen a que quienes estamos gobernando, a que quienes tenemos las mayorías, seamos mejores”.
Se trata de uno de los mejores discursos, quizá por la ecuanimidad y la sustentación, planteados en favor de la jornada del 1 de junio que determinará a nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 15 magistrados de las salas regionales del TEPJF, cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistrados de Circuito y 386 jueces de Distrito.
El motivo que esgrimió Castro es contundente: 128 senadores han declinado junto con la Presidenta a su facultad de elegir a las personas juzgadoras, porque ese número de electores es mucho menos que 10 millones, 12 millones o 20 millones de ciudadanos y ciudadanas que pudieran participar en este proceso el próximo domingo. Y convocó a los adversarios políticos a que sean ellos los que vigilen “que ellos participen, que respeten al pueblo, que lo llamen a votar como quiera, como nosotros lo hemos dicho en nuestros estados, que vote la gente como quiera, pero que ejerza su derecho”.
La votación judicial representa también el más importante momento electoral que antecede a los comicios de 2027 para renovar gubernaturas, alcaldías, congresos locales y diputaciones federales. Sin duda es la coyuntura perfecta de partidos y del régimen cuatroteísta para medir aptitudes, lealtades y seguidores de aspirantes a cargos de elección popular. ¿Significa el punto de partida para que Imelda Castro inicie el proselitismo que muchos consideran no ha realizado con el ímpetu que requiere su aspiración a ser la primera Gobernadora de Sinaloa?
De momento los astros futuristas se hallan alineados a su favor, quién sabe si el gran dedo elector, el de Sheinbaum y el de Rocha, apunte hacia ella. Lo que sí es, hoy, la política más visible en el temprano arrancadero guinda con meta en el despacho del Ejecutivo estatal, al ocupar Imelda la segunda posición más importante en la conducción de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, figurar como posible carta de la Presidenta si por razones de equidad de género Morena deba postular a una mujer en Sinaloa, y además tejer silenciosamente una copiosa red ciudadana que la respalda.
Estando las cosas como están, corriendo la sucesión de 2027 en Sinaloa con más velocidad que la esperada, a los electores les viene bien el ejercicio de deletrear con anticipación a la “corcholata” más perceptible si el sector femenino gana terreno en los ánimos futuristas de la Presidenta Claudia Sheinbaum, de la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, y ¿del Gobernador Rocha también?
Cuando suba Imelda Castro,
Al carro de la transformación,
¿Habrá política balastro,
Que estorbe en la sucesión?
Era necesaria la señal de 4T compacta en Sinaloa que derivó del encuentro que como viejos amigos, y que además comparten proyecto político, sostuvieron el Gobernador Rubén Rocha y la Senadora Imelda Castro el 22 de mayo. Al vérsele muy sonrientes a ambos en el despacho de Palacio de Gobierno quiere decir que el Mandatario se sintió respaldado en los momentos difíciles que atraviesa la administración pública estatal, y que la Legisladora experimentó paz interior al cortar de tajo la conjetura del distanciamiento con quien fuera su compañero de Cámara. No nos hacemos responsables de las connotaciones políticas que cada quien le dé a la reunión, por aquello de que en octubre de 2022 Rocha se refirió a Imelda como “corcholata” para relevarlo en el cargo.