Morlino: otra forma de entender la democracia

20/06/2025 04:02
    No hay en el mundo una democracia perfecta, sino democracias en vías de construcción o destrucción. Así como algunos países avanzan y mejoran la calidad de la democracia, otros retroceden. Y ahí está de nuevo el riesgo a llegar a la crisis: en el condicionamiento a las libertades y los derechos políticos, la aparición de actores generadores de violencia y la ruptura parcial o total de las condiciones del voto libre.

    De la escuela italiana de las Ciencias Políticas, el doctor Leonardo Morlino es, innegablemente, un referente para el estudio del poder en la actualidad. Hace unos días la comunidad mundial relacionada con las Ciencias Sociales, Políticas y de Gobierno, recibíamos con tristeza la noticia de su fallecimiento a la edad de 78 años.

    Profesor de carrera en la Escuela de Ciencias Políticas en Roma, profesor invitado en la Universidad de Stanford, el Instituto de Estudios Políticos en Francia, Universidad de Yale, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España, entre otras. Autor de más de 40 libros y más de 200 capítulos en libros especializados y revistas de divulgación científica.

    Repensar las democracias, no como un modelo único y definido de estructuras rígidas, fue parte de sus líneas de investigación. En la Ciencia Política hay categorización para todo, incluso para las democracias. No existe un “arquetipo” único, ni un solo camino para estudiarlas. Las democracias son muy diversas, algunas funcionan mejor que otras.

    Para Morlino las democracias pueden ser básicamente de seis tipos: 1. Mayoritaria, 2. Plebiscitaria, 3. Fuertemente mayoritaria, 4. Débilmente mayoritaria, 5. Proporcional y 6. Conflictual. Incluso escribió sobre las “democracias fachada” a las que llamó pseudodemocracias, con características en regímenes de personalismos que sustituyen las instituciones, militarismos que coartan las libertades, regímenes de movilización que cuando no están de acuerdo en las decisiones protestan para romper el orden constitucional o el marco jurídico.

    El gran aporte del politólogo italiano está en la exploración profunda de las democracias, sus procesos de transformación diacrónicos, constantes e inagotables, que repiten patrones del pasado y buscan nuevas formas para prevalecer y legitimarse. No hay en el mundo una democracia perfecta, sino democracias en vías de construcción o destrucción.

    Así como algunos países avanzan y mejoran la calidad de la democracia, otros retroceden. Y ahí está de nuevo el riesgo a llegar a la crisis: en el condicionamiento a las libertades y los derechos políticos, la aparición de actores generadores de violencia y la ruptura parcial o total de las condiciones del voto libre. Los atentados y asesinatos a los candidatos, líderes sociales, defensores de derechos humanos, periodistas y todo aquel que juegue o tenga un rol en las contiendas electorales.

    Y aunque pareciera, Leonardo Morlino no está hablando de México. En Pensilvania en los Estados Unidos, el 13 de junio de 2024, atentaron contra el candidato presidencial republicano con un fusil de asalto y milagrosamente sobrevivió. En 2023 en Ecuador fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio en Quito 11 días antes de los comicios presidenciales. En 2022 la Senadora argentina Cristina Kirchner sufrió un atentado en el barrio de la Recoleta en Buenos Aires, así como el asesinato del Presidente en funciones en Haití Jovenel Moise a manos de un grupo de mercenarios colombianos. O el fallido intento de asesinato del ex presidente francés Jacques Chirac en el 2000, o las decenas de ejecuciones de candidatas y candidatos en África y Asia, sin contar los propios de América latina.

    Esos y otros son los retos de la democracia, que, imperfecta como lo es, sigue dando esperanza de ser al menos, el sistema de gobierno que puede cambiar desde dentro sin tener que utilizar la violencia, el exterminio o la radicalización para provocar cambios. La democracia, como toda creación humana, es naturalmente imperfecta, pero podemos tener la certeza de que es lo mejor que ha tenido la humanidad en los últimos 6 mil 500 años. Descanse en paz, doctor Leonardo Morlino. Luego le seguimos.