Navidad...

21/12/2025 04:02
    Navidad también abre la puerta para el feliz reencuentro familiar y de amistad con los que se encuentran fuera de nuestra plaza y claro, igualmente para expresarle buenos deseos a los que no favorecen con su amistad y confianza, por ello, va mi ruego para que todos ustedes tengan una feliz Navidad como preámbulo de un mejor año nuevo ¡Feliz Navidad!

    James Gadsden fue un militar estadounidense, quien, con el paso de los años, se enroló en el servicio diplomático de su país.

    Con ese carácter, en el año 1853, participó en la compra para su nación de una parte de nuestro territorio. Dicha operación, realizada bajo el gobierno de Antonio López de Santa Anna, es conocida como La Venta de La Mesilla y consistió en 78 mil kilómetros cuadrados por 10 millones de dólares; actualmente, en el predio vendido se ubican la porción sur de los estados de Nuevo México y Arizona, por cierto, en este último, se ubica la popular ciudad de Tucson.

    Por supuesto a Gadsden le tocó tratar a los funcionarios mexicanos de aquella época y no fue muy lejos para medir el grado de corrupción que prevalecía en ellos, especialmente, el de López de Santa Anna.

    Al respecto, el negociador estadounidense, escribió lo siguiente: “Mi residencia prolongada en este país me ha permitido comprender mejor el funcionamiento de la política mexicana. El gobierno de México tiene un solo propósito, que se transfiere sucesivamente de una administración a otra: la fuerza de cohesión que permite el saqueo organizado del erario. Nadie puede imaginar el grado de corrupción al que han llegado los gobernantes mexicanos. Aquí nadie acepta un cargo público si no es con la meta de enriquecerse a corto plazo.”

    Sobre el planteamiento de Gadsden, expresado hace 172 años, parece que el tiempo no ha pasado, ya que la corrupción gubernamental permanece vivita y cobrando, sin ningún cambio, e inclusive, va montada en el cogote de la 4T.

    Pero bueno, el tren del tiempo no solo carga cosas malas, ya que, para fortuna de todos, también viajan momentos de regocijo en diferentes dosis, según sea el caso y justo ahora, estamos a la espera de uno de los eventos cumbres de esta época, la velada de la Noche Buena, con la que se evoca, el nacimiento de Jesús y que culmina con regalos para la chiquillada.

    También hay que decir, que con la algarabía navideña se cruzan evocaciones de los que se nos adelantaron y en no pocos casos, de los que fueron desaparecidos de manera forzosa por la maldad de los violentos.

    A los primeros, vale recordarlos con alegría y con agradecimiento por su aporte a nuestras vidas; a los segundos, con la esperanza del reencuentro con vida o de la circunstancia que le ponga punto final al mar de la incertidumbre en la que navegan los afectados.

    Navidad también abre la puerta para el feliz reencuentro familiar y de amistad con los que se encuentran fuera de nuestra plaza y claro, igualmente para expresarle buenos deseos a los que no favorecen con su amistad y confianza, por ello, va mi ruego para que todos ustedes tengan una feliz Navidad como preámbulo de un mejor año nuevo ¡Feliz Navidad!