Ni un paso atrás

03/02/2025 04:01
    Hemos sido testigos de la pérdida de la democracia interna y de un declive que ha puesto en segundo plano su propósito educativo. Sin embargo, a pesar de estas adversidades, la Universidad ha mostrado resiliencia al mantener, dentro de sus posibilidades, estándares de calidad que nos recuerdan su potencial.

    En este momento de definiciones para la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde la incertidumbre comienza a disiparse y las posibilidades de cambio son más claras, es esencial reafirmar nuestras convicciones. Es necesario mantener con firmeza la voluntad de transformar nuestra Universidad en beneficio de toda la comunidad universitaria y de la sociedad a la que servimos.

    Durante casi dos décadas, la UAS ha enfrentado una desviación notable de su vocación original como espacio dedicado a la docencia y la investigación de calidad. Hemos sido testigos de la pérdida de la democracia interna y de un declive que ha puesto en segundo plano su propósito educativo. Sin embargo, a pesar de estas adversidades, la Universidad ha mostrado resiliencia al mantener, dentro de sus posibilidades, estándares de calidad que nos recuerdan su potencial. Este potencial debe ser ahora nuestra guía para llevar a cabo una transformación profunda y necesaria.

    Nuestra institución no puede seguir anclada en prácticas que limitan la transparencia, la pluralidad y la libertad. La UAS necesita una renovación que ponga en el centro los ideales educativos más altos y que promueva un ambiente de apertura y participación para todos los sectores de la comunidad universitaria.

    Este cambio no sólo se limita al próximo proceso de elección de Rector, sino que se extiende a ir conquistando a corto y largo plazo los órganos de gobierno que serán los contrapesos, desde las direcciones de las unidades académicas, consejo universitario y sindicatos, que nos ayuden a pasar de un ideal a una transformación auténtica en nuestro centro de trabajo.

    Transformar la visión de la UAS no es una tarea exclusiva de unos pocos. Estudiantes, académicos y administrativos deben ser actores principales en este proceso. Cada uno tiene un papel clave que desempeñar para garantizar el éxito de este cambio histórico.

    Para los estudiantes, este momento representa una oportunidad única para convertirse en protagonistas activos del cambio. Debemos inculcarles la importancia de la participación democrática y la relevancia de su voto en las próximas elecciones. La juventud de la centenaria casa de estudios tiene el poder y la responsabilidad de impulsar una nueva etapa para nuestra Universidad.

    Los académicos, incluyendo investigadores, profesores de tiempo completo y de asignatura, también tienen un papel fundamental. Es momento de construir un frente común que consolide un proyecto académico alternativo, que responda a las necesidades reales de la comunidad universitaria y que esté alineado con los principios de transparencia, pluralidad y libertad.

    El camino para alcanzar esta transformación está claro: debemos utilizar las herramientas democráticas que ahora tenemos a nuestro alcance. Las elecciones serán un momento clave para redefinir el rumbo de la UAS, y es imperativo que toda la comunidad universitaria participe de manera activa y consciente en este proceso.

    Además, es esencial fomentar el diálogo y la difusión de la necesidad de un cambio urgente. Este esfuerzo debe extenderse no sólo a los estudiantes, sino también a toda la sociedad sinaloense, para que comprenda la importancia de tener una universidad comprometida con los más altos ideales educativos y sociales.

    Pronto se anunciará el proyecto académico que está siendo impulsado por un frente diverso de universitarios. Este proyecto buscará incluir la pluralidad que caracteriza a las instituciones educativas, asegurando que sea un proyecto de todos y para todos. Para ello, se organizará un foro en el que todos los miembros de la comunidad universitaria podrán aportar sus ideas y mejorar esta propuesta. Este primer encuentro será sólo el inicio de una serie de esfuerzos que recorrerán el estado, promoviendo y fortaleciendo este cambio institucional.

    La Universidad Autónoma de Sinaloa no es sólo un lugar donde se genera conocimiento; es también el espacio donde convergen nuestros más altos ideales. Es la casa donde encontramos la inspiración para construir un futuro mejor para nuestras comunidades y para el mundo.

    Hoy, más que nunca, debemos asumir nuestra responsabilidad de transformar esta institución. No podemos dar marcha atrás ni claudicar en nuestra convicción de lograr una UAS más libre, transparente y plural. Es momento de unirnos y trabajar juntos para que nuestra Universidad recupere su vocación educativa y sea un faro de inspiración para las generaciones presentes y futuras.