La Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, en la elección del 2 de junio, tuvo el 60 por ciento de los votos, que son 33 millones. Es lugar común decir que los sectores más populares son quienes votaron por Morena y no las clases medias o altas.
El artículo de Montse Hidalgo Pérez, Patricia San Juan Flores y Kiko Llanera, que analiza cómo votaron los electores por edad, nivel de estudios, nivel de ingreso y condición laboral, dice otra cosa (El País, 03.06.24).
A nivel de la estructura de edades, el voto que obtiene Sheinbaum es muy semejante: entre 18 y 29 años, el 57 por ciento; entre 30 y 44 años, el 60; entre 45 y 59 años, el 58; de 60 años y más, el 62. En términos de edad no hay diferencia en cómo se votó por ella.
A nivel de los años de estudio hay sólo una diferencia significativa: las personas con estudios básicos, el 66 por ciento votó por ella; media superior, el 57 por ciento; superior, el 43. Las personas con mayor nivel de estudio votaron casi 20 por ciento menos a su favor que los otros niveles.
A nivel del ingreso, el voto que obtiene Claudia es muy semejante entre los diversos grupos: el de menos de 10 mil pesos al mes votó el 65 por ciento; entre 10 mil y 15 mil, el 59 por ciento; entre 15 mil a 25 mil, el 62 por ciento; entre 25 mil a 50 mil, el 52 por ciento; entre 50 mil y más, el 50. En estos dos últimos tramos hay una diferencia del 8 y 10 por ciento.
A nivel de la condición laboral en un grupo es muy semejante el voto y en otro no. Es semejante en: las amas de casa, el 64 por ciento; los jubilados, el 63; los trabajadores por cuenta propia, el 62; los campesinos y jornaleros, el 62; los profesores y maestros, el 61; los trabajadores del sector privado, el 59; los estudiantes, el 57 por ciento.
Es distinto, con diferencias entre el 12 y el 16 por ciento, entre los trabajadores en el Gobierno, que por ella votó el 48 por ciento; los profesionistas independientes, el 46; los desempleados, el 44 por ciento.
El dato más relevante del estudio del comportamiento electoral es que también los sectores de medianos y altos ingresos votaron mayoritariamente por la candidata de Morena. Con este dato se viene a tierra aquello de que sólo los sectores de bajos ingresos votan por Morena.
Llama también la atención lo homogéneo que resulta el voto en las variables edad, nivel de estudio, ingreso y condición laboral. El voto a favor de Morena se extiende de manera homogénea en el conjunto de la sociedad mexicana. Las diferencias las hay pero son menores.
Algo semejante por muchas décadas ocurrió con el PRI en los tiempos de partido hegemónico o de Estado. ¿Estamos ahora ante un fenómeno semejante? ¿Se va a mantener así en los próximos años?
Las fuerzas políticas de la Oposición y también las organizaciones de la sociedad civil que luchan por la democracia y en contra de la regresión a los tiempos del presidencialismo autoritario deben ser conscientes de esta realidad.
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@RubenAguilar
Animal Político / @Pajaropolitico
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