Notar que Altata también es Sinaloa
Visión miope en seguridad a turistas
Frente a intensas campañas y enormes operativos para hacerles ver a los vacacionistas que están seguros en sus trayectos y estancias en Mazatlán, contrasta la nula operación para persuadir a los culiacanenses de visitar las playas y sitios recreativos de Altata, recalcando el esplendor de la actividad turística del sur y sentenciando al destino navolatense de sol y playa a más ruina de la que ya le ha dejado la persistente y feroz violencia de casi un año. Así, el tiempo devastador de la narcoguerra transcurre en dos desiguales relojes de arena, según lo establecen los operativos y estrategias para el asueto de verano.
En la definición del orden de prioridades se pasa por alto que en la costa navolatense hay centenas de familias que quieren trabajar y la crisis de la seguridad pública se los impide, como es el caso de Altata y el permanente pedido de auxilio para que las actividades productivas vuelvan a ser la fuente de sustento y reactiven la economía. Lo que solicitan es que el modelo de blindaje a ciudadanos y turistas que se aplica en Mazatlán sea reeditado en Navolato.
Si bien es cierto que Mazatlán representa para la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado algo así como la gallina de los huevos de oro, y hay que cuidarla, igual es un error en materia de desarrollo de esta rama de la economía echar todos los blanquillos en la misma canasta. La sobreprotección de una zona no debe ser a expensas de abandonar a otras a su suerte.
Tal inequidad de oportunidades tiende a generar la percepción en los paseantes de que hay mejores condiciones para regresar a Mazatlán, de donde la inseguridad los había ahuyentado. Sencillamente sólo el enorme operativo para proteger el flujo de familias por la autopista Benito Juárez y la carretera federal México 15 inspira a correr el riesgo de volver al lugar donde hasta un pobre se siente millonario. En cambio, camino a Altata funcionan algunos retenes y patrullajes que no convencen a los viajeros de estar protegidos.
Un ejemplo que recalca la diferencia sería el Plan Cero Robo de Vehículos implementado por la Guardia Nacional y que moviliza a 300 agentes, 143 vehículos, 2 helicópteros y 12 drones en los tramos Culiacán-Mazatlán de las carreteras libre y de cuota, así como alrededor de mil elementos de Ejército, Marina y Policía Estatal Preventiva para vigilar la zona turística de la Perla del Pacífico.
Y en Altata, guardando las proporciones con la capacidad de la industria mazatleca de la hospitalidad, ni siquiera existe un plan por más que se le incluya en la estrategia general de pacificación de Sinaloa. Lo que en Mazatlán cobra vida en esta época bajo la mirada militar y policial, en la bahía navolatense languidece por la débil protección gubernamental pese a tratarse de otro bastión de la economía regional con impacto expansivo hacia sectores como pesca, agricultura, inmobiliario, acuacultura y gastronomía.
Sin que sea nada nuevo, de sexenio a sexenio permea en quienes tienen a cargo las políticas públicas en turismo la mentalidad anquilosada de que esta actividad empieza y termina en Mazatlán. El discurso, la promoción, el respaldo y la visión evidencian la miopía de percibir únicamente el lado esplendoroso y fingir que no ven los demás polos de la industria sin chimeneas, entre éstos el de Altata que posee grandeza propia y también es parte de Sinaloa.
Y las dos cosas, Secretaria Mireya Sosa Osuna y mandos federales y estatales de la seguridad pública, pueden ir juntas al tratarse de soportes del desarrollo económico que no admiten criterios discriminatorios. Mazatlán es nuestro orgullo arrullado por el Océano Pacífico debido a la gran infraestructura para el hospedaje y la diversión; Altata es la otra joya que abraza el Mar de Cortés por ofrecer la oportunidad de disfrutar de la naturaleza sin las intromisiones exageradas que la estropean.
No se trata de un reclamo. O tal vez sí. Pero sea lo que sea prevalece el propósito de poner sobre la mesa de la toma de decisiones la importancia y viabilidad de cuidar los filones de oro que ofrece el turismo en Sinaloa para generar riqueza en donde estén, lejos o cerca de oficinas refrigeradas a las cuales la realidad no llegará si nadie sale a encontrarla.
Es tiempo de tomar conciencia,
De esta crisis en Altata,
Pues la hiere la delincuencia,
Y el Gobierno la remata.
Iba sola y con alto perfil la Senadora Paloma Sánchez Ramos en la carrera hacia la candidatura del PRI para la elección de Gobernador o Gobernadora en 2027, pero ya saltó al ruedo el Diputado federal Mario Zamora Gastélum quien desde la derrota que sufrió en 2021 prometió que buscaría aparecer de nuevo en la boleta electoral aspirando al mismo cargo. Pero no se trata, como lo plantea el Legislador mochitense, de que Dios se lo permita o no, porque será el dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas, el que volverá a decidir quién es el mejor postor para otra vez salir victorioso él sin que necesariamente gane el partido. En política no existen las divinas providencias sino los malignos apetitos.