Revuelo a la cumbre, sin agobios
Si ha de reformarse la Universidad Autónoma de Sinaloa tendrá que ser por la acción de su comunidad académica. Esto es vital para que los cambios en la vida interna dejen de ser riñas entre grupos de poder que disputan el control, y sea la intervención de los universitarios la que legitime un nuevo orden que aleje a la institución de la actividad política para refundarla en la actividad del conocimiento.
Podría ser este el momento. En unos meses más Sinaloa instalará otro ring electoral con miras a la sucesión de 2021 en el Gobierno estatal, coyuntura que contaminará cualquier esfuerzo reformista en la UAS y, de entrada, complicará la identificación de las sanas intenciones transformadoras sanas y las perversas ambiciones oportunistas.
Esta semana, el jueves 15, la Asociación Civil Jubilados de la UAS y el Comité Universitario Movimiento de 1968 realizarán un foro con el propósito de hacer propuestas de modificación a la ley orgánica de la casa de estudios, al cual convocan a los universitarios en general. Una acotación pertinente: desde noviembre de 2016 realizan un trabajo “hormiga” que hoy llega a una etapa culminante.
En el foro de hace dos años se reconoció que desde 2005, cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda asumió la Rectoría de la UAS, este centro de estudios ha tenido una modernización en infraestructura educativa como nunca antes, sin embargo, tal innovación no se refleja en la calidad de la enseñanza y el modo de dirección institucional.
Rescata la memoria de aquel ejercicio de reflexión que después de la Ley Orgánica que se le aprobó en 2006 mediante un albazo legislativo, la UAS puede considerarse formalmente democrática, pero en realidad es funcionalmente autoritaria. “Quiérase que no, el ataque a la democracia significó el ataque a la autonomía, al pensamiento crítico y a la tolerancia”.
Es posible que los ponentes sean los mismos, no así la oportunidad. Ya hace 730 días que Carlos Calderón Viedas, María Teresa Guerra Ochoa, Juan Francisco Lara Medina, David Moreno Lizárraga, Ambrosio Mojardín Heráldez, Guillermo Ibarra Escobar y Humberto Aramberry, gritaron el planteamiento reformista en medio del desierto del totalitarismo universitario; hoy, con la izquierda en los poderes Legislativo y Ejecutivo sus voces podrían no ser en vano.
Tampoco el grupo que ocupa la conducción de la UAS tendría por qué actuar igual. A las UAS le resulta fundamental ajustarse a los vientos reformistas que soplan en México, mientras que a Héctor Melesio Cuén Ojeda le es estratégicamente vital perder el control de la Universidad para ganar la sobrevivencia y fortalecimiento del Partido Sinaloense.
No hay vuelta atrás. A la Universidad le urge la nueva arquitectura y diseño legislativo que la preserven como el baluarte académico, moral, solidario e insumiso de Sinaloa. Por supuesto que nadie propone la abolición del orden establecido sino la reforma que la blinde de apetitos de poder que, hoy mismo, la asedian unos y otros la ofrecen como moneda de cambio.
Todo indica que en ambos extremos existe el ánimo por conciliar. Los hechos están por hablar y la 63 Legislatura del Congreso del Estado se apresta a darle entrada a todas las posturas y rescatar aquellas que postulen el engrandecimiento de la centenaria alma máter. Muy pocos bastiones le quedan a la libertad, y la UAS es uno de estos.
Bienvenido el foro del jueves como intento loable por debatir lo que ocurre en la UAS y determinar el mapa de acciones para sacarla de en medio de dos fuegos que en noviembre de 2016 Carlos Calderón Viedas los definió así: uno que intenta marcar los contenidos y fines conservadores de la educación por medio de la presión financiera en manos de los gobiernos, y otro que la ha vuelto instrumento partidista electoral del mismo grupo político que controla la institución.
Re-verso
Exijamos en la antesala,
De estos tiempos de libertad,
Que no cargue la Universidad,
Un grillete en cada ala.
El ocaso del cacique
Juan Alfonso Mejía López tiene la oportunidad crucial de ser el Secretario de Educación Pública y Cultura que transforme el sistema educativo estatal para bien de Sinaloa. ¿Qué más coyuntura a su favor que la desarticulación de la mafia magisterial que encabeza Daniel Amador Gaxiola quien se quedará sin cargo de representación popular, ni el control del ISSSTESIN, del SNTE 53, de los fideicomisos de los maestros y con el partido ENCIMA hecho añicos?