Más allá de los panegíricos que emanen desde las conferencias mañaneras y de todos los ámbitos amloístas, la impresión expuesta por destacados voceros de las llamadas fuerzas conservadoras coincide en reconocer la puntualidad realizadora de quienes ahora entregan un aeropuerto que puede ser considerado competitivo entre las instalaciones de su género.

    En el ámbito nacional destacó esta semana la jornada confirmatoria de la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el cual ha sido puesto en marcha en condiciones esenciales de operatividad con miras a un desarrollo progresivo que requerirá de meses, tal vez de años, para definirse como la obra que vendrá a resolver a mediano plazo el creciente problema de la sobre saturación del actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

    Por lo pronto el AIFA (identificado así por sus siglas) pone de manifiesto que la Secretaría de la Defensa Nacional, por conducto de su cuerpo de ingenieros y sus elementos activos, es capaz de cumplir con misiones de orden infraestructural, toda vez que, aunque quedan pendientes de concluir varias vialidades de acceso, el flamante aeropuerto cumple con los requisitos de funcionalidad que se esperan en el caso de una instalación de primer nivel.

    Más allá de los panegíricos que emanen desde las conferencias mañaneras y de todos los ámbitos amloístas, la impresión expuesta por destacados voceros de las llamadas fuerzas conservadoras coincide en reconocer la puntualidad realizadora de quienes ahora entregan un aeropuerto que puede ser considerado competitivo entre las instalaciones de su género.

    Los numerosos asistentes que desde el domingo desfilaron anticipadamente por las diferentes secciones de esa construcción se manifestaron admirados ante la magnificencia de una terminal aeroportuaria que, además, ofrece impresionantes recursos recreativos y culturales, como el museo de mamuts donde, entre otros aspectos, se exhiben los restos encontrados en el área de construcción del AIFA. Cabe observar que por ahora las expresiones de desaprobación enfocaron al acto inaugural contra la presencia de puestos ambulantes, entre ellos el de una señora que estaba vendiendo unos antojos regionales conocidos como “tlayudas”.

    Aun cuando, en materia de inversión, el gobierno de la 4T maneja una cantidad sustancialmente menor a la que representaba el presupuesto del aeropuerto que quedó inconcluso en Texcoco, más allá del tema económico es de esperar que la obra ahora tan bien recibida reúna las condiciones de consistencia estructural que garanticen perdurabilidad hasta más allá de la cabal construcción de la red vial de acceso y del esperado incremento operacional por cuanto a la frecuencia de vuelos que contribuya a descongestionar la sobrecarga que ahoga al ahora antiguo Aeropuerto Internacional.

    Se habla de una posibilidad, no de un hecho, pero en este caso esa noticia resulta como asaz motivación para preocupar a la humanidad cuando el secretario de prensa del gobierno de Rusia anuncia que “si se encontrara ante una amenaza existencial”, aquel país podría usar armas nucleares. Lo dice un funcionario del gobierno ruso, no precisamente Vladimir Putin, y no se trata de una afirmación, pero la sola insinuación de una amenaza de tal magnitud es suficiente para quebrantar cualquier intento de tranquilidad.

    No precisa el vocero ruso en cuáles términos Putin interpretaría que su país, que es el agresor, está siendo amenazado existencialmente, lo cual abre un ominoso espacio de imprecisión en torno a la posibilidad de una decisión que derivaría en la Tercera Guerra Mundial. Téngase presente que en la Primera y en la Segunda de las Guerras Mundiales los grandes perdedores fueron Alemania y los países que a ese país se aliaron, pero en el caso de la siempre temida tercera conflagración el perdedor podría ser todo el mundo.

    Todavía reciente está el caso de un accidente vehicular registrado en el crucero de las calles Rafael Buelna y Juan B. Sepúlveda, en el que perdieron la vida dos jóvenes que viajaban a bordo de un automóvil de alquiler que transitaba por la calle Sepúlveda y el cual fue embestido por una camioneta que circulaba por la calle Buelna que tiene preferencia permanente la cual, todo indica, no fue respetada, aunque también es cierto que quienes transitan por la Buelna confunden esa vía citadina con una pista de carreras. La falta de un semáforo en ese crucero prolonga una inexplicable omisión.

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