Organizaciones caórdicas

Cuando piensas en caos en los sistemas y organizaciones, difícilmente vendrá a tu mente algún pensamiento positivo, más bien te preguntas: ¿Cómo habría de no resultar algo negativo del caos? Pues parece ser que sí, desde siempre, pero sobre todo en tiempos de pandemia, las organizaciones convivimos todos los días con el caos.

Este escenario, indudablemente trae como consecuencia que las organizaciones, se replanteen y piensen estratégicamente en mantener un equilibrio entre el “Caos y el Orden”, lo cual requiere que se metabolice un cambio de paradigma en el cómo hacer las cosas, y que el cambio mismo, sea promovido por un acertado liderazgo, que considere variables y factores externos e internos, que siempre vendrán a generar caos a la organización, si no se tiene un equipo preparado para afrontarlo.

Caórdico no es otra cosa más que el comportamiento de cualquier organización o sistema autoorganizado cuando forma una mezcla característica de caos y orden. El término fue creado por Dee Hock, fundador de Visa, bajo el argumento de que es fácil para las organizaciones, sin importar su naturaleza, seguir funcionando de manera tradicional debido a su propia y creciente complejidad.

Según Dee Hock, también hay que asumir a las organizaciones desde la visión caórdica, donde se deberá convivir en simultáneo el caos y el orden, lo cual evidentemente supone paradojas y conflictos. Pero según el fundador de Visa, es en el espacio caórdico donde los miembros de nuestros equipos pueden encontrar el camino para transitar desde la apatía o el desinterés, hacía la creación y el sentido de la pertenencia.

Entre los rasgos principales que caracterizan a una organización como caórdica se pueden encontrar; Se autoorganizan y autogestionan en el todo y en todas partes, son equitativas en la distribución de poder, derechos, responsabilidades y recompensas, combinan armoniosamente la cooperación y la competencia, son compatibles y fomentan la diversidad, la complejidad y el cambio.

Regularmente el orden y el caos son considerados como antagónicos, siendo pocas las oportunidades que tenemos de verlos como complementarios. Entender y potenciar cómo opera este antagonismo en las empresas, puede ayudarnos a mejorar en gran medida el desempeño del personal y funcionamiento de la organización. Evidentemente ambos tienen sus ventajas y desventajas, pero el secreto aquí está en encontrar el valor del espacio caórdico que hay en las organizaciones.

Las organizaciones caórdicas se mantienen en constante cambio y evolución. Por ello, sus miembros tienen el derecho de saber y la obligación de dejar fluir. El control y la penalización están fuera de su norma. Los integrantes tienen el derecho de innovar y la responsabilidad de cooperar para que la innovación se convierta en evolución y mejora.

De ahí al empoderamiento hay unos pocos pasos, pero que dependen de la capacidad de que cada persona se responsabilice. Quién más se responsabilice, ofrezca confianza a los demás y empodere, surgirá como un líder natural.

Un exceso de control en la gestión inmoviliza procesos, es decir, genera cuellos de botella y personaliza decisiones, lo que generalmente ocasiona que, ante cualquier error, el equipo se paraliza sin saber qué hacer o a donde ir. Entendamos que la naturaleza no busca soluciones perfectas, busca soluciones que funcionen, por tanto, seamos caórdicos, naturales, y creamos organizaciones sostenibles entre el orden y el caos.

Y tú, ¿qué tan dispuesto estas en “desordenar” tu estructura?

*Profesor del Área de Factor Humano ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste.