Otra vez el pinche fuero

Llegó con un menor de edad a hospedarse en un hotel de la Ciudad de México, antes de eso habría puesto algún tipo de droga en el refresco que ofreció al joven de 15 años, al menos así lo señala la declaración de la víctima. No sería la primera vez, según investigaciones periodísticas y acusaciones de otros ofendidos, el Diputado federal de Morena Benjamín Saúl Huerta Corona tiene un larguísimo historial de acoso, abuso y corrupción de menores.

Abogado por la Benemérita Universidad de Puebla, Diputado por mayoría en el Distrito XI de Puebla, integrante de las comisiones de Justicia y Energía, desertor priista convertido al Movimiento Regeneración Nacional en 2012. Varios años en cargos del servicio público, siempre al amparo del poder, siempre utilizándolo para cometer delitos contra víctimas jóvenes, varones según su preferencia.

“El fuero ha sufrido una mutación para convertirse en privilegio protector de corruptelas, además una violación a la igualdad jurídica. Que sirve como escudo para el pago de prebendas de muchos políticos, quienes buscan ser legisladores para evitar ser procesados por diversos delitos cometidos durante su encargo y en el ejercicio del mismo”.

Ese fue el discurso que dio hace dos años el ahora acusado, desde la máxima tribuna del país, exigiendo la eliminación del fuero constitucional, cumpliendo según él, con las promesas de campaña hechas por el partido del Presidente. Ese mismo fuero en el que se ampararía hace unas semanas al ser presentado por la policía ante la Agencia del Ministerio Público, donde salió libre y es ahora prófugo.

“El fuero no debe ser un obstáculo jurídico y mucho menos político insuperable para que la autoridad proceda en contra de quien presuntamente actuó fuera de la ley y cometió un delito. La clase política es vista como una élite inmune a los problemas que aquejan a la ciudadanía y a la que no alcanzan siquiera las leyes”.

Decía con absoluta razón el Diputado morenista, sabiendo desde entonces, como abogado y ex Agente del Ministerio Público, que dicha figura jurídica le permitiría salvar la cárcel en caso de que alguna de sus víctimas decidiera levantar la voz como lo hicieron.

Quedó libre por el fuero, y ahora que la autoridad lo busca porque está prófugo. Hasta el día de hoy no ha sido retirada la inmunidad legislativa por lo cual no puede ser molestado. En la Cámara de Diputados, el Dip. Ignacio Mier, un viejo priista amigo de él, coordinador de la bancada del partido presidencial lo defendió diciendo que “era su vida personal y que él respetaba las decisiones personales de los integrantes del cuerpo legislativo”.

No conforme, Nacho Mier ex delegado morenista en Sinaloa descartó en principio un proceso de desafuero porque -léalo con calma por lo aberrante de la respuesta- “No lo hizo en su función como Diputado, sino en su vida personal”. Cosa de la que se tuvo que retractar dos días después ante las múltiples evidencias de lo que a todas luces habla del comportamiento como depredador sexual de su compañero legislador.

De nuevo el pinche fuero, ese tan llevado y tan traído en las mañaneras del Presidente, le permitió escapar a un Diputado despreciable acusado por un delito gravísimo. De nuevo quedó de manifiesto que muchos de los discursos dados en tribuna son hipocresía pura para aquellos que pervirtieron la salvedad constitucional para no ser enjuiciados por exponer sus ideas en el Poder Legislativo.

En estas elecciones, de nuevo vendrá la misma propuesta repetida hasta el cansancio durante al menos los últimos 20 años. La de eliminar, -según ellos- ahora sí y para siempre esta figura que solo sirve para los aliados del poder y sus mayorías. Porque eso sí, cuando el Presidente pide el desafuero de un opositor político, como el Gobernador tamaulipeco -por el cual tampoco meto las manos al fuego- eso sale “en caliente”. Luego le seguimos...