|
"OBSERVATORIO"

"¿Pacto de Quirino con narcos? Someter al crimen o solaparlo"

""
OBSERVATORIO
06/06/2017 00:32

    Vale más atribuirlo al ambiente de terror que nos lleva a confundir las salidas de emergencia, aunque sí es irracional e irritante el planteamiento de que el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel pacte con el narcotráfico como única manera de alcanzar niveles aceptables de seguridad pública. A tal punto de desesperación hemos llegado sin pensar que en vez de solución eso equivaldría al colapso social definitivo y sin retorno.

     

    Las voces que plantean esa especie de alianza narcopolítica quizá se habituaron al fragor de la guerra y al sacrificio de inocentes. De ser así, ni tal familiaridad con la tragedia y el verdugo justifica el despropósito. Mucho menos la ley lo hace admisible.

     

    Deberíamos reflexionar más lo que deseamos porque algunas veces se cumple aquello que queremos. En Sinaloa, por cierto, no sería novedoso ni raro escuchar a un segmento poblacional plantear como viable la negociación entre el Gobernador en turno y los jefes del narco. Tampoco resultaría atípico ver que dicho acuerdo fuese concretado.

     

    El mismo disparate ha existido como conjetura y certeza desde hace décadas. Sin ir muy lejos, en el sexenio anterior que presidió Mario López Valdez se especuló de tal “arreglo” a través de mantas con mensajes estratégicamente ubicadas, inclusive en la campaña electoral en 2010 donde estuvo metida la mano del cártel de Sinaloa, así como en la videodenuncia de complicidades que hizo el entonces escolta del mandatario, Frank Armenta Espinosa.

     

    De ser cierto que se pactó valdría la pena revisar de qué sirvió porque al menos en tranquilidad y estabilidad nada se obtuvo. La comisión de homicidios dolosos se disparó un 24 por ciento en relación al Gobierno de Jesús Aguilar Padilla, alcanzando la cifra de 7 mil 772 casos y la mayoría en hechos adjudicados a delincuencia organizada.

     

    Desde antes, en 2009 con Aguilar Padilla, al notarse una tregua en la cruel beligerancia entre el ala del narco que conformaban Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García, contra el polo opuesto constituido por los hermanos Beltrán Leyva, se teorizó que desde la Secretaría de la Defensa Nacional fue armado un pacto entre ambos grupos para reducir enfrentamientos y muertos.

     

    Es decir, la proposición del pacto entre Gobierno y narcos ha existido y una parte de ella ha sido cumplida y otra ha titubeado según sean los beneficios a alcanzar por cada uno de los negociadores. ¿Esperaría Quirino Ordaz Coppel que los pistoleros del narco le bajen la incidencia de delitos de alto impacto solo por el hecho de sentarse a platicar con ellos?

     

    Hace algunos días, al preguntársele al Gobernador Ordaz Coppel si pactaría con el Cártel de Sinaloa la pacificación del estado, respondió que "jamás, yo solo pacto con la sociedad".

     

    ¿Qué negociaría el Gobernador y qué le pedirían los narcos? ¿Vale la pena convertirse en rehén del crimen a cambio de una paz simulada o pax narca?

     

    ¿Entonces no ha pactado con los narcos? A diferencia de sexenios anteriores, ahora hacen falta mayores evidencias para creer que sí.

     

     

    Re-verso

     

     

    Esa idea es tan mala,

     

    Como es perversa y supina,

     

    No se arruina a Hiroshima,

     

    Con un fuego de bengala.

     

     

     

    ¿Y un pacto Militar?

     

     

    En la Secretaría de la Defensa Nacional existen posturas discrepantes en cuanto a pactar o no con el narcotráfico. A mediados del Gobierno de Felipe Calderón vino a Culiacán el General de Brigada Ricardo Escorcia Vargas, un criterio que sostiene que más vale un buen arreglo que un mal pleito, quien ante la interrogante de si el Ejército Mexicano había pactado con el Cártel de Sinaloa, respondió: "pues el clima está muy agradable ¿no?".