Para salvar a Pemex y la CFE

15/03/2025 04:01
    La solución evidente es impulsar la inversión privada en energías limpias o por lo menos la menos contaminante, la de gas natural.

    La crítica situación que ha provocado Donald Trump, al amenazar a la Presidenta Sheinbaum con la aplicación de aranceles a las exportaciones de México a ese país, ha puesto en segundo término todos los demás problemas nacionales como la inseguridad, la declinación del Producto Interno Bruto de México, los conflictos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo con el Poder Judicial, la crisis energética, la economía informal, la insuficiencia fiscal, los problemas climáticos, entre otros; sin embargo, las dos “pausas” de un mes cada una, han enviado esperanzas de que la amenaza tal vez no se cumpla, aunque este martes aplicará a Canadá un arancel del 50 por ciento, es decir, 25 por ciento más al acero y al aluminio, en represalia por el arancel de 25 por ciento que aplica la Provincia de Ontario a la electricidad que le vende a Estados Unidos; además, amenaza de nuevo a México, con un arancel de 25% al acero y al aluminio; esto significa que “el machete sigue desenvainado y afilado” contra la economía y el futuro de México.

    Ante estas alarmantes noticias, se antoja buscar algunas dos o tres noticias positivas que pudieran ayudar a la economía y al futuro de México, que no dependan de las difíciles relaciones con Estados Unidos, como algunas soluciones para Pemex y CFE.

    1. Desde abril de 2024 se publicó la propuesta de la organización Wellingence Energy Analytics, acerca de que Pemex pudiera concesionar a la iniciativa privada la explotación de alrededor de 300 campos petroleros marginales, que Pemex no puede explotar por falta de recursos y porque tienen el riesgo de no ser productivos; las petroleras privadas sí podrían invertir a través del esquema conocido como farmouts, en los que “el privado aportaría la tecnología y la inversión necesaria”, con lo que se elevaría la producción de crudo y “se generarían regalías para el Estado sin que Pemex desembolse recursos”. Se calcula que la explotación de estas reservas de las denominadas 2P (posibles y probables), podrían generar para el País hasta 164 mil millones de dólares, que serían: 17 mil millones de dólares por participaciones de las empresas petroleras y 147 mil millones por regalías e impuestos adicionales. Se aclara que los 300 campos contienen sólo el 25 por ciento de las reservas 2P o sea “unos 2.6 mil millones de barriles de petróleo”, que podrían ser más si se aplican tecnologías nuevas y experiencia técnica y operacional, hasta alcanzar 6 mil 700 millones de petróleo crudo.

    Esta idea la retomó la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), agregando que la explotación de esos 300 campos no convencionales, producirían más gas natural, lo que mejoraría “la seguridad energética... pues México importa de Estados Unidos el 75% del gas que consume”, que precisamente buena parte de ese gas lo obtiene EU de campos no convencionales explotados por la I.P. de ese país.

    Merlín Cochran, director de la Amexhi, explicó que esos campos están prácticamente abandonados por el alto costo para su explotación, pero las empresas privadas están dispuestas a trabajarlos, de tal modo que Pemex podría dedicarse a explotar los campos más productivos y con menor riesgo; con todo ello se incrementaría la producción nacional de crudo, de gas natural y de gasolinas, aunque se requiere también eficientar la administración de Pemex, controlar la corrupción interna y el huachicol y dedicar parte de esos recursos adicionales al pago de la deuda y al mantenimiento y modernización de las refinerías.

    2. Las soluciones para la CFE se ven más claras y evidentes pues esta empresa nacional es dueña de toda la red de distribución de energía, aunque durante todo el sexenio anterior no se agregó un solo kilómetro más de red y además, no se le ha dado el mantenimiento necesario, y prácticamente no se han construido las plantas generadoras de ciclo combinado que el crecimiento del País necesita.

    La solución evidente es impulsar la inversión privada en energías limpias o por lo menos la menos contaminante, la de gas natural.

    Con el cobro de concesiones y del uso de la red que pagarían las privadas, se podría mejorar y aumentar la red de distribución, e implementar la tecnología para recibir y distribuir esa energía que por su naturaleza no siempre es constante en su generación; pero en todo el mundo se está aprovechando esta energía, con la gran ventaja de que prácticamente no contamina y se cumple con los Acuerdos de París.

    Como se ve, sí hay algunas soluciones si se vigila que no haya corrupción y se antepongan los beneficios para México.