Parto de los montes: Madueña, Rector
Crónica de una falsa democratización
Bajo la mirada de los centinelas del fraude al servicio de Jesús Madueña Molina, que ni siquiera garantizaron la privacidad en la emisión del voto, la comunidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa quiso creer que la pírrica democracia que probó ayer es la única a la que puede aspirar cuando todo el aparato institucional operó para fingir un marco de libertades con tintes de autoritarismo. El miedo a perder el botín, impunidades y cacicazgo hizo más cínicos que de costumbre a los indiciados refrendados.
Lúgubre epitafio de la fallida intentona para encarrilarla en la Ley y restablecerle la dignidad, la institución rosalina quedó sujeta a los mismos grilletes que la han lastimado durante dos décadas. Seguirá siendo la madriguera de los maleantes en tanto los universitarios y la sociedad sinaloenses la recuperan como su casa, su refugio y santuario del librepensamiento.
El guión para reelegir a Madueña y con él ratificar los esquemas de Universidad-rehén y Universidad-partido se aplicó al pie de la letra. En cuanto las cajas habilitadas como urnas se llenaban, eran trasladadas a algún auditorio o aula sin que alguien o algo verificara la seguridad de aquello que acabó siendo tómbola en vez de ejemplo de elecciones ajustadas a la normatividad interna o mecanismos de transparencia.
Si alguien se atreve llamarle democracia a esto, o primer paso hacia la libre elección de autoridades uaseñas, de plano le encanta hacerle al Tío Lolo, el que no necesita que alguien lo haga tonto porque él se hace solo. Una cosa es el fanatismo capaz de elevar a los corruptos al culto de los altares; la otra tiene que ver con aquellos que aducen inteligencia y conocimiento para formar a generaciones pensantes, y les echan a perder a estudiantes la expectativa de educación con valores y civismo.
Nada sorpresivo trajo el miércoles porque lo que se veía venir ocurrió con idéntica insolencia que la víspera anunciaba. La UAS no se reforma, transforma ni rescata. Ganó el viejo establishment que hace 20 años definió el “proyecto” que dejó trunco Héctor Melesio Cuén Ojeda al perder la vida en los hechos del 25 de julio en el predio “Huertos del Pedregal” al asistir a una reunión entre Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, de la cual ”El Mayo” fue extraído a la fuerza y llevado contra su voluntad a Estados Unidos donde está a disposición de la justicia de aquel país.
El alba de la integridad universitaria no despuntó en el horizonte invadido por los negros nubarrones de la desvergüenza, esa que se requiere para transitar veloz sin nada de pena desde las vinculaciones a procesos a la Rectoría. Tanta desfachatez como para marcar la elección con las tropeladas de la codicia hasta la ignominia, inclusive con la violencia enderezada contra la candidata Denise Díaz Quiñónez que seguramente repetirá la inacción de la Ley concedida a los de por sí impunes.
Madueña no toma el mando de una institución de educación superior sino lo que recibe es la estafeta de un cacicazgo y el testamento político-facineroso que le determina proteger al cuenismo, pasismo y ahora a aquellos que al igual que él fueron imputados por delitos de corrupción perpetrados contra la Universidad. Lo demás que se pueda decir de la elección espuria ya lo expresaron los hechos con evidencias contundentes.
La elección de Rector fue manejada en la opacidad, haciendo Madueña y compinches lo que se les antojó con el voto de los estudiantes y algunos maestros que sí querían sacar a la UAS de la ruta en que seguirá durante cuatro años para llevarla al abismo de ilegitimidad y expoliación. Así como la elección se tornó predecible en las marrullerías, no hay posibilidad de equívoco en cuanto al futuro universitario remarcando los delitos que le imputaron a los prófugos de la justicia. Y en el último reducto de los desesperanzados, rogar para que dentro de cuatro años algo de decoro sobreviva en el campus.
A los continuistas del saqueo descarado de las finanzas universitarias es imposible colocarles coronas de laureles, pues las diademas de espinas que les corresponden les significarían placer y no el castigo ejemplar que merecen. A los que tuvieron la valentía de enfrentar a la mafia apoderada de la Universidad, plausible arrojo que destaca entre la pusilanimidad arrolladora, les queda el mérito del ejemplo que algún día inspirará a liberar al águila a la cual se le frustra por hoy el vuelo hacia la cúspide.
Todo está bien. Lo único que pasó fue que la perversa ralea uaseña trepó en el sublime árbol de la dignidad universitaria y lo dejó como palo de gallinero. Hoy mismo hay que empezar a limpiarlo.
Universidad, mucho lo siento,
Te acompaño en tu decepción,
Pues el fuerte dolor parturiento,
No era para parir un ratón.
Dentro de los salones de clases a los alumnos se les tomó el voto teniendo encima la mirada de personas que nadie sabía quiénes eran ni a quienes representaban, grabados con teléfonos celulares al sufragar, y sin posibilidad de la privacidad que blindara el sentido de la decisión que adoptaban. Luego alguien contaría en lo oscurito las papeletas con la misma habilidad con que las ratas se mimetizan en la penumbra. Esta democracia bananera ni Nicolás Maduro la tiene en Venezuela, tampoco Raúl Castro en Cuba. Made in UAS para exportarla al mundo con la patente reconocida a Jesús Madueña.