"Piso y techo de los salarios"
""
DUEÑEZ* EMPRESARIA
11/10/2018 19:57
No me des… ¿ni mucho ni poco?
He mencionado la conveniencia de tener un Plan B por si la economía mexicana se deteriora con el actual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Habrá que ver cómo gobierna al tomar posesión del cargo.
Si observáramos que AMLO se convierte en un tirano que destruye nuestra economía controlando precios, salarios, tasas de interés, o que empieza a estatizar empresas, pues nos tocaría afinar nuestro Plan B y empezar a ponerlo en práctica. Es difícil determinar los criterios para hacerlo. Cada empresa deberá definir sus propios criterios.
En teoría, o académicamente, el asunto es muy complejo. Habría que aclarar cuál es el sistema político y económico de México, y a cuáles sistemas sería aceptable cambiar, y a cuáles no. Hay muchos sistemas de corte capitalista y de corte socialista. En cada uno hay diversos desarrollos de varias escuelas. Y en cada escuela hay pensadores con diversos puntos de vista. Además se presentan las consecuencias de dichos sistemas en los países que los han padecido, con los pareceres de sus pensadores.
Digo “que los han padecido” porque nunca se ha desarrollado un sistema político y económico que satisficiera a todos sus ciudadanos, ni siquiera a la gran mayoría. Parece que lo mejor es considerar hechos concretos, como el establecimiento de salarios, precios, etcétera.
Los salarios pueden tener piso y techo, o sólo piso, o sólo techo, o nada, ni piso ni techo. Lo que se suele considerar como piso es el llamado salario mínimo, de alguna forma derivado de la vida social. Lo del techo de los salarios es mucho más complejo.
En México el salario mínimo actual (2018) es de 88.36 pesos (unos 2,600 pesos mensuales); y para 2019 podría ser de 101 pesos (unos 3,000 pesos mensuales); nuestro salario mínimo es unas diez veces menor que el de Estados Unidos.
El techo para los funcionarios públicos es el sueldo del Presidente de la República, que será de 108,000 pesos mensuales, según él lo ha dicho. Ni las demás personas ni los empresarios tienen techo de salario o de ingresos (ahí está Carlos Slim).
Al margen de que los seres humanos hayamos sido creados a imagen de Dios o de que evolutivamente tengamos un cerebro altamente desarrollado, el hecho es que tenemos dignidad, y que de esa dignidad se derivan derechos: a casa, vestido, sustento, educación, etcétera y, en síntesis, a una vida al menos mínimamente digna. Y esos derechos se expresan socialmente de manera jurídica, y en gran medida se determinan económicamente. De ahí la importancia del piso y el techo de los salarios.
En lo jurídico surge el problema de si somos iusnaturalistas o iuspositivistas. El iusnaturalismo pide que nos rijamos por leyes derivadas de la realidad o naturaleza de las cosas (humanismo). Y así, el salario mínimo debería ser el que permita que las familias tengan al menos una vida mínimamente digna. El iuspositivismo pide que nos rijamos por leyes que hayan sido elaboradas y promulgadas por la autoridad competente (legalismo). Y así, el salario mínimo deberá ser el que indiquen esas leyes, al margen de que satisfagan la realidad o naturaleza de las cosas, es decir, al margen de que con ese salario las familias puedan tener al menos una vida mínimamente digna.
En lo económico surge el problema de cuál sea el motor de la vida social. Hoy ese motor es el dinero, y todo depende de cómo se maneje el dinero. Si se maneja con el fin puesto en el dinero mismo, de manera que nuestro dinero aumente en forma de capital, tendremos el capitalismo. Si se maneja con el fin puesto en las personas, para que puedan tener al menos una vida mínimamente digna, tendremos el humanismo.
El humanismo pide que el dinero se maneje atendiendo a las necesidades de las personas. Las diversas formas de capitalismo piden que el dinero se maneje atendiendo a las necesidades del libre mercado, conforme a la ley de la oferta y la demanda. Estos conceptos nos pueden ayudar a juzgar mejor nuestro futuro gobierno.
Queremos un capitalismo con rostro humano. ¿Cómo lograrlo?
Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.