Pleitos de familia

DUEÑEZ* EMPRESARIA
    El manejo de conflictos en familias empresarias demanda a veces una trasformación profunda de cada persona
    La relación entre los miembros de una familia empresaria necesita de mucha apertura, que no tengan que cuidarse con temor al expresarse. Esto permite construir una relación basada en la confianza mutua, sin ella ninguna familia puede prosperar en armonía.

    Una vez más nos hemos reunido con estos primos. Son seis socios nietos del fundador que inició el negocio e hijos de los dos hermanos que lo expandieron hasta crear las bases del grupo de empresas que les entregaron.

    Estamos trabajando con los seis buscando fortalecer el proceso de institucionalización de su organización y detonar el crecimiento de valor del grupo. Ellos han avanzado mucho y ahora trabajan para consolidar su sistema de gobierno corporativo.

    Dos de los primos dirigen las divisiones más grandes, otro está gestionando proyectos de diversificación y los seis participan en su consejo actual. En este órgano de gobierno han centrado la toma de decisiones estratégicas. En las divisiones más grandes tienen sendos equipos directivos cada vez de mayor calibre, que falta integrar y capitalizar a cabalidad sus talentos. En la más pequeña apenas se está estructurando.

    La idea es crear dos consejos de administración potentes para las divisiones más avanzadas, que les ayuden a consolidar lo que ya tienen, a internacionalizarse y a seguir creciendo. La nueva división hará lo suyo más adelante, cuando su dimensión y complejidad lo ameriten.

    Durante este esfuerzo de institucionalización, ha surgido un problema serio, la comunicación entre los líderes de las divisiones más importantes se está dañando seriamente. Frecuentemente se enfrascan en discusiones estériles que afectan sus estados de ánimo. Ya hemos acordado contratar a un experto en sanación de relaciones familiares. Hasta para acordar con quién trabajar está siendo complicado ponerse de acuerdo.

    Observamos que hay un tema de mala actitud, que si no se aborda, el proceso seguirá atorado. Esto ha generado una dinámica destructiva que refuerza el círculo vicioso. No te respeto, te desacredito, el otro reacciona, se hace virulenta la discusión y la comunicación se rompe.

    Las controversias frecuentemente se hacen basadas en posiciones, donde cada uno presenta un frente de argumentos a los otros con el único fin de fortalecer su propia postura. A veces se crean alianzas entre algunos de ellos, e incluso aplican mayoriteo para dominar al que tenga una visión distinta. Esto es fruto de una lucha de egos estimulada por el engreimiento y la arrogancia, que impide construir la sinergia entre los grandes talentos de cada persona.

    Creemos que este estado de guerra continua debe eliminarse. Así no pueden seguir. Elegir de común acuerdo a la persona que les ayude a seguir un proceso profundo de sanación es vital en estos casos. Vale la pena explorar seriamente los expertos que se puedan encontrar. No es tan fácil hallar al profesional adecuado.

    Además del esfuerzo de sanación es importante crear un ambiente de respeto mutuo en el que se brinde verdadero reconocimiento al valor de cada miembro del equipo.

    La relación entre los miembros de una familia empresaria necesita de mucha apertura, que no tengan que cuidarse con temor al expresarse. Esto permite construir una relación basada en la confianza mutua, sin ella ninguna familia puede prosperar en armonía.

    También es crucial comportarse con una postura genuina ante los otros, dispuestos siempre a mostrar la propia vulnerabilidad sin temor y sin falsas pretensiones.

    En otros casos hemos ayudado a establecer un mecanismo de manejo de discrepancias que facilite la mejora en la calidad de diálogo e impida el deterioro de la comunicación y el encendido de estados de ánimo disfuncionales. Aquí tendremos que hacerlo.

    Tal vez definir con mayor claridad sus roles podría ayudar a mejorar el trabajo en equipo y a clarificar las expectativas que cada uno tiene de los demás.

    Ahora es momento de cultivar la empatía entre los líderes, fortaleciendo la capacidad de escucharse con genuino interés de comprenderse.

    Este grupo no está listo para trabajar seriamente con consejeros externos. La máscara de armonía que habría que ponerse para cada reunión impediría que el diálogo de calidad prevalezca en un consejo así. No se logrará un ambiente de apertura que propicie el intercambio auténtico de opiniones y perspectivas.

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    Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

    c_dumois@cedem.com.mx / http://www.cedem.com.mx

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