¿Podremos ser una sociedad sostenible?

ALDEA 21
    La inquietud del uso de los recursos naturales ha estado presente a lo largo de la historia, en principio como preocupación en términos de aprovechamiento y abasto, no obstante como resultado de la era industrial y tecnológica, los problemas ambientales, económicos y culturales han precipitado notables desajustes sociales en ciudades y comunidades de la gran mayoría de los países.

    El concepto de sostenibilidad se caracteriza por incentivar el desarrollo de una sociedad que permite la continuidad de la satisfacción de las necesidades de las generaciones actuales, sin menoscabar la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias. Según la Unidad de Apoyo para el Aprendizaje de la UNAM, esta definición se maneja desde finales de los 80, sin embargo se sabe que en el Siglo 18 se crea una idea sobre sostenibilidad, con base al uso sostenible de los recursos naturales para la ejecución de las actividades económicas de la sociedad.

    La inquietud del uso de los recursos naturales ha estado presente a lo largo de la historia, en principio como preocupación en términos de aprovechamiento y abasto, no obstante como resultado de la era industrial y tecnológica, los problemas ambientales, económicos y culturales han precipitado notables desajustes sociales en ciudades y comunidades de la gran mayoría de los países.

    Por eso la ONU ha convocado emprender un nuevo camino que mejore la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. Para ello propone 17 objetivos para el desarrollo sostenible de las naciones. Una agenda que incluye desde la eliminación de la pobreza, la igualdad de la mujer, la educación, defensa del medio ambiente, el diseño de nuestras ciudades hasta el combate al cambio climático.

    La mayoría de los objetivos se vincula a dos grandes problemas de las sociedades modernas: la desigualdad social y el desequilibrio ambiental, ambos causados por un modelo económico capitalista que fomenta la sobreexplotación de los recursos naturales y promueve, como afirma el sociólogo Philip McMichael, un consumo masivo en el que es evidente la paradoja del enriquecimiento selectivo en medio de la precariedad laboral, el endeudamiento de los países y el trabajo deslocazalizado en busca de mano de obra barata y bajos costos.

    Estos antiguos dilemas sobre desigualdad social y destrucción paulatina del medio ambiente, han estado presentes en la agenda mundial desde hace por lo menos 40 años. Los resultados han sido poco alentadores en tanto se estima que para el futuro debemos planear más en función de consecuencias y no de soluciones.

    Entre los objetivos, el 11 se refiere a Ciudades y Comunidades Sostenibles, entendido como aquella sociedad que se abastece a sí misma y garantiza su continuidad en el tiempo; es decir, de la capacidad que se tiene para sostener su propio desarrollo bajo criterios ecológicos y de igualdad social.

    Para la fundación OXFAM, una sociedad sostenible está en permanente construcción, por lo que no existe un sólo modelo; cada una implementa sus propias soluciones e integra medidas para procurar el equilibrio entre desarrollo y bienestar. De los requisitos esenciales que se mencionan para una sociedad sostenible destacan los siguientes:

    Acceso a recursos públicos básicos que ofrezcan bienestar a las personas. Garantizar educación de calidad, centros de salud adecuados, transporte público accesible, recolección de basuras, seguridad y calidad del aire, y demás aspectos para sobrevivir.

    Renovación urbana en espacios públicos. Adaptar los espacios urbanos, conservar el patrimonio cultural y modernizar la ciudad para eficientar el uso de las energías sin jerarquizar ni aislar las zonas comunes.

    Reducir emisiones de CO2 y otros gases. Promover el uso de medios alternativos de transporte como bicicletas, trenes y autobuses eléctricos.

    Favorecer el Comercio Justo. Oponiéndose al consumo desmedido y fomentando la compra local y las redes de personas productoras respetuosas con el medio ambiente.

    Y poner en práctica la triple fórmula de reducir, reutilizar y reciclar. A través de acciones pedagógicas para concientizar sobre el reciclaje y el consumo responsable.

    Estas cinco acciones del modelo sostenibles para enfrentar la crisis climática y social, de alguna manera se han venido realizando de forma semejante en sociedades capitalistas, sin embargo en países como México, los esfuerzos desde las instituciones públicas, se han perdido en el tránsito de un gobierno a otro.

    El caso de Culiacán, Sinaloa, es muestra de lo que se debe hacer y de lo que no. Se han tenido gobiernos que invierten en plantación de árboles y sistema de riego que son abandonados por otras administraciones; se construyó un “parque acuático” en el proyecto Tres Ríos, pero se abandona la infraestructura de la Isla de Orabá; se disputa entre organizaciones y autoridades el uso del único parque ecológico creado hace 35 años, pero no se promueve la creación otros; se creó el Instituto de Planeación Urbana hace 17 años y se sigue construyendo asentamientos amurallados; se rescatan edificios antiguos pero se destruyen otros; se proclama en lo público la integración de la sociedad pero se privatiza la convivencia urbana en fraccionamientos.

    El concepto de comunidades y ciudades sostenibles, plantea una alternativa viable de desarrollo y bienestar social, sin embargo, la pregunta es si estamos conscientes y preparados como sociedad para emprender tales propósitos, y más aún, si contamos con instituciones adecuadas y autoridades competentes y comprometidas para lograrlo.

    Hasta aquí mis reflexiones, los espero en este espacio el próximo martes.

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