¿Por qué en Sinaloa somos más alterados?

17/10/2021 04:16
    Evolutivamente, las altas temperaturas inducen a las personas a estar en un estado de hiperalerta, el cual genera conductas impulsivas y agresivas. La violencia generada en estas condiciones está relacionada con el riesgo inminente de morir o el riesgo de tener un periodo de vida más corto (como aquellos que se dedican al crimen), lo que conlleva a tener menos auto-control y no planear el futuro.

    Un hecho incómodo de la vida es que algunas sociedades (y personas) son más violentas que otras. Además de los aspectos antropológicos, sociológicos, e históricos, los sinaloenses somos más “arremangados” por una simple razón: el clima.

    Fisiológicamente, el cuerpo humano no está diseñado para operar más allá del límite de la “temperatura del bulbo húmedo”. Esta se define como la temperatura más baja en la cual el aire puede enfriarse mediante la evaporación del agua.

    Cuando el sudor ya no es suficiente para refrescarnos, nuestros cuerpos empiezan a calentarse y dejan de funcionar apropiadamente.

    La capacidad del cuerpo para enfriarse de manera natural depende de la humedad que hay en el aire. Cuando el aire alcanza una humedad relativa del 100 por ciento, la cantidad de vapor de agua en suspensión ha alcanzado el límite de saturación. En otras palabras, el aire no admite más agua. Si eso ocurre, nuestro sudor no nos refresca porque el aire caliente tiene tanto vapor de agua que no lo evapora. Esa es la razón por la que el calor húmedo es mucho más insoportable que el seco.

    Este límite, una combinación de temperatura y humedad, es de alrededor de 35 grados Celsius. Más allá de este punto, el calor extremo induce conductas de agresividad, menor habilidad cognitiva, y menor productividad.

    Con el calentamiento global y las olas de calor cada vez más elevadas, los efectos del calor extremo en la conducta humana son otro factor más que nos debe de preocupar como sociedad.

    Diversos investigadores argumentan que el clima es uno de los principales catalizadores de violencia (Tiihonen et al., 2017. Nature). El clima es una variable que afecta el desarrollo cultural de una sociedad (normas, organización, tradiciones, conductas, etc.)

    Aparentemente, habitar un lugar con estacionalidad (4 estaciones climáticas) y baja temperatura estimula a los habitantes a ser más conscientes del futuro y tener mayor auto-control.

    Por otro lado, vivir sometido constantemente a altas temperaturas favorece un estilo de vida más “impredecible”. Estos climas se caracterizan por la presencia de mayores amenazas ambientales (enfermedades infecciosas, animales venenosos, etc.).

    Evolutivamente, las altas temperaturas inducen a las personas a estar en un estado de hiperalerta, el cual genera conductas impulsivas y agresivas. La violencia generada en estas condiciones está relacionada con el riesgo inminente de morir o el riesgo de tener un periodo de vida más corto (como aquellos que se dedican al crimen), lo que conlleva a tener menos auto-control y no planear el futuro.

    Los investigadores han reportado este tipo de conductas generadas por altas temperaturas por algo de tiempo. Uno de los estudios más recientes evaluó las cifras de criminalidad en la ciudad de Los Ángeles entre 2019-2017. Dicho estudio encontró que los crímenes violentos incrementan 5.5 por ciento cuando la temperatura asciende más allá de 32 grados centígrados, incluso llegando a incrementarse un 10 por ciento en días todavía más calurosos. (Heilmann et al., 2021. Journal of Public Economics).

    La realidad es que a todos nos altera el calor; no obstante, los humanos somos altamente adaptables. Por más acalorada que sea la situación, la violencia (y sucumbir a nuestro lado primitivo) no es la solución. Hay que mantener fría la cabeza y cálido el corazón. Más árboles y menos jueves negros.