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El fentanilo es un medicamento opioide sintético que se utiliza para el manejo del dolor intenso. Actúa en el sistema nervioso central y se une a los receptores opioides en el cerebro y médula espinal para bloquear la transmisión del dolor.
El fentanilo es un analgésico muy potente que se utiliza en situaciones en las que otros analgésicos no son eficaces o están contraindicados. Se puede administrar por vía oral, intravenosa, transdérmica (a través de un parche en la piel), intramuscular, intranasal o bucal. Se estima que el fentanilo puede ser hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Esta droga puede tener efectos secundarios graves, como la depresión respiratoria, la somnolencia extrema, la confusión, disminución de la presión arterial y la dependencia física y psicológica. Por lo tanto, se debe utilizar bajo la supervisión de un profesional de la salud y solo en la dosis y duración prescritas.
La epidemia de opioides continúa cobrando un alto número de fatalidades (más de 100,000 muertes en Estados Unidos durante el 2022, según el NIH). Afortunadamente, México no se caracteriza por el uso de opioides como nuestro vecino del norte. En nuestro país solo se han reportado 29 muertes por sobredosis de fentanilo (Coordinación de Vigilancia Epidemiológica del IMSS, 2022). Uno podría inferir que la moda de los opioides nunca llegó o aún no ha llegado a nuestro país y que solo nos dedicamos a la producción y distribución de esta droga.
Sin embargo, esto no significa que nunca pueda suceder. Según los reportes de un operativo de Ejército Mexicano, Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República, se confiscaron 542.72 kilogramos de fentanilo (considerado el más grande que se ha registrado en nuestro país) en la colonia Las Palmas, Culiacán el 7 de julio de 2022.
Existen rumores de que el fentanilo se utiliza como aditivo en otras drogas de uso recreativo y esto puede representar un problema en el futuro a corto, mediano, y largo plazo. Incluso nuestro mandatario, el Presidente AMLO, ha planteado que se prohíba en ambos países (México y E.U.A.) el uso del opioide para fines médicos y se reemplace por analgésicos alternativos, con la finalidad de controlar su circulación y disponibilidad
A pesar de la gravedad de este problema, los mecanismos neurológicos que subyacen a la adicción a los opioides, la abstinencia y la recaída no se conocen por completo. No obstante, un estudio publicado recientemente en Cell Reports ha identificado un circuito cerebral específico que caracteriza cómo el fentanilo afecta el cerebro.
Estudiaron una estructura llamada cuerpo estriado, una región del cerebro que controla los comportamientos voluntarios y está fuertemente implicada en la recaída de drogas.
Incluso después de un largo período de abstinencia de opioides, muchas personas recaen como resultado de la depresión, la ansiedad y otras emociones negativas que acompañan a la abstinencia. La supresión de estos estados emocionales negativos podría aumentar en gran medida la posibilidad de que una persona supere el trastorno por consumo de opioides.
La adicción a los opioides está mediada principalmente por los receptores opioides mu (MOR), que se expresan en el mesencéfalo y el cuerpo estriado en un tipo de neurona llamada neuronas espinosas medianas de vía directa (dMSN). Estudios previos han demostrado que estos dMSN controlan las acciones que promueven comportamientos de búsqueda de drogas. El cuerpo estriado contiene dos subcompartimentos distintos, los compartimentos de parche y de matriz. Los compartimentos del parche contienen principalmente dMSN que expresan MOR y se estudian ampliamente por sus funciones en el procesamiento emocional y la toma de decisiones.
El estudio tuvo como objetivo observar cómo la abstinencia de la exposición crónica a los opioides altera la actividad de los dMSN del parche y sus salidas para generar los estados emocionales negativos que pueden causar una recaída. Los investigadores descubrieron que el fentanilo mejora la actividad de los dMSN en el cuerpo estriado y, durante las primeras etapas de la abstinencia, las señales inhibitorias de estos dMSN a los objetivos posteriores, como las neuronas dopaminérgicas, aumentaron significativamente. Las neuronas dopaminérgicas juegan un papel importante en la adicción, ya que controlan la motivación, el comportamiento gratificante y las emociones. Es probable que la supresión de las neuronas dopaminérgicas contribuya a las emociones negativas que surgen durante la abstinencia aguda de fentanilo, ya que los investigadores descubrieron que la inhibición de estos dMSN puede reducir los síntomas de abstinencia y los comportamientos similares a la ansiedad.
Los hallazgos de esta investigación aportan nuevos conocimientos sobre el mecanismo subyacente a los estados emocionales negativos inducidos por opioides y para posibles tratamientos para los trastornos por uso de opioides. Al reducir los estados emocionales negativos que acompañan a la abstinencia, es posible reducir el riesgo de recaída y disminuir la cantidad de vidas perdidas por los opioides.
A pesar de que el fentanilo es una droga con distintas aplicaciones terapéuticas, es mejor como dice esa canción: “de esa agua no he de beber”.