Las fuerzas de los cambios en la sociedad se producen cuando las ideas son acompañadas con el apoyo de las masas populares. En eso se sustenta el cambio verdadero de la sociedad. Si no se cuenta con el apoyo popular, no se tiene futuro.

    A finales del mes pasado ocurrieron dos acontecimientos que acapararon la atención ciudadana: el debate político entre los candidatos a la Presidencia de la República y el eclipse total de sol (un acontecimiento de gran importancia científica). Dichos eventos acapararon la atención pública. En el debate se evidenció la amplitud de miras de la candidata Claudia Sheinbaum Pardo, del bloque de partidos progresistas, demostrando soltura y dominio sobre los temas que se abordaron; lo hizo con elegancia y pleno conocimiento atendiendo las preguntas de los moderadores. El 8 de abril los habitantes del bello puerto de Mazatlán vivieron una noche de 4 minutos, la más corta que se registra en nuestra memoria.

    Enfatizamos que, desde nuestro punto de vista, quien dominó el debate fue la candidata Claudia Sheinbaum, quien dio respuestas claras sobre la problemática nacional, sobre las demandas más sentidas de la sociedad, con una estrategia clara y contundente de cómo solucionarlas; y lo hizo con una narrativa didáctica, sin titubeos, demostrando en su exposición mucha certeza. Su argumentación fue de propuestas para seguir impulsado el desarrollo del País con bienestar y democracia. Esto abre un gran horizonte a los ciudadanos mexicanos en el próximo futuro.

    Hemos analizado cuidadosamente lo que plantean para México las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República y vemos que, con excepción de la doctora Sheinbaum, los otros candidatos se quedan lejos de hacer propuestas convincentes para los ciudadanos, hacen elucubraciones sin pies ni cabeza o ataques sin fundamento, que es lo que observamos en una de las candidatas, que plantea ocurrencias que producen risa u ofuscamiento en algunos ciudadanos, por lo elemental de su discurso. Lo hemos señalado reiteradamente: la actuación de la candidata de la Oposición apenas rebasa los límites de lo elemental y, en política, eso resulta ofensivo para los ciudadanos.

    Nuevos tiempos presagian un sólido porvenir en bien de toda la sociedad, para los de abajo en especial y, en general, a la ciudadanía entera. El progreso del País va a favorecer a todos los habitantes sin distingos, vivimos en un régimen democrático donde la premisa básica es que el progreso abarque a toda la sociedad. Esos son los objetivos hacia los cuales se marcha con plena entereza. Queremos un país donde prevalezca a plenitud la justicia, la libertad y la fraternidad, que sea un hecho la plena vigencia del derecho y la justicia para todos, sin distingo de condición social.

    En 2018 entramos en el umbral de experimentar el ejercicio de la verdadera democracia en el amplio sentido. El pueblo le dio una paliza al antiguo régimen en lo electoral y en lo político. Empezamos una nueva etapa histórica en nuestra convivencia cotidiana, comenzamos a ver resultados tangibles en la atención de la agenda social. En 2024 estamos en la antesala de consolidar ese gran proceso de transformación. Vemos un promisorio porvenir en el que se van a abrir grandes expectativas, no cabe duda, hacia allá camina el pueblo con paso firme, hasta concretar un país para todos y no sólo para una minoría rapaz y corrupta, hay bases contundentes y objetivas para lograr ese salto cualitativo.

    Lo que señalamos tiene como fundamento la potencialidad de México y la decisión de los ciudadanos. Partiendo de esta realidad, lo que sigue se va a dar como consecuencia lógica. El devenir de los pueblos tiene su origen en la decisión de los ciudadanos, no hay cambios mágicos, todo es producto de la decisión de mujeres y hombres de este gran país, no hay más lógica que la que parte de la ciudadanía. La dialéctica se funda sin cortapisas en el apoyo del pueblo, en eso radica el sustento de los verdaderos cambios en la sociedad, sin ese elemento plantearlos simplemente sería una utopía.

    Las fuerzas de los cambios en la sociedad se producen cuando las ideas son acompañadas con el apoyo de las masas populares. En eso se sustenta el cambio verdadero de la sociedad. Si no se cuenta con el apoyo popular, no se tiene futuro. En nuestro país tenemos una ciudadanía comprometida con el cambio verdadero, esa es la fuerza vital en que se sustenta el cambio social y, sobre todo, el combate a la corrupción sin tregua y a fondo.

    En esa línea los ciudadanos no bajan la guardia, han descubierto que, si se destierra la corrupción, los demás males sociales caen por su propio peso, y hacia allá se camina con entereza inmarcesible.

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    lqteran@yahoo.com.mx

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