Problemas que se quedan como ‘bombas de tiempo’

    Buena parte de la economía favorable que se tiene hasta ahora depende más de factores externos que de buenas decisiones internas. El alto precio del petróleo ha ayudado a Pemex; el valor del peso frente al dólar, el llamado “superpeso”, depende más del precio del dólar en el extranjero; la tasa de inflación tiene un alto componente en las importaciones y en las tasas de interés de la FED, así como por la guerra en Europa.

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

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    Diversos investigadores y comentaristas han mencionado como “bombas de tiempo” a problemas ocasionados por las políticas y decisiones que ha tomado el Gobierno, y aunque algunos casos no sean propiamente una bomba de tiempo, sí están heredando situaciones complejas en economía pública, en economía personal, en seguridad y salud, en educación y pensiones o en política exterior y migración.

    Economistas prestigiados han insistido en que el sistema de pensiones mexicano está alcanzando su punto máximo de cumplimiento, pues no sólo la inflación está incrementando los importes a cubrir, sino que además se está sufriendo una constante fuga de mano de obra y de cerebros que, al no trabajar en México, no están cooperando con sus cuotas al Seguro Social y al sistema de Afores, para compensar el gasto de pensiones de los adultos mayores actuales; de acuerdo con la ONU, según columna de Carlos M. Urzúa, la India y México, hasta el año 2020, son los dos países con mayor número de migrantes; México tenía más de 11 millones de connacionales en el extranjero que trabajaban y pagaban impuestos allá y según la patrulla fronteriza, cada mes son rechazados más de 80 mil mexicanos en EU; agréguese a lo anterior dos factores más impactantes, como son el aumento de la expectativa de vida de los asegurados y la menor cantidad de jóvenes que se integran a la vida laboral debido al poco crecimiento de la población; considérese además la enorme cantidad de trabajadores con empleos informales que no aportan cuotas a las Afores o al Seguro Social, esto es más de 32 millones de personas de la población económicamente activa, según Inegi, están en la informalidad; todavía más, si se agregan las pensiones de los empleados de Pemex y CFE que tienen edades de jubilación mucho más tempranas que los simple mortales y gozan de sueldos mucho mejores e igualmente las pensiones de los empleados del sector público.

    Las consideraciones anteriores no incluyen las pensiones a los adultos mayores fuera del sistema laboral, esto es los 4 mil 800 pesos bimestrales que el Gobierno federal otorga como una “política de primero los pobres” y que el propio Presidente aclaró textualmente que es una “medida electoral para ganar votos”

    Que este problema pudiera ser una bomba de tiempo, sí es muy probable, como lo está comprobando Francia, en donde al comprobar que las reservas e ingresos nuevos no alcanzarían para cubrir las pensiones actuales, pretendió el Gobierno incrementar la edad mínima para que los nuevos pensionados recibieran su pensión, aumentando en dos años más la edad para jubilarse, lo que provocó una rebelión ciudadana que lleva ya algunas semanas de huelgas, bloqueos y enfrentamientos con la policía, lo que ha ocasionado daños económicos mayores y colapsando la economía y la vida social. Lo mismo ha pasado en Chile.

    Para México, el problema se agrava porque las finanzas públicas tienen varios puntos negativos; a pesar de la tan “cacareada austeridad franciscana”, los ingresos no han alcanzado para cubrir el gasto corriente y el costo de la deuda pública. En el año 2022 el déficit público fue mayor a los 600 mil millones de pesos que se tendrá que financiar con deuda pública que es cada día más cara. En 2022, según el Informe Trimestral de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda, publicado por Reforma, el costo financiero de la deuda pública fue de más de 815 mil millones de pesos, “el monto más elevado de los últimos 32 años, esto es 10 por ciento mayor en términos reales al reportado en 2021”.

    Carlos Loret de Mola, en su columna del 7 de febrero pasado en Reforma, comenta que este problema puede agravarse todavía más si las Afores siguen perdiendo dinero y porque muchas personas están prefiriendo “retirarse usando la vieja ley del IMSS” de la “modalidad 40” según las Reformas de 1997, con mayor costo actual para las personas, pero mejores resultados para una mejor pensión en su vejez.

    Buena parte de la economía favorable que se tiene hasta ahora depende más de factores externos que de buenas decisiones internas. El alto precio del petróleo ha ayudado a Pemex; el valor del peso frente al dólar, el llamado “superpeso”, depende más del precio del dólar en el extranjero; la tasa de inflación tiene un alto componente en las importaciones y en las tasas de interés de la FED, así como por la guerra en Europa.

    Como se ve, cuando coinciden otros factores al del incremento en las pensiones, el problema sí se parece a una bomba de tiempo.

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