¿Qué hacer con...?

07/01/2023 04:16
    Los desaparecidos. Un problema que se ha convertido en un dolor de cabeza no solo para los gobernantes y autoridades responsables, sino también para los ciudadanos en general que no le ven solución ni salida decorosa al rompecabezas; es que no solo se trata de los alrededor de 100 mil casos reconocidos, sino también porque hay muchos no reportados ni buscados, ya sea por temor, por resignación o por indolencia.

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

    Sí... ¿Qué hacer con...?

    Los desaparecidos. Un problema que se ha convertido en un dolor de cabeza no solo para los gobernantes y autoridades responsables, sino también para los ciudadanos en general que no le ven solución ni salida decorosa al rompecabezas; es que no solo se trata de los alrededor de 100 mil casos reconocidos, sino también porque hay muchos no reportados ni buscados, ya sea por temor, por resignación o por indolencia. Están los cuerpos que se han sepultado en la fosa común y que nadie ha reclamado y están igualmente los cuerpos en espera de identificación en los anfiteatros y morgues durmiendo el sueño eterno. No se cuenta con una buena metodología de identificación ni suficientes registros de ADN. Se encuentran osamentas con antigüedad de años atrás que nadie reconoce; en fin, la problemática ahí está, prácticamente sin solución.

    ¿Qué hacer con “las buscadoras”, los múltiples grupos de madres y esposas? Mujeres en una cruzada de búsqueda eterna, a quienes apenas se empieza a reconocer su derecho de buscar la verdad, en total incertidumbre al desconocer si su pariente vive o ya no existe o tal vez esté secuestrado o está escondido o emigrado; el caso es que son cientos de mujeres en constante búsqueda, casi sin esperanza, pero decididas a saber y a buscar la tranquilidad y la resignación.

    ¿Qué hacer con los miles de asesinatos no resueltos y a veces ni investigados? Simplemente los mataron y ya, sin saberse por quién y a veces ni por qué. No hay procedimientos constantes de seguimiento, entre otras cosas porque son tantos los nuevos casos que ya no es posible investigar miles de casos anteriores porque no se tiene el personal suficiente ni capacitado para el seguimiento y a veces, porque a la autoridad no le “conviene” seguir investigando y mucho menos descubrir a los asesinos.

    ¿Qué hacer con los miles de desplazados de pueblos, rancherías y comunidades rurales que ante la inseguridad en sus lugares de origen, se trasladan a ciudades más grandes, en colonias periféricas y cinturones de miseria, probablemente tan inseguros como en sus poblados. Todos ellos llegan con apenas lo que traen puesto, sin recursos, sin vivienda, sin trabajo, en donde en su desesperación, finalmente terminan por integrarse a algún grupo delictivo, o ellos mismos se ven en la necesidad de robar, asaltar o secuestrar, en busca de recursos para sobrevivir. Los programas de apoyo que existen son completamente insuficientes y muchas veces se “diluyen” en el camino y les llegan muy limitados?

    ¿Qué hacer con los feminicidios que de manera creciente se cometen en todo el país? Están los grupos de mujeres que están exigiendo seguridad y justicia, ya que si los asesinatos de los varones escasamente se investigan y son mínimos los casos resueltos, en el caso de mujeres apenas se empieza a reconocer que el homicidio de una madre, una hija o una hermana, puede tener más consecuencias por su situación de indefensión y debilidad natural. Parece que, ante la presión de los grupos femeninos de protesta y exigencia, las autoridades están poniendo más atención aunque de lo que realmente se trata es de la prevención para que estos actos no se efectúen.

    Igualmente, ¿qué hacer con...? Los infanticidios, pues probablemente no existe acto más atroz que el asesinato de un niño y peor aún, que éste quede impune. Son múltiples los casos de asesinatos de niños por los sicarios que disparan indiscriminadamente contra alguna reunión, sin considerar que en el grupo hay mujeres y niños. Es de pensarse que el asesinato de un niño no debiera quedar impune nunca.

    ¿Qué hacer con...? Los periodistas y comunicadores asesinados, generalmente porque alguien se ha sentido señalado o denunciado, sea un delincuente, un político o un empresario, quienes le pagan unos cuantos pesos a un sicario para que asesine a quien solo cumple con su deber de informar y denunciar algún acto socialmente indebido. México se ha convertido en uno de los países en el mundo con el mayor número de periodistas asesinados e igualmente con muchos casos sin resolver y a veces sin investigar. Por todo esto es importante que la autoridad, del Presidente para abajo, no inculpe ni acuse a los periodistas porque cualquier alterado, por quedar bien con el poderoso, o bien algún mafioso, considere que si la autoridad censura entonces “hay vía libre” para atacarlos y asesinarlos.

    Estos son algunos casos en los que las autoridades no han podido o no han querido atender ni enfrentar con toda la fuerza de la ley, razón por la cual no se ve solución en la actualidad.