¿Qué organizaciones criminales operan en la Ciudad de México y el Estado de México?
El atentado en contra de Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, así como de José Muñoz, asesor de la misma, ha reavivado un añejo debate acerca de la presencia y operación de las organizaciones criminales en la Ciudad de México y en el área circundante del Estado de México, lo que detona las siguientes preguntas: ¿cuáles y cuántas organizaciones criminales operan en ambas entidades? y ¿qué tan poderosas son las mismas?
Un buen punto de partida es establecer que desde hace años se ha minimizado la presencia del crimen organizado en la Ciudad de México, así lo hizo Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheinbaum, ello a pesar de la abrumadora evidencia de sus actividades, ya que no sólo las grandes organizaciones nacionales operan en el Valle de México, sino que también han surgido en esta zona una importante cantidad de bandas locales de mediano tamaño que han logrado relevancia regional.
Existen una alta cantidad de organizaciones y bandas criminales en el Valle de México, de todos los tamaños, algunas estimaciones ubican el número en 62 tan sólo en la Ciudad de México, a lo que habríamos de sumar las que corresponden al Estado de México. Sin embargo, es más probable que la cantidad sea significativamente mayor.
A pesar de lo anterior, resulta imposible abordar en un artículo corto, como el presente, una complejidad tan amplia de organizaciones, muchas de las cuales tienen un ámbito de acción bastante reducido. Por ello, este texto habrá de centrarse en las 17 organizaciones de mayor tamaño, que operan en varios municipios o alcaldías y que participan en diferentes mercados ilegales.
Es decir, estas 17 organizaciones son actores relevantes en el ámbito criminal del Valle de México, en donde ninguna de ellas tiene una posición de hegemonía, aunque claro, algunas de ellas tienen mayor tamaño, cobertura e importancia, con zonas bajo su control.
En concreto, las cuatro organizaciones más importantes en el Valle de México son, la Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa y la Unión Tepito, las tres primeras organizaciones criminales de alcance nacional y la cuarta una organización regional, pero que es la más fuerte de las bandas de corte local.
Además de estas cuatro organizaciones relevantes, encontramos 13 de tamaño mediano que operan en una o varias regiones del Valle de México, pero con un alcance menor, el Cártel de Caborca, el Tren de Aragua, el Cártel Nuevo Imperio, los Rodolfos, los Canchola, el Cártel de Tláhuac, la Fuerza Anti Unión Tepito, los Tanzanios, Guerreros Unidos, Caballeros Templarios, los Molina, los Catalinos y Ronda 88.
Para determinar las áreas de influencia de estos 17 grupos criminales, se realizó una búsqueda sistemática, organización por organización, en los 125 municipios del Estado de México y las 16 alcaldías de la Ciudad de México, en fuentes hemerográficas, registrándose en una base de datos los municipios en los que cada grupo tenía presencia, con lo cual se elaboraron mapas mediante el software QGis.
La organización con mayor cobertura territorial es el Cártel Jalisco Nueva Generación, que tiene presencia en la totalidad de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, así como en 76 de los municipios del Estado de México, con una amplia penetración en el norte y oriente, así como en el Valle de Toluca. En donde destaca su posición en los municipios con mayor extracción ilegal de combustible en Edomex.
El CJNG es la organización más poderosa en el centro del País, líder en actividades como huachicol y narcomenudeo, pero también es el mayor generador de violencia, debido a las disputas territoriales que tiene abiertas en muchos municipios y alcaldías con varias organizaciones criminales, ya que a pesar de que tiene una mejor posición que las demás, se encuentra lejos de tener hegemonía en el Valle de México.
El siguiente grupo en importancia es la Familia Michoacana, que tiene presencia en nueve de las alcaldías de la Ciudad de México y en 77 de los municipios del Estado de México, en donde claramente tiene el control del sur de la entidad, en su colindancia con Michoacán y Guerrero, así como una importante influencia en el occidente y oriente de la entidad, siendo el centro y el norte de la misma, las zonas con menos actividad de este grupo criminal.
Se trata de una organización que a lo largo de los años ha tenido una presencia importante en el Estado de México, pero en los últimos años ha incrementado su influencia en la Ciudad de México, centrándose de forma importante en el narcomenudeo y la extorsión a comercios.
Sigue en orden de importancia la Unión Tepito, nacida en la Ciudad de México, en donde está presente en 12 de las alcaldías y a pesar de que ha experimentado escisiones y cambios constantes en su liderazgo, ha logrado expandir sus actividades a 20 de los municipios del Estado México, principalmente a los que se encuentran en el centro y norte de la entidad. Esta organización además de la venta de droga al menudeo se especializa en el control de la venta de piratería, la trata de personas con fines de prostitución y la extorsión a comercios.
El Cártel de Sinaloa por su parte también está presente en 12 alcaldías de la Ciudad de México y en 15 municipios del Estado de México, en especial el corredor de Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli, Naucalpan, Huixquilucan, Lerma, Metepec y Toluca. Su interés central en esta zona es la venta de drogas y su distribución hacia otros puntos del País, así como el lavado de activos.
Después viene un segundo bloque de organizaciones con menos cobertura, que concentran sus actividades en unos cuantos municipios o alcaldías. Por ejemplo, el Cártel Nuevo Imperio, una organización ligada en su origen al Cártel de Sinaloa, pero cuando se da el rompimiento de Dámaso López Núñez “El Licenciado” con la misma, esta cédula adquirió independencia, logrando presencia en cinco alcaldías de la Ciudad de México y nueve municipios del Estado de México, con una influencia importante en la región en donde hacen frontera la Ciudad y el Estado, en la parte norte de la zona metropolitana.
De igual manera, la Fuerza Anti Unión Tepito surgió en 2016 como una escisión de la Unión Tepito y aunque su impacto es mayor en las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, tienen presencia en ocho alcaldías de la Ciudad de México y en cuatro municipios del Estado de México, donde se dedican al robo y a la extorsión principalmente.
De la Unión Tepito también se desprendió en 2017 la banda de Lenin Canchola, hoy conocida como los Canchola o los Malcriados 3AD (Tercera Acción Destructiva), que están presentes en siete alcaldías de la Ciudad de México, las que se encuentran en el occidente, así como en dos municipios del Estado de México: Naucalpan y Huixquilucan.
Otra de las organizaciones que nació en la Ciudad de México es el Cártel de Tláhuac, que no pasa por su mejor momento, pero que ha logrado sobrevivir a pesar de haber perdido ya hace varios años a su fundador, Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”, que tiene su asiento principal en cinco de las alcaldías que se encuentra al sur de la Ciudad de México, en especial en Tláhuac, así como en tres municipios del Estado de México, en donde destaca Valle de Chalco.
Del Cártel de Tláhuac se desprendió la organización de los Rodolfos que se encuentran en seis alcaldías de la Ciudad de México, las que están más al sur, así como cuatro municipios del Estado de México: Ecatepec, Nezahualcóyotl, los Reyes La Paz y Valle de Chalco.
Llama la atención la presencia del Cártel de Caborca en la región, organización fundada por Rafael Caro Quintero y sus familiares en Sonora, pero que opera en el Estado de México a través de la banda de Los Pelones, con presencia en ocho municipios de la parte noroccidental de la entidad, así como en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
También se puede mencionar a dos organizaciones que hace años tenían alcance nacional, pero que en los últimos tiempos han perdido fuerza, al grado que su presencia en la zona es casi simbólica: Caballeros Templarios que tiene influencia en tres municipios del norte del Estado de México y en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, así como Guerreros Unidos, que antes tenía una cobertura importante en la región occidente del Estado de México, pero cuya área de influencia se redujo a ocho municipios de la zona y a la alcaldía de Xochimilco en la Ciudad de México.
Completan el repertorio de organizaciones locales cuatro bandas de reciente creación: los Catalinos, que se encuentran en tres municipios del Estado de México y la alcaldía Cuauhtémoc; Ronda 88, que está presente en siete alcaldías del norte de la Ciudad de México y en el municipio de Tecámac; los Molina, que tienen su área de cobertura en cinco alcaldías del sur de la capital y dos municipios del Estado de México, así como los Tanzanios que operan en cinco alcaldías de la Ciudad de México, en especial en Iztapalapa.
Por último, mención aparte requiere Tren de Aragua, una organización de origen venezolano, que se ha asentado en la Ciudad de México, especializándose en extorsión a migrantes y explotación sexual de mujeres venezolanas, la cual se encuentra presente en cinco alcaldías de la Ciudad de México.
Derivado de lo expuesto en el artículo, resulta claro que el Valle de México es una de las zonas del País con mayor diversidad de organizaciones criminales, con territorios altamente disputados y fraccionados. De hecho, hay municipios y alcaldías en donde coexisten muchas organizaciones.
Por ejemplo, en las alcaldías de Iztapalapa, Tlalpan y Coyoacán se tienen registradas hasta nueve organizaciones criminales diferentes; en las alcaldías de Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero, así como en el municipio de Ecatepec operan ocho organizaciones; en las alcaldías de Venustiano Carranza y Milpa Alta, así como en los municipios de Naucalpan, Valle de Chalco y Nezahualcóyotl se encuentran presentes siete, y en Iztacalco, Xochimilco y Cuautitlán Izcalli trabajan seis.
La zona de mayor densidad de organizaciones es la Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México, donde se concentra la mayor parte de la presencia criminal, mientras que sólo hay 14 municipios, todos ellos en el Estado de México, en donde la búsqueda no registró la existencia de alguna organización criminal, siendo la zona del suroriente la que presenta en mayor medida este fenómeno.
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El autor es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, especialista en seguridad y doctor en políticas públicas por el CIDE.