¿Quién arma el rompecabezas?

    Si nos quedáramos exclusivamente en los aspectos electorales, qué partidos, coaliciones y candidatos habrá en la sucesión presidencial, en el Congreso de la Unión, en las gubernaturas y en los congresos locales, sin duda nos quedaríamos cortos, dada la vastedad de los problemas de México y las decisiones que hay que tomar para un nuevo curso nacional. Quiero decir, que con todo y lo importante que sea, la lucha por quién ostentará el poder a partir de 2024, el problema no se agota ahí. En este sentido, se está atento a las escisiones que puedan presentarse en el poder hoy oficial. La cada vez más famélica triple-alianza es una alternativa que está en entredicho, por decirlo suavemente, e indiscutiblemente no inspira la más mínima confianza para abrirle un rumbo al País.

    @jgarciachavez

    SinEmbargo.MX

    La hegemonía lopezobradorista crece, no lo dudo; es electoral, pero rebasa con mucho ese aspecto, aunque sus oponentes frecuentemente no lo adviertan.

    Con motivo del alboroto que se armó en torno de la presentación de “Un punto de partida”, y no lo digo con desprecio, me asaltó fuerte la pregunta de quién armará el rompecabezas para poner oposición y resistir esa hegemonía que se ensancha, porque ese aspecto de la coyuntura, como todo mundo lo reconoce, es esencial que tenga una respuesta, y a mi juicio una respuesta de izquierda democrática, que no termina de plasmarse.

    Si nos quedáramos exclusivamente en los aspectos electorales, qué partidos, coaliciones y candidatos habrá en la sucesión presidencial, en el Congreso de la Unión, en las gubernaturas y en los congresos locales, sin duda nos quedaríamos cortos, dada la vastedad de los problemas de México y las decisiones que hay que tomar para un nuevo curso nacional.

    Quiero decir, que con todo y lo importante que sea, la lucha por quién ostentará el poder a partir de 2024, el problema no se agota ahí. En este sentido, se está atento a las escisiones que puedan presentarse en el poder hoy oficial. La cada vez más famélica triple-alianza es una alternativa que está en entredicho, por decirlo suavemente, e indiscutiblemente no inspira la más mínima confianza para abrirle un rumbo al país. A estas alturas creer que el PRI y el PAN representan una opción para México es una aberración, como lo es considerar que el PRD es un partido de izquierda.

    El 2018 barrió con el sistema de partidos, generándole a la Nación un gran problema, que se ha agravado porque la misma hegemonía lopezobradorista no decidió en el momento más oportuno la construcción de un genuino partido político que la representara, más allá de las coincidencias o discrepancias que se tengan con Morena.

    Se ha apostado, como lo hicieron los totalitarismos durante la primera parte del Siglo 20, por un movimientismo más que por un sistema de partidos políticos acorde con la democracia, aun haciéndose cargo de la crisis de los mismos y que se padece mundialmente.

    Otra incógnita es cómo jugará finalmente el partido de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano, que, dicho sea de paso, protagonizó la iniciativa “Un punto de partida”, y esto pues el tiempo, ya muy estrecho, lo dirá. El problema es, a mi juicio, que está faltando una alternativa global, de conjunto, electoral y más allá, que someta a crítica el contenido esencial del ejercicio del poder como se ha dado en México y que hasta ahora no ha tenido relevancia alguna en el análisis de la transición a la democracia.

    En otras palabras, como lo estamos viendo ahora, el problema no es sólo quién gana las elecciones, sino cómo ejerce el poder que se le delega, y en términos de democracia es tan importante una cosa como la otra, y hasta más.

    Por eso la alternativa en que pienso no solo es para la futura elección, las pretensiones puramente antagónicas que conllevan y el desenlace mismo de la elección, sino el buscar un proyecto o una síntesis que dé cuerpo a un ciclo largo en la vida nacional. Percibo que esto a muy pocos les interesa. De ahí que una iniciativa como “Un punto de partida” se pierde en la realización de un evento en la capital de la República que ve al resto del País como provincia, que una mañanera practique a ultranza la denostación, o que la actitud de un ciudadano distinguido como Cuauhtémoc Cárdenas se convierta en el punto central del debate.

    Los problemas del País son tan grandes que reclaman una síntesis de pensamiento que le dé curso a una alternativa de largo plazo para México, en donde las elecciones jugarán un papel fundamental, sin serlo todo.

    Por eso, lo que más me sorprende con el alboroto por la presentación de “Un punto de partida”, me preocupa y hace preguntarme: en este país, ¿quiénes están dispuestos a armar el rompecabezas?

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