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"Opinión"

"¿Quiere llegar muy lejos? ¡Primero mire dónde pisa!"

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    Dicen conocedores del emprendimiento (entrepreneurship) y de la planeación estratégica, que establecer la  visión del negocio, es determinar a dónde se quiere llegar y cómo nos queremos ver en el futuro, usualmente eso es allá, lejos. La visión es el destino y la planeación son los pasos que hay que tomar para lograrlo. Muy bien.
    Dentro del paquete del ejercicio, también suele incluirse el ejercicio de planeación financiera y evaluación de proyectos. Se recurren a elaborados modelos matemáticos para reconocer el valor del dinero a través del tiempo. Si se considera el largo plazo, se estarán utilizando cálculos elevados a la enésima potencia, en donde se buscará traer los flujos anuales a “valor presente” y se comparará contra el valor de la inversión, o en su caso, se determinará si es que la Tasa Interna de Rendimiento (TIR) de los proyectos, son más altas que la Tasa de Retorno Mínima Atractiva (TREMA) que se hubiera establecido como requisito para aprobar o rechazar una decisión. Muy sofisticado, pero muy bien. 
    Sin embargo, si no hacemos esos ejercicios de manera práctica, a conciencia y realista, tenemos el riesgo de terminar sublimados por el futuro y la “brocha gorda” de los flujos anuales. En otras palabras, en la medida que hagamos estos ejercicios a lo burdo y a la ligera, podríamos levitar a tal altura, que podíamos “perder piso” y crear castillos en el aire, elefantes blancos o proyectos faraónicos.
    El reto, después de una planeación en donde se haya decidido actuar, es que hay tomar los pasos previstos para implementar las decisiones. Con todo, si no se realiza una lista y programación de actividades, muy pronto tropezaremos con lo que encuentran miles de proyectos fracasados, de que no se previeron la necesidad de los recursos y en particular de los recursos financieros suficientes. 
    Descubriremos que no contamos con el dinero requerido para llevarlo a cabo porque no hicimos correctamente un presupuesto de inversión adicionalmente no consideramos gastos de instalación, acondicionamiento, pre-operativos y arranque. Por último, tampoco tomamos en cuenta las necesidades de “capital de trabajo”, es decir el plazo de crédito que voy a dar a mis clientes, el nivel de inventarios, así como la disponibilidad de crédito de parte de proveedores. Total, todo un desastre debido a no haber sintetizado los números y no haber elaborado un cronograma financiero en tiempos realistas, de tal suerte que no tendremos los elementos para justificar una determinada “Estructura Financiera”, es decir, una mezcla adecuada de recursos de Pasivos y Capital, así como tampoco tendremos oportunamente la disponibilidad de esos mismos recursos.
    Hay un refrán popular ingles que menciona que “para cruzar el puente, hay que llegar al puente”, que aplicado a nuestro caso sería que, para llegar al destino, hay un camino que recorrer, hay que dar los pasos, pero siempre, hay que dar un primer paso. Para ello, debemos saber qué tipo terreno (Estructura Financiera) estamos pisando y con qué zapatos (o tipo de recursos) contamos, para saber cómo, cuándo y dónde podemos dar ese primer paso y darlo bien, en firme.
    Si solo nos dejamos seducir por la magia de la moderna fórmula matemática de los flujos de efectivo anuales y nos olvidamos de practicar la antigua, pero simple, formula aritmética de los flujos de efectivo mensuales, podemos correr el riesgo de no prever necesidades y terminar con falta de liquidez, que no nos podemos dar el “lujo” de tener en ningún negocio. 
    Por ello, no sea tan supersticioso, elucubrando si se levantó el día de hoy con el pie izquierdo o con el pie derecho, mejor fíjese que pise bien y que su primer paso, lo de en firme. Determine su estructura financiera óptima, determine anticipadamente sus necesidades, haga su flujo de efectivo y obtenga los recursos a tiempo.
    No deje de planear y soñar, pero ¡despierte!, estamos en el hoy, ya viene fin de mes y hay que liquidar la nómina, el vencimiento del pagaré de crédito y el pago de la declaración anual, ¿tiene con qué?
    Espero sus comentarios que enriquezcan nuestra cultura empresarial.
    José Enrique Tellaeche Torres
     

    Envíen a  contacto@tellaeche.mx

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