Iniciamos ayer la semana con una jornada negativa para Asia, pero positiva para Europa y América en los mercados bursátiles. El mercado de valores estadounidense vivió ayer una sesión de altibajos que al final logró concluir positiva, con el apartado tecnológico retrasado por los temores inflacionarios y los inversionistas tratando de desprenderse de sus temores sobre la pandemia. Así, los indicadores registraron su segunda alza en los últimos cinco días de intercambios. El Dow Jones tuvo su segunda mejor jornada desde noviembre de 2020, mientras que el SP500 presentó su tercer mayor alza en siete semanas.
En ausencia de actualizaciones económicas, los ojos del mercado continúan centrados en actualizaciones sobre Ómicron, la nueva variante del SARS-CoV-2, para evaluar su potencial de afectar la desacelerada recuperación económica. En ese orden de ideas, investigadores sudafricanos sugirieron hoy en un informe que la nueva cepa puede que no cause cuadros tan graves de Covid-19 como variantes precedentes, aunque aún se necesitan más datos. La política monetaria tampoco sale del balance de riesgos, ya que los operadores asimilan que la Reserva Federal planea acelerar su plan de retiro de estímulos, lo que ahora los pone a pensar en cuándo llegarán las alzas de tasas de interés.
En México, las bolsas cerraron el lunes una sesión sin tendencia clara, oscilando entre terreno positivo y negativo, ante actualizaciones económicas locales y vigencia de la incertidumbre global por la pandemia. Los indicadores presentaron una variación poco relevante tras registrar su segundo mejor rendimiento semanal en seis meses, tratando de abrir diciembre con el pie derecho.
El SARS-CoV-2 sigue generando incertidumbre alrededor del mundo y ayer tal vez generó algo de calma que investigadores sudafricanos sugirieron que la nueva cepa, ómicron, podría causar una covid-19 menos grave. Los inversionistas incorporaron un nuevo dato de producción y exportación automotriz que posiciona a la industria en niveles mínimos de una década; aunque por otro lado la confianza del consumidor mostró su mejor nivel en año y medio.
En notas de mercados energéticos, observamos que los precios del petróleo tuvieron su mejor ganancia diaria desde finales de agosto, ya que los inversionistas avivaron sus esperanzas de que la variante ómicron tuviera un impacto económico menos dañino si sus síntomas de contagio resultaban ser leves en su mayoría. Así, el precio del barril de petróleo estadounidense, West Texas Intermediate, ganó 3.23 dólares para cerrar en 69.49 dólares, mientras que el precio del crudo europeo, Brent del Mar del Norte, subió 3.20 dólares para cerrar en 73.08 dólares el barril.
Los petroprecios arrancaron con su mejor ganancia diaria en quince semanas luego que informes desde Sudáfrica dijeron que los casos de ómicron allí observados solo habían mostrado síntomas leves, lo que ayudó a suponer que las restricciones a la movilidad podrían durar y menos o que serían menos severas. El petróleo también se vio impulsado por la disminución de las perspectivas de un aumento de las exportaciones de petróleo iraní después de que las conversaciones indirectas entre Estados Unidos e Irán para salvar el acuerdo nuclear de 2015 se interrumpieron la semana pasada. Aunque los expertos siguen mostrando cautelas ante eventos que siguen pendientes en la agenda.
En mercado cambiario, tenemos que el peso mexicano anotó su mejor rally en siete semanas, al ligar seis días de ganancias ante el dólar estadounidense, ya que los inversionistas disminuían sus temores por el avance de la variante ómicron de Covid-19 y se digerían las expectativas de una rápida normalización de las medidas monetarias en Estados Unidos. De acuerdo a los registros de Banco de México, el tipo de cambio interbancario bajó poco más de dos centavos para cerrar este lunes en 21.24 pesos por dólar, su nivel más fuerte en dos semanas.
De esta manera, en un rally de seis días, la moneda mexicana ha avanzado 3.3 por ciento, tras haber tocado las 21.91 unidades el 26 de noviembre. El peso mexicano es una de las monedas de países emergentes más liquidas en el mercado, por lo que la mayoría de los operadores suelen usarla como cobertura cambiaria, motivo por el cual dicha moneda tiende a ser muy sensible a factores externos.
Uno de dichos factores ha sido el rápido cambio en las expectativas de normalización de las medidas monetarias ultralaxas en Estados Unidos, nación que ha tenido una fuerte aceleración de su economía tras el socavón provocado por la pandemia de covid-19. El plantear medidas monetarias más restrictivas en Estados Unidos ha provocado que la fortaleza del dólar. Tan solo a unas semanas que termine el año, el índice dólar, o DXY, el cual rastrea el comportamiento de la divisa estadounidense frente a una canasta de seis monedas, se ha fortalecido 7.1 por ciento.
La Reserva Federal y algunos otros bancos centrales de economías avanzadas han comenzado a preparar a los mercados para asimilar el retiro de algunas medidas de estímulo económico, ya que la mejora de la economía y el rápido aumento de la inflación han ejercido presión para tomar medidas monetarias más normales. En nuestro país, Banco de México también se ha inclinado por medidas monetarias más normales, al tratar de anclar las expectativas de precios en la economía para mantener la estabilidad de los precios. Sigamos atentos; nos vemos el próximo martes. En la semana los inversionistas esperan datos de inflación, confianza del consumidor, balanza comercial y desempleo, entre otros.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
