Recientes ajustes en la clasificación de posgrados del Conahcyt

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    En Sinaloa, los treinta y cuatro programas de posgrado clasificados como de investigación pertenecen a la UAS. Vale la pena subrayar que esta clasificación es sumamente deseada por todos los programas de posgrado debido al prestigio y a los beneficios que acarrea. Por ejemplo, sus becarios tienen prioridad a la hora de seleccionar becas.

    Cambiar de opinión es de sabios y el Conahcyt parece no quedarse atrás. En esta ocasión, ofrecemos una perspectiva acerca de los ajustes y reclasificaciones en el programa de posgrados del Conahcyt, cuyo impacto ha modificado la disponibilidad de becas para los aspirantes. Con anterioridad, hemos explorado el impacto que una reducción en especialidades, maestrías, doctorados podría acarrear en el desarrollo científico, tanto a nivel estatal como nacional. Afortunadamente, hemos observado cambios en cómo el Conahcyt selecciona sus posgrados, proporcionando una visión más clara sobre por qué algunos programas han sido excluidos. Este cambio ha permitido que algunos posgrados de la UAS, entre otras instituciones, fueran reclasificados, situándolos, en algunos casos, en una posición destacada.

    La clasificación de posgrados del Conahcyt, en entidades tanto públicas como privadas, se divide en categorías de investigación y profesionalizantes. Estos, a su vez, se clasifican como “aprobados”, “no aprobados” y “en revisión”. El grupo “en revisión” se subdivide en aquellos programas que no alcanzan ocho miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), los que carecen de suficientes miembros del SNI para supervisar estudiantes, aquellos que no son áreas o temas prioritarias para Conahcyt, y los que no cumplen las normativas sobre cuotas.

    Por otro lado, los programas privados, que recibieron respaldo mediante becas, también se dividen entre investigación y profesionalizantes. Se aprobaron 21 de investigación en el país, mientras que los profesionalizantes suman un total de 29, dividiéndose equitativamente entre el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Iberoamericana.

    En Sinaloa, los treinta y cuatro programas de posgrado clasificados como de investigación pertenecen a la UAS. Vale la pena subrayar que esta clasificación es sumamente deseada por todos los programas de posgrado debido al prestigio y a los beneficios que acarrea. Por ejemplo, sus becarios tienen prioridad a la hora de seleccionar becas. Respecto a los posgrados profesionalizantes actualmente elegibles, veintidós son ofrecidos por diversas instituciones del estado, entre ellas la UAS con quince, Universidad Autónoma de Occidente (UAdeO) con uno, Universidad Politécnica con dos, Tecnológico de Culiacán con uno y la Universidad Autónoma Indígena de México con uno.

    Los programas de posgrado profesionalizantes que no obtuvieron el aval del Conahcyt, y por lo tanto, no son elegibles para becas, varían en cantidad e institución. De aquellos que no cumplen con el número mínimo de ocho miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), existen siete en total; cuatro pertenecen a la UAS y tres al Tecnológico de Culiacán. En Sinaloa, seis programas no están centrados en áreas o temas que el Conahcyt considera relevantes; tres de ellos están en la UAS y otros tres en la UAdeO. Específicamente, en la UAdeO, los programas de maestría y doctorado en Analítica de Negocios, así como el doctorado en Ciencias Administrativas, han sido excluidos. Similarmente, en la UAS, tres que están enfocados en áreas administrativas o de negocios también fueron omitidos del sistema.

    El aval del Conahcyt a los programas de posgrado de la UAS la consolida como la institución educativa más preeminente de Sinaloa y una de las más relevantes en el noroeste de México. Aunque no está en el tercer puesto entre las instituciones académicas nacionales, destaca especialmente en el estado y región noroeste. Esta distinción debe elevar nuestro orgullo y reafirmar nuestro estatus en Sinaloa. A nivel nacional, mientras la UAS busca alcanzar los estándares de otras entidades, es esencial valorar su notable posición en investigación estatal, pese a diversos obstáculos. Con 150 años de desarrollo, la UAS mantiene una misión académica firme y clara.

    En conclusión, si bien se han logrado avances positivos en la reincorporación de algunos posgrados, aún persiste una necesidad imperiosa de brindar un mayor soporte al desarrollo de aquellos que han sido aprobados, especialmente en lo que respecta a la infraestructura y recursos humanos de alto calibre. Es vital destacar y no cesar en señalar la importancia de la inversión federal en ciencia y tecnología para el progreso económico y social de nuestro país.

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