"Retos de la educación: ¿es la Nueva Escuela Mexicana la salvación?"
Centro de Investigación e Innovación Educativa de Sistema Valladolid (CIINSEV)
La pregunta de inicio es directa y necesaria: ¿Cuáles son los retos que tiene la llamada Nueva Escuela Mexicana?
Para responder la interrogante anterior, intentaré separarme de las respuestas tradicionales enfocadas hacia las conocidas variables de calidad del proceso de enseñanza – aprendizaje, para adentrarme en una concepción más esencial de la educación mexicana contemporánea. Para acercarme a esa compleja esencia de la Nueva Escuela Mexicana, que muchas veces pasa por invisible, destacaré directamente algunos de los retos que debe vencer.
Por lo anterior, destaco como primer reto, el cómo ampliar la proyección social de la Nueva Escuela Mexicana, para que sus programas educativos impacten positivamente en los niveles de aprendizaje, la cultura y los valores de las comunidades; y no sólo, en los alumnos al interior de los muros escolares. Y es que, los problemas de la sociedad mexicana son tan urgentes y graves que no se puede esperar por un cambio generacional de 20 años para solucionarlos. De ahí, que los promotores de la Nueva Escuela Mexicana tienen por delante la compleja misión de vincular lo estratégico y lo urgente en la proyección de este nuevo modelo educativo.
El segundo reto está centrado en la necesidad de actualizar el concepto de educación, y definir científicamente el concepto de Nueva Escuela Mexicana. En otras palabras, si se demanda ampliar la proyección social de la Nueva Escuela Mexicana, resulta necesario, entonces, revisar toda la base filosófica – conceptual de este modelo educativo, de lo contrario se estaría violando el imprescindible principio filosófico de vinculación de la teoría con la práctica; por ende, cada una iría por su lado, y los resultados a nivel de aprendizaje, desarrollo de valores y transformación social, serían catastróficos.
Un tercer reto, también de vital significación para la Nueva Escuela Mexicana, es el enseñar y el aprender a solucionar conflictos. Aprender a resolver conflictos es lo contrapuesto a lo innegociable, a las mentes cerradas, a la violencia heredada unida con el sentimiento de impunidad. La solución de conflictos es la base de la cultura de paz, de la comunicación, del aprender a escuchar, del tender puentes entre personas, comunidades, culturas; es también, la mediación conciliadora y el estímulo a la unidad nacional por un México mejor.
El cuarto reto se enfoca a que la Nueva Escuela Mexicana debe demostrar que es preventiva y que incentiva la actuación ética; en otras palabras, la Nueva Escuela Mexicana debe inocular valores humanos, que es infinitamente más productivo que modificar las conductas antisociales ya establecidas o consolidadas como patrones de vida. En las escuelas se debe demostrar que los valores sociales enriquecen a las personas y son la alternativa de bienestar y felicidad.
El quinto reto define el perfeccionamiento de los procesos de capacitación del personal docente. En este sentido, en la Nueva Escuela Mexicana se debe capacitar a los docentes para educar; y no para instruir como se ha venido haciendo hasta el presente, y es que estoy convencido que educación e instrucción no significan lo mismo; la instrucción facilita un aprendizaje limitado que solamente permite obtener una determinada calificación y aprobar un examen. Por el contrario, la educación garantiza un aprendizaje significativo, real, transformador, que genera cultura como la base del desarrollo personal y social.
El sexto reto resalta la necesidad de fomentar la cooperación entre los integrantes de la comunidad educativa escolar, especialmente entre los alumnos, lo que se constituiría en una especie de vacuna contra el individualismo, la competencia salvaje y el egoísmo. En la Nueva Escuela Mexicana se debe educar en la libertad y para la democracia, desde una autonomía responsable, teniendo como base el autoconocimiento y una alta autoestima.
El séptimo reto, está muy vinculado al anterior, la Nueva Escuela Mexicana debe diseñarse para los alumnos y con los alumnos. Al respecto, hay que dar el derecho de la palabra y opinión a los niños y a los jóvenes. Mi impresión es que hay mucho autoritarismo por parte de los colectivos docentes, y falta ganarse la autoridad magisterial que emana desde la ejemplaridad como maestros. También hay que permitir que los alumnos hagan preguntas en clases, que nos interroguen, que busquen nuevas alternativas de soluciones. En otras palabras, debemos llenar a los alumnos de preguntas, para facilitarle un aprendizaje colaborativo, desde la necesaria horizontalidad académica, y abandonar definitivamente el pedestal elitista que nos ha separado de nuestro alumnado.
Faltan varios retos por señalar a la Nueva Escuela Mexicana, por cuestiones de espacios, analizaré los restantes en otra oportunidad; sin embargo, considero que con los retos identificados queda esbozada la magnitud de la tarea que tenemos los docentes por delante. Concluyo diciendo que la educación es la solución a los males nacionales y la base de una sociedad futura mejor, por ende, si no logramos una transformación social real desde la educación, todo estará perdido. La educación es la salvación.