Rosa Elena Millán y sus hábiles escuderos
De los tres Millanes ninguno es rival débil

OBSERVATORIO

    Analizada con la cortedad de miras que la reclasifica en la chiquillada electoral, a Rosa Elena Millán Bueno no se le está revisando con la perspectiva del daño que les puede causar o el beneficio que les significaría a las candidaturas de Mario Zamora, postulado a Gobernador, y Faustino Hernández, designado para competir por la Alcaldía de Culiacán, los dos de la coalición Va por Sinaloa. Priista de toda la vida, ella emigra al Partido Fuerza por México conociendo las vísceras del sistema político y sabe cómo ganar perdiendo desde las entrañas del monstruo.

    Y por si acaso no supiera, los que se ríen de la mini fórmula que encabeza Millán Bueno menosprecian el dato de que posiblemente va acompañada de Juan Millán Lizárraga y de hecho la ampara Juan Ernesto Millán Pietsch, quienes por alguna razón desafían el establishment tricolor y se meten a la aventura que aparentemente parte de la nada. Es bien sabido que padre e hijo nunca se montan en olas de espuma.

    Cualquier incipiente ejercicio de razonamiento llevaría a deducir que los tres Millanes le entraron a esto calculando que les dejará algo. Si damos por hecho que el ex Gobernador va junto al vástago a esta contingencia electoral, porque “a la familia se le apoya”, reconozcamos también que es poco dado a errar tratándose de tasar los beneficios antes de apostarle a ciegas a los albures.

    Aquí no caben las ingenuidades. Esté o no Juan Millán detrás del “cachorro” por supuesto que dentro o fuera del proyecto evitará que el retoño are en el desierto o vaya de pesca a donde solamente encontrará charales. Juan Ernesto y Rosa Elena pueden estar seguros de que no saldrán con las manos vacías del actual proceso electoral. No si permiten que JSM lleve la negociación o al menos que los asesore.

    Viendo un poco más allá de la superficie, a los políticos resentidos (que los hay en todos los partidos y alianzas) les atrae muy poco ser los pretensos de Fuerza por México. Lo que les mueve las ambiciones es que ir junto con Juan Millán les garantiza dividendos tangibles que tal vez ni sepan de dónde y cómo salieron, pero eso qué importa en el tiempo presente donde la política se convirtió en el desagüe de tantas cañerías.

    Nadie desconoce que el trío de los Millanes le da forma a una plataforma política que en dado momento resultará atractiva para las alianzas integradas por PRI, PAN y PRD, por un lado, y por el otro los partidos Movimiento Regeneración Nacional y el Sinaloense. En cuanto más se cierre el resultado electoral la cacería de aliados continuará, no acabará hasta el día de la elección y la guerra por la integración de nuevas fuerzas arreciará de aquí al 6 de junio. En los pronósticos de empate técnico los advenedizos son bastante codiciados y se cotizan muy alto.

    Juan Millán Lizárraga es un operador político que conoce los puntos vulnerables de los softwares para el conteo de votos y en las votaciones de 2010 en Sinaloa supo cómo inclinar el cómputo de sufragios a favor de Mario López Valdez, nomás tantito para que se viera como un resultado casi parejo. Igual es considerado el maestro de la intriga con fines de debilitar a uno y fortalecer a otro mediante expedientes que en su momento le integró Luis Pérez Hernández, el todavía inmejorable referente del espionaje, o la labor de inteligencia que le sigue realizando Joel Hernández Niño, pero éste con bajo perfil y alta prudencia.

    Ahora, insistiendo en la eventualidad de que Juan Millán esté detrás de la aparición de su hijo al frente de PFxM, y pasando por alto que Juan Ernesto intenta volar con sus propias alas lejos del impulso del padre, solamente el deslinde hipócrita diría que ninguno de los demás candidatos a Gobernador desearía contar con el apoyo de quien sin tener maestrías ni doctorados se especializó en la práctica empírica del arte de la guerra política. Si alguno considera que no ocupa a JSM, expréselo por favor en voz alta.

    Ahí está la fortaleza y la trampa que Rosa Elena Millán Bueno significa para los demás contendientes por la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal. Reducirla al experimento político en el cual nada más es el conejillo de indias lleva implícito el equívoco de desdeñar la circunstancia crucial de la ex Directora del Seguro Popular y del Registro Civil, en la que cuenta con los acompañamientos y padrinazgos que saben vender como lingotes de oro lo que otros piensan que es bisutería barata.

    ¿Se imaginan a Millán Bueno declinando de último momento a la candidatura del PFxM y sumándose a una de las dos alianzas? ¿Alguien creería que en cierto punto en que la intención del voto se empareje para Rubén Rocha y Mario Zamora ella y los sinaloenses que la acompañen se convertirían en el fiel de la balanza comicial?

    Reverso

    No se fija nomás porque sí,

    En un partido tan pequeño,

    Ni se le acaba su sueño,

    Al brincarse las trancas del PRI.

    Debiera haber Alcaldesa

    Otra mujer, pero morenista y de armas tomar, requiere que los demás aspirantes a la Alcaldía de Mazatlán declinen a favor de ella para que sea la candidata del Movimiento Regeneración Nacional. Se trata de Elsa Isela Bojórquez Mascareño cuya voluntad para poner orden y combatir la corrupción ya quedó demostrada y ahora vuelve indispensable que le allanen el camino como la única propuesta que abre la posibilidad de que Morena retenga el Gobierno mazatleco. Al margen de misoginias, venganzas partidistas y rencores acumulados en las filas de la 4T, la ex Síndico Procuradora es la única carta con probabilidades de dar la batalla en las casillas electorales.

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